The Longest Journey
The Longest Journey - Prólogo
Sin embargo, el Tribunal de la Santa Inquisición Aventurera le encontró deambulando con ojos sanguinolentos y una botella de Jack Daniels por los alrededores de un barrio de mala reputación, por lo que fue apresado no sin antes acertar en las partes pudientes a un par de hermanos que tuvieron que ser intervenidos de urgencia. El Gran Inquisidor le dio una nueva oportunidad
PRÓLOGO
En su última aventura dejamos a El Bárbaro escapando de los páramos helados en helicóptero acompañado de una rubia despampanante. Sin embargo, el Tribunal de la Santa Inquisición Aventurera le encontró deambulando con ojos sanguinolentos y una botella de Jack Daniels por los alrededores de un barrio de mala reputación, por lo que fue apresado no sin antes acertar en las partes pudientes a un par de hermanos que tuvieron que ser intervenidos de urgencia. El Gran Inquisidor le dio una nueva oportunidad:
-Bárbaro, deberás afrontar nuevamente un reto a tu sutil inteligencia, a tu vivaz picardía, a tu espíritu aventurero y a la dureza de tus posaderas... tenemos otro juego que analizar...
-¡Maldita sea! Prefiero seguir encerrado en esta mazmorra, conversando con las ratas, a las que he enseñado a jugar a las damas. Además, la paja está muy rica.
-En esta aventura podrás ver todo el rato a una chica de 18 tacos que lleva mallas ajustadas, e incluso alguna vez va en paños menores...
-Ah... uh... Dadme esos discos, malvados y perversos monjes encapuchados de ojos brillantes en la oscuridad, manos como garras y sobacos malolientes.... por no hablar de los hábitos remendados y apolillados...