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Formula Fusion

Formula Fusion

  • PlataformaPC7.5
  • GéneroConducción
  • DesarrolladorR8 Games
  • Lanzamiento01/06/2017
  • TextoInglés
  • VocesInglés
  • EditorR8 Games

Análisis de Formula Fusion

Las carreras antigravedad están en plena forma cinco años después del cierre de uno de los grandes nombres asociados al género como era Studio Liverpool. Los lanzamientos de calidad contrastada en diversas plataformas a lo largo de los últimos tiempos demuestran que los circuitos mareantes y las velocidades de vértigo están muy lejos de abandonarnos, y con experiencias como Formula Fusion podemos celebrarlo.

No estaban muertos.

Es difícil acabar con los héroes, y la industria de los videojuegos tiene los suyos propios. R8 Games surgió de los escombros de la antigua Psygnosis y su primer propósito no podía ser más esperanzador: WipEout no iba a morir con Studio Liverpool. Con Andrew Walker a la cabeza y todo un equipo de la vieja guardia que había trabajado para pasadas entregas de la exitosa saga de carreras, se pusieron manos a la obra y lanzaron su proyecto a kikckstarter, alcanzando rápidamente la marca objetivo y pudiendo comenzar el ansiado desarrollo.

Formula Fusion llegó a Steam en 2015 como early access, progresando en este estado a lo largo del tiempo, ampliando sus prestaciones y mejorando gratamente las primeras impresiones. A pesar de ser gente con experiencia y muy buen trabajo a sus espaldas, un desarrollo independiente siempre tiene sus riesgos y complicaciones cuando adquiere cierta envergadura, y tratar de suceder a una de las sagas más laureadas de los arcade de carreras sin duda lo es. Tras casi dos años puliendo el motor, diseñando circuitos y naves, afinando la jugabilidad y añadiendo elementos que acercasen al jugador la experiencia deseada desde el principio, el título vio la luz a primeros de este mes de junio en su lanzamiento definitivo para la plataforma de Valve en PC.

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La competencia estaba en casa.

Anteriormente hablábamos de la buena salud de la que gozan actualmente los juegos de carreras antigravedad, con varios lanzamientos en el último año natural y auténticas odas al buen hacer como Fast RMX o Redout, que próximamente saldrá en consolas tras cerca de 10 meses dando guerra en PC. Pero hay un nombre propio que cobra especial relevancia por la relación directa con el estudio británico responsable de Formula Fusion, y no podía ser otro que el reciente WipEout Omega Collection, recopilación vitaminada de los dos últimos grandes éxitos de Studio Liverpool para las consolas de Sony y, sin lugar a dudas, un peso pesado de este mundillo. Casualidad o causalidad, la realidad es que R8 Games se ve en la extraña situación de competir, de alguna forma, con su propia creación, aunque en plataformas diferentes. Las comparaciones son odiosas pero también inevitables, y bien podría resultar un hándicap para su ópera prima.

Por si la relación pasada del joven estudio con la mítica saga fuese poco, tenemos el añadido de que, con Formula Fusion, el calificativo de sucesor espiritual es incluso más literal de lo habitual, y es que estamos ante la obra que más directamente bebe de WipEout en lo referente al control, diseño artístico y visual (no es nada extraño, pues ha sido obra de The Designers Republic, presentes en los orígenes de la saga con Psygnosis y creadores de ese estilo tan particular en sus carátulas, manuales y menús), y también en la ambientación en general. Podemos asegurar que todo ello raya a un gran nivel que muchos podrán reconocer de otras obras.

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Bienvenidos a 2075.

La visión del futuro cercano propuesta por R8 Games presenta un ambiente con mucha carga decadente, pero el avance tecnológico brinda un entretenimiento directo y brutal: las carreras antigravedad. Viajaremos a los Estados Unidos Transamericanos para participar en la temporada del año 2075 al mando de una de las cinco naves disponibles y bajo los colores de alguna de las diez escuderías participantes. Estas cifras se antojan algo escasas en comparación con sus rivales directos, y en el resto de apartados tendremos una sensación parecida: el juego, pese a haber sido lanzado de manera definitiva, continúa recibiendo actualizaciones constantes para pulir detalles y se mantiene la promesa de añadir más contenido mediante DLCs gratuitos en forma de modos, circuitos, naves y demás. 

En la versión actual disponemos solamente de ocho circuitos, aunque cada uno ofrece variantes (día y noche, sentido original e inverso) que amplían ligeramente la sensación de variedad. Mucho más generosos han sido en la colección de mejoras que podemos desbloquear para equipar en nuestra nave, habiendo numerosos objetos que afectarán a la velocidad, el manejo, los frenos, la funcionalidad de los ítems y demás características. En cualquier momento podemos acceder al menú y configurar la nave a nuestro gusto a cambio de créditos que conseguiremos compitiendo en las carreras, pudiendo guardar los arreglos y utilizarlos con cualquier modelo de nave y en cualquier modo de juego.

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Señas de identidad dentro de la continuidad.

Donde un juego como este debe dar el do de pecho es en la pista, a la hora de enfundarse el traje y el casco y ponerse a los mandos. Y ahí es donde Formula Fusion cumple ampliamente con un control preciso muy semejante al de las últimas entregas de la ya citada saga WipEout: de algún modo, parece que estos chicos lo llevan en la sangre. No existe botón de freno al uso y la máxima acción de emergencia que podemos llevar a cabo es soltar el acelerador y apretar al máximo nuestro freno aerodinámico. La sensación de velocidad es totalmente maravillosa y tenemos cinco clases a nuestra disposición, cada una más endiablada que la anterior, haciendo que la precisión en los giros exija una habilidad progresivamente más acusada si no queremos jugar al pinball hasta que reviente nuestro vehículo. Afortunadamente, el juego sí nos da las herramientas para lograrlo con un gran acabado en el control que dejará todo a merced de nuestra pericia.

Donde los chicos de R8 Games se desmarcan un poco de las obras de su antiguo estudio es en lo referente a los objetos y armas. A lo ya comentado sobre la posibilidad de personalizar las características de la nave se une el sistema de elección de ítems antes de la carrera, algo que recuerda mucho a lo visto en títulos como el ya nombrado Redout. Junto con las cartas de mejora, hemos de elegir un arma y una utilidad para cada carrera. Por si hay dudas, las armas son objetos ofensivos que buscan mermar a los rivales y las utilidades son beneficios directos para nuestra nave como recuperación de vida, recarga de energía, invisibilidad, etc. A lo largo de cada carrera nos encontraremos tres tipos de objetos interactuables en pista: placas de aceleración turbo, cuadros morados que recargan nuestro escudo y cuadros naranjas que nos dan ítems, pudiendo usar estos últimos como arma o como utilidad, a nuestra libre elección. No obstante, la cantidad de armas es bastante escasa y la sensación que ofrecen es algo extraña, dando la impresión de que sólo sirven para quitar salud al rival pero no para afectar a su rumbo ni velocidad. A todo esto se añade una barra de energía autorrecargable que nos da un impulso extra (mayor cuanto más dejemos que se llene) y de cuyo buen uso depende, en gran medida, nuestro éxito en carrera.

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Diversión por una temporada

Una de las cosas que más cuesta pasar por alto es el desarrollo y duración de la campaña. En versiones anteriores del juego podíamos ver diversas temporadas bloqueadas y sólo una disponible, la cual es la única que está presente actualmente y lleva a pensar que se sigue trabajando en más campañas que llegarán en el futuro. Podemos afirmar que es algo muy necesario y uno de los detalles que más llevan a pensar que, quizá, el juego no gozaba de un estado del todo óptimo para su lanzamiento definitivo. Todo lo contrario sucedería si llegase a ofrecer todas esas temporadas como contenido base y cada una tuviese la duración de la que ya hay, pues entonces estaríamos hablando de algo muy generoso. Por supuesto, el multijugador online siempre alarga la vida del juego, aunque la escasez de usuarios hace que no haya demasiadas partidas activas de forma habitual. Lo que no se explica es la ausencia de un modo multijugador a pantalla dividida, algo que ya hemos visto en algunos otros juegos del estilo y habrá que ver si se corrige en el futuro o se consolida como una decisión definitiva del estudio. 

El modo campaña se inicia como cabe esperar: empezamos por la clase más lenta para principiantes y tenemos los primeros contactos con la mayoría de circuitos. Esta sensación de descubrir los trazados por primera vez siempre resulta gratificante, y apenas supone un pequeño anticipo de las horas que gastaremos afinando nuestro paso por cada sector cuando lleguemos a competir con los más rápidos. La estructura de la temporada, no obstante, queda negativamente influenciada por la escasa cantidad de pruebas ya que, tras completar una clase, lo lógico será continuar por la siguiente desbloqueada y, sobre todo para jugadores principiantes, puede suponer verse rápidamente ante algo que parezca incontrolable. Es algo subsanable gracias al modo de carrera individual donde podemos practicar todos los tipos de competición y circuitos cuanto queramos, pero siempre es un detalle que el modo principal haga sentir al jugador una progresión más lógica en el juego, algo que se vería potenciado por esas otras campañas aún inexistentes y sus respectivas pruebas para cada clase.

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Al margen de la duración y sus consecuencias, la campaña permite disfrutar de cuatro de los seis modos disponibles: carrera, vuelta rápida, eliminación y resistencia. Los dos restantes son carrera limpia (sin ítems) y contrarreloj. Durante la temporada, todos los modos nos pondrán en pista con otros nueve rivales (sí, incluso en las pruebas de vuelta rápida) que ofrecerán una dureza variable según la prueba, aunque sorprende no encontrar pruebas especialmente difíciles siendo un juego de estas características. Las carreras son, sin duda, el tipo de pruebas en las que más sufriremos para alcanzar la victoria, puesto que siempre habrá algunos competidores en cabeza que se resistirán y exigirán que nos conozcamos más los circuitos cuanto más escalemos en las categorías de velocidad. En otras modalidades, sin embargo, apenas encontraremos resistencia en nuestro camino a la gloria a poco que manejemos nuestra nave con algo de soltura, con alguna digna excepción en las últimas rondas. De este modo, tenemos un modo principal que no tiene la progresión más adecuada para principiantes pero tampoco unas cotas de dificultad tan elevadas como otros juegos del género.

Ambientación envolvente

Otra de las cosas importantes en este tipo de juegos es la puesta en escena, que suele estar muy cuidada a nivel de diseño y música para hacer que manejarlo y dejarte llevar por el conjunto audiovisual formen parte de la misma experiencia. Formula Fusion apuesta, como es común en el género, por música electrónica muy adecuada para estos casos. No obstante, en su intento por absorber al jugador presenta ciertos altibajos que nada tienen que ver con la calidad de la misma, sino con la sensación de tener menos fuerza de la esperada. Cambiando el nivel de volumen de los diferentes apartados del audio se logra mejorar la experiencia, pero da la sensación de que podría ser más útil todavía tener a nuestra disposición todo un control de ecualización de la banda sonora.

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A pesar de todo, una vez entramos en materia y damos con los ajustes más óptimos, el conjunto es bastante satisfactorio, acompañando la música con un apartado gráfico realmente notable, ese diseño futurista que mezcla tecnología, decadencia y cierto minimalismo, y unos efectos de sonido muy logrados, menciones especiales para el sonido de las naves flotando sobre el suelo y la voz en carrera que nos lleva a pensar que es la misma mujer actuando para todos los videojuegos de este tipo. En cuanto al rendimiento técnico tenemos que volver a pararnos: falta camino por recorrer. Es cierto que el lanzamiento definitivo ha derivado en actualizaciones bien trabajadas a este respecto, ya que no podía sostenerse que un título saliera de early access con los problemas de microparones y bajones de frames que tenía en un principio, pero aún cabe una mejor optimización que haga justicia a las capacidades del hardware del que cada cual disponga, existiendo reportes de problemas con equipos bastante potentes, aunque siempre hemos de reconocer no haber experimentado fallos que lo hagan injugable en ningún caso.

7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.