Pol Espargaró

Llegué a Le Mans con buenas vibraciones después de Jerez. El viernes empezamos fuertes, pero nos quedamos estancados y vimos cómo los demás se nos escapaban. Hice una buena salida pero en la vuelta 7 empecé a notar molestias en el brazo y ahí terminó mi carrera.

En el avión rumbo a Jerez pensaba que la carrera sería muy dura. Allí hace un calor que eleva la temperatura del asfalto a 50º y convierte la pista en muy resbaladiza, pero ver las gradas llenas de gente me llevó a hacer uno de mis mejores entrenamientos oficiales en MotoGP.

Cuando estás en una mala racha intentas esforzarte el doble, pero también te cuesta salir el doble de ella. Errores en el planteamiento con los neumáticos me llevaron a salir muy atrás. Fue un desastre, pero estar tan lejos en la parrilla quizás me tranquilizó. Al final, acabé octavo.

Es duro dedicar un fin de semana para preparar una carrera con nervios, tensión, trabajo, ilusión y objetivos para que, por un exceso de ambición de otro piloto en la primera vuelta, no obtengas ningún resultado y ni siquiera tengas tiempo de disfrutar, de luchar, de demostrar... de nada.

Lo prometido es deuda y aquí está la segunda entrega de mi primera columna. No sabéis lo que fastidia querer adelantar y no poder porque mi electrónica no me daba la aceleración. Y por delante ‘Il Dottore’, medio segundo más rápido que en el ‘warm up’ con gomas nuevas...

Hola a tod@s. Hoy arranca mi colaboración como columnista de AS y tenía tantas ganas que una sola página se me ha quedado corta así que, por ser la primera vez, os contaré mi visión particular de lo acontecido en Qatar en dos entregas. Hoy la primera, la de los nervios previos...