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El Oro estaba en la zurda de Asensio

Estábamos en el Carrusel recelosos con las prestaciones de Asensio, que había saltado al campo a falta de diez minutos ante la decisión de De la Fuente de darle de nuevo jarabe de banquillo. Que si no desborda, que si no encara, que si no arriesga... Y allí apareció el talento que nunca se le ha discutido al mallorquín para dejarnos en evidencia y para desterrar la sombra alargada de los penaltis con un zurdazo olímpico, un zurdazo de oro, un zurdazo que asegura una medalla de Ley: ¡la Décima! El madridista logró entrar en la historia del deporte olímpico español con un gol que pone de nuevo en valor su calidad, nunca discutida pero sí reñida con ese talante conformista que a veces le ha alejado de conquistas mayores. El golazo de Asensio, a lo Oliver y Benji, rescató el grito de toda España, orgullosa de este equipo de fútbol que sigue subiendo peldaños en sus últimas apariciones lejos de nuestras fronteras. Semifinalistas en la Eurocopa, mereciendo mejor premio, y finalistas olímpicos ante Brasil. Una final soñada y preciosa. El sábado se vaciarán las playas para ver a los pupilos de Luis de la Fuente. No estáis solos, chavales. Deseando que arranque ya ese partido que nos va a tener en vilo hasta que se dé el pitido inicial.

Y tocó sufrir otra vez. Hubo que recurrir otra vez al extra time, como ya sucediese ante los costamarfileños. Y no podemos quejarnos. Cierto que en las fases en las que España apretó, Rafa Mir puso en aprietos en varias ocasiones al japonés Kosei Tani, que pese a no tener hechuras de gran portero supo hacer su trabajo con creces. El agotamiento de Dani Olmo y Pedri lastró el juego del equipo, al que le faltó frescura, verticalidad y descaro. Encima, los nipones tenían en Doan, que juega en el Arminia de la Bundesliga, y nuestro Take Kubo a dos estiletes que inquietaban a Pau Torres, espléndido, y Eric García. El japonés del Madrid casi mete el gol que pudo evitar la prórroga cerca del final, pero Unai Simón volvió a demostrar que bajo palos es un seguro de vida. Luego llegarían dos nuevas llegadas en desmarques de ruptura de Rafa Mir, pero el cartagenero no tuvo la lucidez ante el gol que sí exhibió por partida triple ante Costa de Marfil.

Una lucidez que llegó en la prórroga con el histórico gol de Asensio. Marcó Marco y hay que darle las gracias por tener ese temple y ese toque exquisito que distingue a los elegidos. Qué gozada. Nos jugamos el Oro ante la Brasil de Alves y Richarlison. Han pasado 21 años desde Sidney y casi 30 desde Barcelona 92. Kiko, ojalá el sábado encuentres por fin a tu heredero.