The Longest Journey
The Longest Journey - Capítulo 1. En la Oscuridad
Sin embargo, el Tribunal de la Santa Inquisición Aventurera le encontró deambulando con ojos sanguinolentos y una botella de Jack Daniels por los alrededores de un barrio de mala reputación, por lo que fue apresado no sin antes acertar en las partes pudientes a un par de hermanos que tuvieron que ser intervenidos de urgencia. El Gran Inquisidor le dio una nueva oportunidad
CAPITULO 1: EN LA OSCURIDAD
April aparece en un extraño lugar, sin saber si es ilusión o realidad. En suma, se dirige hacia la derecha, fuera del borde del precipicio. Finalmente, tras contemplar la escena del huevo rodante, recoge una escama del nido cercano, y recoge una rama del árbol cercano. Éste empieza a hablar por los codos [bueno, como si lo fuera]. El árbol se halla débil, debe proteger el huevo, y no ha sido favorecido por el Plan Hidrológico Nacional por ningún tipo de trasvase.
Una vez ha acabado la perorata, April junta la rama con la escama, y los coloca en el riachuelo que se halla más a la derecha del árbol.
Una vez el riachuelo es desviado de su curso por el invento de April, el árbol revive con nuevas fuerzas y energías. April recuerda al árbol cuál es su deber hacia el huevo gigante, y éste lo rescata para poder cumplirlo adecuadamente.
Una vez April se despierta, con las habituales dudas sobre si lo experimentado ha sido real, ha sido mentira o ha sido un episodio del Gran Hermano, procede al habitual saqueo que todo aventurero realiza cuando visita un lugar nuevo. Lo extraño es que se trata de su propia habitación.
April recoge una foto, bastante inútil, en que aparece con sus amigos. Más interesante, aunque no del todo imprescindible, es recoger el diario, en que April irá anotando sus impresiones a lo largo del juego, y cuyo examen revela la hoja en que April apunta sus horas trabajadas a los efectos de calcular la nómina. Excelente.
April abre el armario cercano, del cual recoge el pequeño juguete Guybrush, una auténtica monada. Un pequeño y sucinto examen del aparato muestra que puede ser accionado con una llave y que su ojo, si se intenta un par de veces, puede ser arrancado cruelmente. Así que no podrá decirse que este juego se ha podido terminar sin maltratar animales, aunque sean tan latosos y artificiales.
Hecho todo esto, puede April irse de la habitación, aunque para consternación de los jugadores masculinos, decide vestirse un poco antes de salir. Una vez fuera, se encuentra con Zack. Un breve intercambio de impresiones será suficiente, por el momento, para saber de qué pie calza. April baja las escaleras para llegar a la sala de estar. En el tablero de corcho encuentra una nota rosa, que recoge con la chincheta y todo. Su lectura es muy interesante, y April la utiliza para reclamar su anillo a Fiona. Antes de abandonar este lugar, April recoge la caja de cerillas.
Una vez fuera, encontrarse con Cortez es inevitable. April habla con él, y no es excesivamente importante qué conteste ella exactamente, dado que Cortez igualmente se las arreglará para hacer saber a April que la conoce más de lo que ella misma se conoce a si misma.
April tiene que trabajar en sus lienzos para la exposición de la escuela... ¡malditos deberes! Así que se encamina hasta la Academia, entra en ella, se encuentra un guante de goma en una papelera que recoge sin pudor alguno, sube las escaleras, recoge la paleta y sus pinceles y los usa para pintar en el lienzo.
Tras haber plasmado sus ideas en el óleo, aparece Emma, con un mensaje de Cortez, para que vaya "allí donde los niños visualizan sus sueños". Algún cine pornográfico, quizás. La cuestión es que April no tiene ni idea de a qué se refiere Cortez.
Una vez ha concluido la conversación con Emma, April se dirige hacia el Café Fringe. Allí puede conversar con Charlie, su compañero en el trabajo y puede que de alguna cosa más, especialmente sobre Cortez, aunque no es del todo necesario; ha visto a Cortez muy interesado por cierto póster cerca de la máquina de discos. De todos modos, antes de meterse en la zona interna del bar, April pilla algunos caramelos de la jarra.
April entrega a Stanley, su jefe, la hoja de servicios. Stanley se muestra renuente a pagarla, pero ella insiste y amenaza con largarse con viento fresco, así que finalmente le paga, cargando su tarjeta de crédito. O puede que sea de débito. Bueno, es personalizada. Luego, Stanley le propone hacer otro turno... de que acepte o no depende cómo acaba este episodio, pero es indiferente por lo que respecta a la aventura.
Finalmente, April se concentra en el póster. Lo examina, recoge una entrada gratuita y le echa un vistazo; gracias a todo esto sabe dónde encontrar a Cortez, en la Roma Gallery. Antes de irse, se puede recoger un poco de pan de la mesa, e incluso si hay moral se puede hablar con Marcus y con Emma.
Ha llegado el momento de bajar al metro. April usa la máquina del analizador de genes, pulsando cualquiera de los botones, y luego la tarjeta de crédito sobre el ojo electrónico. Ya tiene un pase semanal para ir todas las veces que quiera en metro. Menudo chollo, ¿eh? No es el momento de hacer muchas cosas aquí, pero no está de más echar un vistazo a ese objeto que echa chispas en el andén apuesto al que está permanentemente ocupado con trenes circulando. Parece una llave... pero su historia se desvelará en el próximo capítulo.
Ahora es cuestión de subirse al tren, examinar el mapa del suburbano y seleccionar la estación donde April quiere bajarse.
Una vez ha llegado a destino, se mete en el interior de la Galería, hace entrega del billete y se acerca a Cortez, hablando con él. Éste le muestra una pintura, y ella ve en la pintura mucho arte y mucha verdad. Tras lo cual discuten brevemente y él la cita para el día siguiente, largándose con viento fresco pues tiene otras citas que atender.
April hace el viaje de vuelta a East Venice con el metropolitano. Si April ha prometido a Stanley hacer un turno extra, debe volver al Café; en caso contrario, a la pensión: allí hay que hablar con Fiona y luego con Mickey; finalmente, April pedirá quedarse a ver la película de la que Fiona ha hablado...