Dying Light, guía completa - ENEMIGOS.

VÍRICOS.
Medio humanos, medio zombis. Poseen una agilidad sobrehumana y en grandes cantidades son muy peligrosos. Con petardos puedes distraerlos fácilmente.

MERODEADORES.
El zombi “normal”, lento pero mordedor si se te acercan demasiado. Trata de evitarlos siempre que puedas.

HUIDIZOS.
Criaturas con ampollas verdes sobre su cuerpo. Aparecen solo de noche y no te atacarán. Es más, huirán siempre de ti. Si quieres coger tejido de su cuerpo, acéchales y propínales un golpe en la cabeza. Registra su cuerpo para hacerte con el tejido.

COLÉRICOS NOCTURNOS.
Las criaturas más peligrosas. Capaces de reaparecer en cualquier otra clase de zombi, son el doble de ágiles que los víricos y solo aparecen de noche. Has de evitarlos a toda costa y no enfrentarte a ellos: su resistencia física está fuera de toda duda.

BEBÉS.
Molestas criaturas que te ralentizarán, te restarán resistencia física y te inmovilizarán. Tienes que silenciarlos por la fuerza siempre que te encuentres con uno.

EXPLOSIVOS.
Criaturas gordas que esconden ácido en su barriga. Su estrategia es correr hacia ti y explotar a tu lado. Si esto pasa, morirás a las primeras de cambio. Huye siempre de ellos y evita que su explosión te dañe.

ARROJADIZOS.
Son una variante de los explosivos, solo que estos no se acercan a ti: usan la distancia para escupirte ácido. Con BOTÓN R1 + JOYSTICK IZQUIERDO puedes evitar fácilmente sus disparos. Cuando los mates, apunta siempre a la cabeza; de lo contrario, el ácido te salpicará y mermará tu salud.