Ni Champions ni Mundial: más difícil para Pedri, Olmo, Asensio...

Las carreras meteóricas de nuestros jóvenes talentos apenas dejan tiempo para la reflexión. Todo suele ser éxito, alegría, triunfo. Es muy difícil llegar a la máxima élite sin ser un superdotado, un elegido. Es imposible. Estos jugadores asombraron desde niños. Fueron los mejores de sus barrios, de sus pueblos, de sus clubes. Pero deténganse un momento. Piensen. Imaginen lo que significa participar en una final olímpica, defender a España en la pelea por las medallas, divisar el oro... 

En el penúltimo escalón hacia esa gloria andan nuestros superdotados futbolísticos, un reto al que nunca se enfrentaron y al que nunca más se enfrentarán. Creánme, ganar una medalla olímpica en fútbol es más difícil que ganar una Champions o un Mundial. El límite de edad acota las opciones que uno tiene de triunfar. Como mucho, el futbolista suele tener una única bala para lograrlo -y no siempre-. Se puede perder una final de Champions o un Mundial y que el futuro depare otra oportunidad. En los JJ OO no. Sólo hay un día. Uno. No hay otro. Y es hoy.

Únicamente cuatro jugadores saben lo que es ganar una medalla olímpica y ser campeones con la absoluta: Capdevilla, Marchena, Puyol y Xavi. Nadie más en la historia. El futuro espera a esta generación maravillosa del 96 a la que se han ido añadiendo joyas más jóvenes como Dani Olmo o Pedri. Buenos futbolistas que cuajarán estupendas carreras, sin duda. Pero un día, dentro de mucho, recordarán el encuentro ante Japón de semifinales de los JJ OO como aquel en el que aseguraron una medalla olímpica. Lo que muy pocos lograron. El sueño de todos los que un día quisieron ser como Asensio, Otarzabal o Ceballos. Va por ellos.