Una de las grandes virtudes de los entrenadores, por eso es un oficio, es que ven cosas que, a ojos de un espectador medio, resultan indetectables. Y hasta incomprensibles.
Tres profesionales convertidos en infantiles, Jordi Alba, Lenglet y Ter Stegen, caricaturizaron en Cádiz al Barça de estos días.
Partido a partido, el Atlético se afianza como principal candidato
Mientras el barcelonismo activa el fuelle sobre las brasas del penalti de Lenglet para que sigan vivas, la Champions ya está aquí. La Champions, la que da y la que quita.
Cuando se empezaba a hablar de arbitraje con apoyo tecnológico, escuché y leí muchas veces que el fútbol se oponía a eso porque haría desaparecer la polémica.
El defensa (en este caso Lenglet) tiene el cuidado de agarrar suavemente para que así su agarrón carezca de efectos y de sentido...
El Clásico lo volcó un penalti que no lo fue. Ni en directo, ni por el VAR. Pero esto tiene esta tecnología diabólica que arbitra el fútbol repetido y a cámara lenta.
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