MeriGuía de Compras Navideñas 2012, guía completa - Descargables e Indies

Los primeros coletazos de este 2012 que ya casi nos abandona fueron testigos del definitivo lanzamiento de un título muy, muy especial, sobre todo para quienes tuvieron la suerte de vivir la época dorada del software español. Crocodile Entertainment, estudio novel de desarrollo patrio (aunque con miembros más que veteranos entre sus filas, destacando especialmente Carlos Abril, quien en el pasado volcó su talento en títulos tan inolvidables e imperecederos como Phantis, Navy Moves, PC Futbol o PC Basket), lanzaba al fin un proyecto que llevaba cinco años cociéndose y que acabó convirtiéndose en todo un ejemplo del lamentable vía crucis por el que deben pasar los estudios de desarrollo españoles para sacar adelante un videojuego cuando carecen del mecenazgo de una editora situada fuera de las fronteras de este país infestado de trápalas con el rostro más duro que el adamantium y políticos cuyo principal hobby es engordar sus cuentas en Suiza a nuestra costa. Pero tantas lágrimas y esfuerzo acabaron finalmente dando sus frutos, con Zack Zero como uno de los descargables más destacados del presente año tanto para PS3 como para PC. Dotado de un delicioso apartado audiovisual (a destacar en la vertiente sonora el trabajo de ese monstruo del doblaje que es Lorenzo “Fox Mulder” Beteta) de lo más puntero y una maravillosa jugabilidad que bebe de los grandes clásicos disfrutados en las generaciones de los 8 y 16 bits, Zack Zero es un auténtico diamante en bruto y un agradecido descanso ante tanto título de artificio de los que actualmente ahogan el mercado. En definitiva, un refrescante soplo de aire ochentero (mucho menos contaminado y viciado que el actual), la prueba de que querer es poder incluso en los tiempos actuales, y ante todo un grandísimo juego de plataformas y acción a la vieja usanza.

Los matamarcianos, ese género decano que ya daba algún coletazo antes incluso de que Pong viera la luz del día, vivió su época de mayor esplendor durante los 80 y primeros años 90, maravillándonos (y haciéndonos perder los nervios debido a la exasperante dificultad de la que hacían gala) con títulos como Gradius, R-Type o la deliciosa, festiva y desmelenada saga Parodius. A pesar de que la revolución tridimensional que llegó en la generación de los 32 bits los relegó a un plano secundario, han sabido resistir el paso del tiempo, las tendencias y las modas gracias tanto al apoyo de sus incondicionales aficionados como a la propia calidad de los títulos que nos han llegado a lo largo de los años. Sine Mora es el mejor representante del género lanzado en este 2012, así como una prueba palpable de que, manteniendo intactas sus mecánicas y formas clásicas, aún queda espacio para innovar en tan veterana disciplina. En los créditos del juego que nos ocupa podemos ver tanto a estudios insignes de la talla de Digital Reality (War Front: Turning Point, Black Knight Sword) y Grasshopper Manufacture (Killer 7, No More Heroes) como a nombres propios de la categoría de Mahiro Maeda (maestro de la animación japonesa) y Akira Yamaoka (el cual firma uno de sus mejores trabajos post Silent Hill), lo cual nos hace intuir que la calidad de este Sine Mora se encontrará por las nubes, algo que podremos comprobar nada más comenzar a jugar. Nos encontramos ante un clásico shooter 2D de desarrollo lateral, dotado de un motor gráfico a la altura de los tiempos que corren, un impresionante trabajo artístico (que deslumbra en las secciones obra del maestro Maeda, correspondientes a los jefes finales), momentos de bullet hell al más puro estilo Cave, una trabajada mecánica en la que la típica barra de salud es sustituida por un contador de tiempo, y ante todo una desenfrenada jugabilidad que nos absorberá a poco que el género nos atraiga. Añádase a dicho cóctel un buen ramillete de modos de juego para alargar su vida útil, y tenemos como resultado un descargable digno de ser atesorado en el disco duro de nuestra 360, PS3, PC o en la tarjeta de memoria de la sufrida (aunque con juegazos como éste lo es menos) PlayStation Vita.

Si los genios del modesto (y sin embargo monumental) estudio Klei Entertainment no existieran, habría que inventarlos (y deprisa, que mucha es la morralla que nos acecha en los tiempos que corren). Las plataformas descargables, además de estar infestadas de DLCs abusivos y fondos de escritorio vendidos a precio de oro, se han convertido en un bastión ideal en el que refugiarnos cuando los FPS clónicos y los juegos que gritan mucho sin decir absolutamente nada ya nos tienen hasta la coronilla. Xbox Live Arcade, PlayStation Network o Steam son auténticos cofres del tesoro de los que podemos extraer numerosas joyas en forma de títulos descargables que en muchos casos beben de las sólidas y añoradas mecánicas del pasado. Eso sí, la mayoría de dichos títulos lo hacen únicamente en el terreno jugable, ya que pocos apuestan también por un apartado visual artesanal, a la antigua usanza, construido a golpe de píxel, sprite y scroll parallax en lugar de tirar por el camino habitual y echar mano del último motor poligonal de moda. Klei es uno de los pocos estudios que aún crea los gráficos de sus títulos de desarrollo bidimensional como deben ser creados, pero es que además dichos juegos son colosales. Tras las dos entregas de Shank, los canadienses nos presentan ahora Mark of the Ninja, una propuesta completamente diferente a sus dos anteriores trabajos ya que la acción desenfrenada a pecho descubierto deja paso al sigilo, la infiltración y el meditar detenidamente cada movimiento. En Mark of the Ninja jugamos con la luz, nuestra principal enemiga, la oscuridad, indispensable para tomar ventaja frente a nuestros implacables adversarios, e incluso el sonido, ya que éste puede traicionarnos, pero también llegar a servirnos para intuir la posición de los centinelas o confundirlos para que miren hacia donde nos interesa. Mark of the Ninja no es un Shank, no es un Shinobi, ya que si avanzamos a lo loco duraremos menos que un billete de cinco euros frente al Congreso de los Diputados. En lugar de eso, Mark of the Ninja es el más perfecto ejemplo de lo que debe ser un juego de sigilo e infiltración; y en dos dimensiones, lo que tiene aún más mérito. El juego de cabecera de Solid Snake, ni más ni menos, y también debe ser el vuestro si queréis disfrutar de uno de los mejores descargables del año.

Telltale sorprendió a propios y extraños con su primera temporada de The Walking Dead. La compañía, especializada en aventuras gráficas, dio un paso adelante cogiendo el archiconocido cómic sobre el apocalipsis zombie y dándole un tono dramático tanto por el desarrollo como por las decisiones a tomar. La empatía que genera con los personajes que vamos conociendo, el instinto de protección del protagonista Lee dando seguridad a la pequeña y desamparada Clementine y el ritmo de la aventura han convertido esta serie de cinco capítulos en una de las mayores sorpresas del año. Diálogos, decisiones, giros argumentales brutales y la sensación de vivir una experiencia única con personajes que dejan un gran vacío cuando terminamos la temporada. Acción en forma de QTE, algún que otro puzle y una buena ambientación son la combinación explosiva de esta aventura gráfica que ha encumbrado a Telltale entre los mejores del año, incluso ganando el Juego del Año en los VGA. Una opción imprescindible a pesar, eso sí, de no estar traducido a nuestro idioma.