Marco Asensio

Era el Centenario del Alavés con el Madrid como visitante y el club se acordó de Berasaluce, guardameta de los cincuenta compartido por ambos equipos.

Los bandazos del Real Madrid revelan un problema de planificación profundo. Uno que excede la competencia del entrenador y apunta más arriba.

Lo de la moral del Alcoyano es más que un viejo mito incluido en el escudo y en el himno del club.

Acabó el partido y los jugadores athléticos se abrazaron en un corro de saltos eufóricos, mientras a Marcelino la alegría le desbordaba el rostro.

La plantilla está ahora separada en dos bloques: los de siempre y los de nunca. Solo el ausente Rodrygo parece transitar entre esas dos aguas.

El Madrid, hablo del club, se pasó un día largo rezongando contra el partido de Pamplona. Su plan era viajar en la mañana de ayer, cuando, por cierto, estuvo cerrado Barajas, como era previsible.

El extremo mallorquín jugaba con la tensión baja y ahora amenaza de verdad, diferencia sustancial con su anterior versión.

Así es el Madrid de Zidane. Sin obsesionarse con la cursilada de la posesión y sin hacer nada del otro mundo, los vigentes campeones se acostaron este sábado como líderes en solitario.

Ya es una constante: al Madrid se le atascan los equipos que le esperan parapetados, pero se le dan bien los que ‘juegan y dejan jugar’, ...