Los mejores juegos deportivos y de velocidad de 2020

 Ha sido un año complicado para el mundo del deporte. Una temporada atípica. Partidos sin público, burbujas, torneos cancelados, etc. Pero en lugar de pasar factura a los videojuegos deportivos y de velocidad, el coronavirus ha servido como acicate. Algunas desarrolladoras se lo han tomado como si este año fuera más importante que nunca ofrecernos una adaptación a la altura. En parte para hacer más llevaderos los confinamientos y en parte para compensar que no pudiéramos practicar ninguna de sus disciplinas. El resultado es un 2020 cargado de sagas que han ofrecido su mejor entrega en años. Juegos como F1 2020 y MotoGP 20, por ejemplo, han sido un punto y aparte para sus franquicias. Un salto cualitativo que llevábamos pidiendo desde hace tiempo. Hoy en MeriStation, tras elegir nuestro juego del año, y tras repasar los mejores plataformas del año y los mejores juegos de acción, le toca el turno a los deportes y las carreras, a los juegos de simulación y velocidad, entre los que elegimos nuestros favoritos de 2020. Ahí van los diez lanzamientos más importantes del género durante este curso:

10. PGA Tour 2K21

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que un juego de golf se coló entre los juegos deportivos más destacados del año. Electronic Arts se cansó de Tiger Woods en 2013 y del propio golf en 2014, así que abandonó la licencia de PGA Tour y nos condenó a subsistir durante más de un lustro a base de experiencias alternativas, juegos menores y party games como Golf with Your Friends o What the Golf, que sí, son muy divertidos, pero de golf, lo que se dice golf, pues no van. Lo más próximo a las entregas clásicas que hemos tenido en estos años ha sido la saga The Golf Club, a cargo de HB Studios, quienes a lo mejor no tenían demasiados recursos detrás, pero demostraban pasión por este deporte y buen hacer. Su esfuerzo ha sido tan digno y meritorio durante los últimos tres años que la mismísima 2K Games, la responsable de los juegos oficiales de la NBA y la WWE, se ha fijado en ellos y les ha ofrecido la oportunidad de trabajar a su lado en el regreso de PGA Tour. Y el resultado de esta primera colaboración es más que notable. PGA Tour 2K21 es como una nueva entrega de The Golf Club, pero con los valores de producción de 2K Games. Un juego que si te gusta el golf o los buenos simuladores en general, garantiza largas horas de diversión, tanto en solitario, como jugando online con amigos. Modo carrera, creador de campos, opción de formar sociedades online, unas físicas de la pelota realistas, ideas interesantes como los némesis personalizados del modo carrera... Sigue teniendo cosas por mejorar de cara a futuras entregas, pero ahora mismo no hay mejor simulador de golf en el mercado. Ha vuelto el golf serio.

9. NBA 2K21 (Next Gen)

Seguramente no sea más que un aperitivo de lo que nos aguarda en los próximos años, pero las versiones next gen de NBA 2K21 ya incluyen algunas características que adelantan las bondades de las nuevas consolas y que hacen que valga la pena tenerlas en cuenta de cara a nuestras compras navideñas. Empezando por esos ínfimos tiempos de carga, que hacen gala de los SSD y nos permiten saltar a la cancha en cuestión de segundos, acabando con las esperas y evitándonos tener que hacer tiempo con el móvil, o tener que escuchar por enésima vez los chistecitos de Saquille O'Neal y Kenny “The Jet” Smith. A los tiempos de carga se suman ligeras mejoras gráficas en el aspecto de los jugadores, y otras mucho más sensibles en las mascotas, los comentaristas y el público (con más de 150 diseños y comportamientos diferentes). La atmósfera ha ganado enteros. Por no hablar de que contamos con opción a 4K, 60 fps y ray tracing. Estos primeros pasos en PS5 y Xbox Series X/S demuestran también un auténtico compromiso con la WNBA y traen consigo “la Ciudad”, la evolución del modo Barrio, que está a otro nivel y nos hace sentir parte de un RPG deportivo de dimensiones abrumadoras. Seguimos teniendo nuestros más y nuestros menos con los micropagos y el modo MyTeam, algo estancado, pero el juego marca un buen listón para el futuro. NBA 2K21 vuelve a ser una delicia para los fans del basket (por momentos un placer culpable) y es uno de las mejores adelantos de lo que son capaces de hacer PlayStation 5 y Series X.

8. MotoGP 20

Este 2020 ha habido dos licencias deportivas que han dado un salto mayúsculo a nivel de calidad y profundidad. Por un lado ha estado la Fórmula 1 (con F1 2020, del que hablaremos más adelante en esta misma lista) y por otro MotoGP, donde Milestone se ha sacado de la manga MotoGP 20, un paso importantísimo en su búsqueda del simulador definitivo sobre el mundo del motociclismo. Porque por primera vez en años, esta entrega cuida lo que pasa fuera del asfalto con un modo trayectoria notable. En él aparecen figuras hasta ahora omitidas, como la del representante, el ingeniero jefe y el telemetrista, con quienes tendremos que relacionarnos y trabajar correctamente para medrar en nuestra carrera. Con el representante deberemos atender a contratos, objetivos y bonificaciones, por ejemplo, mientras que con los otros dos tendremos que coordinarnos para mejorar nuestra moto. Una inversión en I+D que se divide en motor, electrónica, chasis y aerodinámica, secciones entre las que hay que establecer prioridades y repartir esfuerzos. Vamos, que ahora hay mucha más tela que cortar. Pero no se han conformado con eso y en lo que a gameplay se refiere han metido otras mejoras igual de importantes. Se acabó de lo tocar a un adversario sin penalizaciones y bienvenida sea la gestión en pista de combustible y neumáticos. Milestone ha dado buena cuenta del feedback recibido y ha tocado las teclas adecuadas. Quizás su mayor logro tenga que ver con la inteligencia artificial, cuya mejora hace infinitamente más divertidas las carreras. Las licencias de MotoGP, Moto2, Moto3, MotoE y Red Bull MotoGP Rookies Cup cuentan este año con una digna adaptación que va en camino de convertir la IP en un simulador con todas las letras.

7. Pacer

Si Pacer no se llama WipEout es únicamente porque desde Sony no han querido (o desde R8 Games, que nunca se sabe). A la hora de la verdad, el juego bien podría pasar por una nueva entrega de la saga. Su propuesta, concepto y despliegue audiovisual son idénticos a los que caracterizaron la obra de Psygnosis. Más aún con la colaboración de CoLD SToRAGE y The Designers Republic, quienes, la primera desde lo sonoro y la segunda desde lo artístico, suponen una buena inyección de nostalgia y grandes recuerdos. Ese parecido con la obra de Studio Liverpool tiene sus cosas buenas... y sus cosas malas. Las buenas, que Pacer es un notabilísimo arcade de velocidad que demanda paciencia y habilidad a los mandos. Un título técnico, de precisión milimétrica, que cuenta con un control exquisito y una sensación de velocidad espléndida. Las malas son que, al lado de WipEout, hay apartados que no llegan al nivel de excelencia de la saga, como la IA, la dificultad y la cantidad de contenido. Pero nada de esto ha impedido a Pacer convertirse en una de las experiencias más interesantes y personales del año, y de especial agradecer para un género en el que no abundan este tipo de arcades. El juego ha recorrido un largo camino desde que se lanzara al mercado allá por 2015, cuando salió en versión early access bajo el nombre de Formula Fusion. Tras el batacazo de aquel, en R8 Games no se rindieron y continuaron trabajando en silencio para que este segundo bautizo sí estuviera a la altura. Y vaya si lo ha estado. Al lado de Formula Fusion, Pacer ha ganado fluidez y estabilidad; aumentando de manera importante el número de pistas, modos y ajustes; y logrando aciertos importantes en su modo campaña. Ojalá sea el punto de partida de una nueva franquicia. Si os gusta el género, ya estáis tardando en darle una oportunidad. Y si os gusta la serie WipEout, corred insensatos.

6. Dirt 5

Dicen que quien mucho abarca, poco aprieta, y si no que se lo digan a la saga Dirt. Durante mucho tiempo ha tratado de contentar a todos los públicos, de mezclar agua y aceite, el tocino con la velocidad, o el género arcade con la simulación, que para el caso es lo mismo. Sin embargo, la aparición de Dirt Rally, su propia “saga spin off”, ha permitido a Codemasters contentar a los amantes del realismo y liberar de sus responsabilidades a las entregas numeradas. Dirt 5 es el mejor ejemplo de este desmelene. Un juego más arcade, más gamberro y macarra. Desafiante, pero también equilibrado. Sobre todo, Dirt 5 es muy suyo. Porque tiene clara su identidad y le importan muy poco las tendencias del mercado. Aquí no encontramos mundos abiertos, ni experimentos raros. Es la fórmula de toda la vida. Un estructura de fases y niveles tradicional, con pruebas cortas y de todo tipo: carreras, contrarrelojes, uno contra uno, descensos por trazados especiales... etcétera. Seleccionamos la que queramos y a pilotar. Encima va sobrado de contenidos, con un modo trayectoria que supera las 20 horas con holgura y al que habría que sumar después varios modos complementarios y un editor de pistas que permite auténticas locuras online. Quizá lo que terminar de aderezar el paquete es su apartado técnico, con clima dinámico, un gran diseño de escenarios y una paleta de colores realmente bonita. Incluso intenta sacar algo de partido a la nueva generación de consolas, con varios modos gráficos pensados para ellas (120 fps incluidos). Resumiendo, Dirt 5 no es ningún referente, no inventa nada, y su aparente falta de ambición puede resultar excesiva. Como si fuera más de lo mismo, o un juego de otro tiempo. Pero con tantos juegos tratando de imitar “la fórmula Forza Horizon 4”, casi que nos hemos quedado sin títulos que hagan lo que Dirt 5. Y además éste brilla en su mayor objetivo, el de divertir, motivo por el que tiene un merecido puesto entre lo más destacado del año.

5. Need for Speed: Hot Pursuit Remastered

Criterion Games es sinónimo de muchas cosas, pero si hubiera que reducirlas a dos, éstas serían calidad y velocidad. Para la historia quedaran juegos como Burnout 3: Takedown, Burnout Paradise o el que hoy nos ocupa, Need for Speed: Hot Pursuit, la que para muchos es la mejor entrega de la saga de EA. Por eso, cuando nos enteramos de la existencia de esta remasterización, lo único que le pedimos es un respeto máximo por el título original. Confiábamos en que el resto lo pusiera la calidad de aquel. Creíamos que seguiría funcionando más de una década después... y así ha sido. Jugar a policías y ladrones por las carreteras de Seacrest County sigue siendo tan satisfactorio como el primer día. Todo sigue ahí. Cochazos, golpes, takedowns. Las pruebas de poco más de tres minutos; los cinco niveles de vehículo (Deportivos, Altas Prestaciones, Supercoches, Exóticos e Hipercoches); el sistema de progresión (con rangos como Agente Supremo y El Más Buscado). Esa dificultad que no permitía un fallo y no ofrecía piedad, ni rebobinados. Su banda sonora. Aquel multijugador asíncrono, el autolog, que nos hacía picarnos con otros jugadores online aún no jugando online. Sí, definitivamente todo está en su sitio. El juego ha envejecido de maravilla y continúa antojándose un arcade de velocidad brillante. Stellar Entertainment, los creadores del remaster, no han podido tomar mejor decisión que la de limitarse a un lavado de cara. Mayor resolución y framerate, algunas texturas retocadas por aquí y por allá, matices en la iluminación y un recorte importante en la duración de los tiempos de carga. A veces lo más difícil de este tipo de reediciones es saber qué tocar y hasta qué punto. Stellar ha respetado incluso el HUD y la interfaz, siendo sus aportaciones discretas y elegantes, puntuales. No hacía falta más. La obra de Criterion esconde la fórmula de la eterna juventud. Need for Speed: Hot Pursuit vuelve como una bofetada de adernalina y diversión. Solo que ahora también es presentable en las teles modernas y está a precio reducido. ¿Cómo no iba a estar en una lista así?

4. MLB The Show 20

La saga MLB The Show suele pasar desapercibida por la escasa popularidad del béisbol en España, pero es una pena, y más en el caso de esta entrega, porque MLB The Show 20 supone el adiós de la saga a su condición de exclusivo de PlayStation 4. Una despedida por la puerta grande con un videojuego completísimo que convencerá a los fans de la disciplina y que debiera servir de ejemplo a otras sagas deportivas. Porque todos los cambios del juego con respecto a MLB The Show 19 son para bien. Es el “más y mejor” de esta lista. Un título que repite sus puntos fuertes y le añade un montón de contenido. San Diego Studio es de las que entiende perfectamente lo que los fans entienden por “más contenido”. Más contenido no son más cartas y más sobres en los que gastar la moneda virtual del juego (o pero, dinero real), sino más retos, más desafíos, más actividades… En definitiva, más maneras de divertirse con un videojuego, que al fin y al cabo, es de lo que se trata. (Hola, NBA 2K). Qué decir de ideas como la presencia de una “dificultad dinámica” que cambia según nuestro dominio de los partidos y va personalizando el juego durante toda la temporada sin necesidad de cambiar los parámetros del menú. Es una propuesta tan buena que cabría esperar que otros títulos deportivos lo copiaran. Como si FIFA auto-regulara sus sliders conforme jugamos (y mejoramos) para hacer de la experiencia algo justo y real en todo momento. MLB The Show está lleno de detalles e ideas así, de cambios que no suponen un giro de 180 grados, pero son tantos y eran tan necesarios, que la experiencia es mucho más rica que antes. Esta entrega se corona reinventando el modo Franchise, que estaba estancado, y evitando a los fans tener que crear e importar las plantillas reales de las ligas menores, ahora incluidas de serie. El contenido de Diamond Dinasty, su versión de FUT, vuelve a ser inabarcable, y hasta tenemos modo inéditos, como Showdown, con pruebas como la de enfrentarse en una serie consecutiva de bateos a algunos de los mejores pitchers de la competición: Justin Verlander, Chris Sale, Max Scherzer… MLB The Show 20 vuelve a reivindicar la saga como una de las mejores adaptaciones deportivas del mercado. Un juego soberbio del que su éxito no está a la altura de su calidad.

3. Tony Hawk’s Pro Skater 1+2

Cuenta una leyenda que fueron los romanos quiene inventaron el término “clásico” para referirse a las esculturas y el arte griego. Y no lo hacían para tacharlo de viejo o antiguo, sino que para ellos, “arte clásico” significaba “un arte que nunca pasará de moda”. Tony Hawk’s Pro Skater 1+2 se amolda a la perfección a ese concepto. Esta remasterización incluye dos clasicazos. Dos juegos por los que no pasa el tiempo. Dos títulos con los que crecimos hace más de veinte años, pero que siguen sintiéndose excelsos en la actualidad gracias a la mejor remasterización del año. Vicarious Visions ha engrasado las ruedas del monopatín y arreglado la tabla. No solo ha traído de vuelta los Tony Hawk’s Pro Skater con un apartado técnico a la altura, sino que ha añadido varias mejoras que no se han visto salpicadas ni influenciadas por las tendencias actuales del mercado, donde a menudo nos damos de bruces con incómodos ejercicios de diseño (y encima con fines recaudatorios). Aquí no ha habido recortes, ni se han implementado mircropagos. Tampoco se ha tratado de modernizar nada, ni de seguir la estela de los juegos más vendidos del año. Ambas entregas son tal y como lo eran entonces, y sus mejoras son perfectas. Desde el aumento del grado de personalización de los personajes a su ligerísimo acercamiento al rol, pasando por ese nuevo modo de clasificaciones en línea o esas 37 canciones extra que se han añadido a la banda sonora original. Ningún añadido desentona. Al contrario, se ensamblan a la perfección y se suman a la puesta a punto de las físicas, animaciones y la fuerza de la gravedad. Porque lo demás sigue en su sitio. Los combos, las letras de la palabra SKATE escondidas por el escenario, las plataformas de saltos imposibles, los escenarios que parecían acados de nuestros sueños más alocados. Incluso los controles de habilidades y trucos son los que había en su día. El contenido del ambos juegos es tal y como los guardábamos en nuestra memoria. Y teniendo en cuenta que en esta los habíamos idealizado, tiene mucho mérito. Las horas pasarán sin darnos cuenta.

2. F1 2020

Es como si tener a Michael Schumacher de portada hubiera motivado a Codemasters a hacer un juego a la altura del legado del Kaiser. Porque este F1 2020, el adiós de la saga a la actual generación de consolas, es la entrega más sólida de la misma en la última década, casi desde que la propia Codemasters recogiera la licencia de los fríos brazos inertes de Studio Liverpool. El juego ha sorprendido a todos con un espectacular modo Mi Equipo, que sin llegar a convertirlo todo en un título de gestión, logra el equilibrio perfecto entre el pilotaje y lo que ocurre tras el motorhome. Esta vez tendremos no solo que convertirnos en el mejor conductor de la parrilla, sino que también adoptaremos el papel de manager en un equipo. Como si de un RPG se tratara, tendremos que atender a toda clase de cuestiones, como la elección de motor o piloto, contando estos con sus propios atributos y habilidades (precio y fiabilidad, entre otras cosas, en el caso de los motores, y reflejos, experiencia, habilidad, ritmo y prestigio en el de los pilotos). A partir de ahí tocara trabajar para llegar a lo más alto del mundial de constructores, con un control total sobre las actividades que el equipo realiza en los días libres (¿sesión de simulador?, ¿descanso?) y sobre qué secciones de I+D obtienen más recursos para desarrollar ventajas, aunque eso pueda desmotivar a las que se ven en segundo plano. Pero ojo porque no se ha descuidado el pilotaje, con un nuevo sistema ERS por fin idéntico al de la vida real, donde el equipo gestiona y nosotros hacemos uso de la energía apretando únicamente un botón. Nuestra carrera como piloto también cuenta con metas, cuestiones de patrocinadores, un salario que gastar en actividades pasivas (como tener más turnos de preguntas y por tanto, más reputación... etcétera). Y fuera del modo equipo encontramos un tremendo homenaje a la figura del Káiser, con la inclusión de bólidos como el Ferrari F1-2000, el Benetton B195 de 1995 y su antecesor, el tigre verde B194, o el sofisticado Jordan 191, el monoplaza que vería nacer a la leyenda. Su modo exposición termina de colmatar los añadidos y permite repasar la historia que nos han dejado estos 70 años de Fórmula 1. La ambición desmedida de Codemasters, un salto adelante en muchísimos sentidos, más de los que hubiéramos imaginado, ha sido una de las grandes sorpresas del año en lo que a juegos de velocidad se refiere. Una entrega memorable, de las que marca un antes y un después.

1. Microsoft Flight Simulator

El planeta Tierra al alcance de tu mano. La cima del género. Llevábamos desde 2006 sin una nueva entrega de Microsoft Flight Simulator, pero la espera ha merecido la pena. La saga más longeva de Microsoft ha vuelto por todo lo alto con un proyecto a década vista. Un simulador de aviación civil que ofrece una cantidad de funciones y posibilidades sin parangón. ¿Que eres un novato y es tu primera vez con un simulador de vuelo? Sin problema. Hay tantas opciones de asistencia que puedes hacer que pilotar un avión sea tan sencillo como conducir un coche en Forza Motorsport. ¿Que por el contrario eres un aspirante a piloto en la vida real y quieres una experiencia real? También perfecto. Estás ante un juego en cuya cabina puedes interactuar con todos los botones de todos los paneles que hay en ella. Hasta el más mínimo detalle cuenta con interacción y con funciones reales. ¿Que te mueves entre lo primero y lo segundo? Estupendo. La escala de grises que puedes personalizar es infinita. Como despegar por ti mismo y dejar el aterrizaje en manos de la IA. Microsoft Flight Simulator es una locura sin precedentes que busca un nivel de realismo enfermizo. Gracias a Metoblue podemos ver las condiciones climáticas reales que hay en el mundo en el momento en que jugamos y volar con ellas con un grado de precisión milimétrica. O ver el tránsito aéreo real por todo el globo. Por no hablar de las cerca de 37.000 pistas de aterrizaje a nuestra disposición, o de los mapas por satélite de Bing que logran que reconozcamos ciudades y pueblos a kilómetros de altura. El juego incluso integra una tienda que permite acceder a contenido adicional elaborado tanto por el estudio como por desarrolladores third party, o por compañías de vuelo reales, aumentando el número de modelos de avión de forma disparatada. Y queda hablar del apartado visual, el primer vistazo real a lo que nos deparará la nueva generación. Unos cambios de iluminación inigualables, con una transición natural que no se había visto hasta ahora. Los efectos climáticos o los trayectos nocturnos, en los que podemos guiarnos por la radiación lumínica de las ciudades, quitan el hipo. Microsoft Flight Simulator es más que un juego. Es la sublimación de la palabra simulador y una hazaña técnica que sin lugar a dudas es la plataforma de vuelo definitiva para los próximos 10 años. Poder visitar todo el planeta con nuestra avioneta y hacerlo con este grado de calidad es todo un sueño. Asobo Studio se lleva el merecido primer puesto de esta lista con uno de los mejores videojuegos de 2020.