Así los veo: previa NFL 2017 de los Green Bay Packers
Los Packers son una franquicia en la que nada funciona bien nunca, todo el mundo está enfadado siempre y parece que se va a acabar el universo prácticamente todos los días. Pero año tras año se plantan como poco en la ronda divisional como quien no quiere la cosa. Bien mirado, el drama es que se mueven en una balanza extraña en la que hay un quarterback con talento para jugar la Super Bowl año tras año y una plantilla con una falta de equilibrio crónico que, si no fuera por su quarterback, difícilmente sería competitiva.
Se llevan moviendo en esa inestabilidad desde la temporada 2010 en que ganaron su última Super Bowl y todos suponíamos que estaba naciendo una dinastía que iba a dominar la NFL durante toda una década. Desde entonces han pasado seis años que han sido seis oportunidades perdidas disparadas a bocajarro al pecho de todos los aficionados queseros, que contemplan con desesperación cómo sólo han conquistado dos anillos después de 25 años teniendo en sus filas a dos de los mejores quarterbacks de la historia de la NFL, porque por unas razones o por otras el equipo como bloque casi nunca ha estado a la altura.
Este año las cosas no han cambiado demasiado, pero sí se ven detalles diferentes. Llevamos semanas sin escuchar gritos dentro de los despachos. Sin declaraciones fuera de tono. Sin esas salidas de pata de banco algo aldeanas tan habituales en el entorno de la franquicia. Parece que, por fin, en las instalaciones de los Green Bay Packers se están haciendo las cosas con cierto consenso. Para empezar, ¡han fichado cinco agentes libres! Ted Thompson estuvo activo en marzo e incluso hicieron un buen draft en defensa. Eso sí, el middle linebacker que necesitan como el comer, ni está, ni se le espera. Una cosa es caerse del guindo, y otra muy distinta bajarse del carro.
Fe infinita en que Aaron Rodgers todo lo puede
Después de tantos años pensando que Rodgers será capaz de conjurar con su talento cualquier limitación del resto de la plantilla, es urgente que se den cuenta de que con él no es suficiente. Dejarse de historias y, simplemente, trabajar con criterio para rodear a su quarterback de las mejores armas posibles. Llevo demasiado tiempo deseando ver a Rodgers moviendo simplemente un ataque con su talento infinito, y no dedicado a sacarse ases de la manga y obrar milagros cada semana para mantener a los Packers a duras penas en la pelea. Quizá toda la NFL se sorprendería de descubrir las cotas a las que puede llegar un jugador cuando le quitan de encima tanto lastre.
Receptores que son como extensiones de Rodgers
Jordi Nelson ya tiene 32 años y según algunos en 2016 ya mostró síntomas de decadencia… por eso ‘solo’ consiguió 1257 yardas y 14 touchdowns. Como no me creo ninguna decadencia hasta que la veo de verdad, doy por hecho que volverá a ser el estilete letal de siempre. El que sí ha dado un bajón considerable es Randall Cobb, que ha perdido el estatus de segundo receptor a favor de Davante Adams, que en su tercera temporada como profesional dio un salto impresionante. Con esas tres armas, Rodgers tendría de sobra para sembrar el pánico en las huestes rivales, pero es que, además, han metido más músculo con dos elecciones bajas del draft y han fichado en la agencia libre a Martellus Bennett, un tight end estrella que viene de ganar el anillo y sumar 701 yardas y 7 touchdown en New England, y que además es extraordinario como bloqueador en la líneas. Un jugador polifacético que lo tiene todo para entenderse a las mil maravillas con un Rodgers que siempre es mucho más feliz cuando ponen un tight end en su vida.
Tres corredores en el draft
Una vez que se han librado de Eddie Lacy, sorprende que no hayan reforzado con un veterano una posición en la que Ty Montgomery no es mucho más que un parche. Como comodín fue un arma muy peligrosa recibiendo balones desde el backfield y corriendo por fuera, pero, por muy abiertas que jueguen las defensas por temor a Rodgers, parecía indispensable que buscaran un corredor norte-sur poderoso que sacara petróleo obligando a las defensas a cerrarse. La solución se ha buscado en el draft con tres elecciones. En 4ª ronda eligieron a Jamaal Williams, un percutor de gran envergadura muy parecido a Lacy. En 5ª ronda, a Aaron Jones que parece más polifacético y capaz de conseguir grandes jugadas tanto por tierra como por aire. En séptima ronda, a Devante Mays, que parece un tiro a ver qué pasa. Aaron Ripowski seguirá siendo un buen full back. Juventud al poder con los interrogantes que eso provoca.
La mayor sorpresa de la temporada 2016 de los Packers quizá fuera la línea ofensiva. La afición quedó conmocionada cuando Josh Sitton, su mejor jugador, se marchó en la agencia libre de 2016 y los augurios era apocalípticos. Sin embargo, Lean Taylor le sustituyó de maravilla en el LG acompañado por un David Bakhtiari que también estuvo extraordinario. Corey Linsley (C) y Bryan Bulaga (RT) también seguirán en una línea que jugó mucho mejor de lo que parecen indicar los 35 sacks encajados. El problema de esta offseason será cubrir la marcha de TJ Lang, una labor complicada porque fue un pilar en el guard derecho. Para suplirle han fichado a Jahri Evans, que a sus 34 años no está ya para muchos trotes, han elegido a Kofi Amichia en 6ª ronda del draft y tienen en la plantilla a Don Braclay, hasta ahora relevo interior, y cuyo rendimiento pasado no transmite optimismo.
A vueltas con el front seven
En principio, la línea de tres iba a estar formada por un tridente mágico que es el alma de esta defensa: Kenny Clark y Mike Daniels como ends y Letroy Guion como nose tacke. Sin embargo, hay un inconveniente: Guion está sancionado los cuatro primeros partidos por consumo de sustancias dopantes y también está pendiente de sanción por conducir bebido y fumado en Hawai. Por tanto, es muy probable que acabe perdiéndose toda la temporada. Tendrá que sustituirle Christian Ringo o el rookie Montravius Adams, elegido en 3ª ronda del draft. Los que sí seguirán, serán los cuatro linebackers titulares, pero esa noticia no es tan buena. Nick Perry quizá pueda volver a rondar la docena de sacks, pero Jake Ryan y Blake Martinez parecen muy poca cosa por dentro y Clay Matthews seguirá alargando su agonía de estrella convertida en lastre, salvo que sea verdad que todos sus problemas de rendimiento tenían su origen en lesiones que, por fin, parecen haber quedado atrás. Con la marcha de Peepers no solo perderán pass-rush (consiguió 7,5 en su última temporada), también quedará mucho más descubierto Matthews, que se juega el ser o no ser como jugador de la NFL. Creo que el empecinamiento con darle oportunidades a Matthews está provocando que el staff aparque la urgencia por fichar un linebacker interior dominante y que se insista en formaciones 3-4 que están funcionando mucho peor que las 4-3 con Perry como edge en el end. El año pasado consiguieron 40 sacks, pero mediada la temporada se derrumbaron en los demás aspectos del juego para no levantarse nunca más.
El drama de la secundaria
El año pasado la secundaria sufrió una implosión casi apocalíptica. Todo saltó por los aires tras la lesión de Sam Shields en la semana uno y no hubo nadie capaz de salvar los muebles. Solo se salvaron Ha-Ha Clinton Dix y un poco Morgan Burnett. Si exceptuamos los safeties, el resto fue un despropósito permanente. Lo peor es que deberán seguir contando con Damarious Randall y Quinten Rollins, que después de un magnífico año de rookie se derrumbaron para convertirse en un guiñapo en manos de los receptores rivales. También han fichado a Davon House en la agencia libre, pero no parece solución de nada. La esperanza de resurrección llega desde el draft. En 2ª ronda eligieron a Kevin King para que sea desde ya el cornerback número 1. También al final de la segunda ronda eligieron a Josh Jones, un back que puede jugar casi de todo y que muy probablemente ocupe el slot desde muy pronto. Como estas dos elecciones del draft no funcionen, todo el castillo de naipes de los Packers se puede derrumbar exactamente de la misma manera que el año pasado.
Una vez más los Packers llegan como favoritos a todo exclusivamente por el miedo que provoca Aaron Rodgers. Pero para ser aspirantes reales necesitan que el bloque esté a la altura del quarterback y esta vez van a dejar mucha responsabilidad en manos de jugadores novatos. Quizá les salga bien la jugada. De lo contrario, caerán exhaustos con la certeza de que el tiempo se acaba y cada año perdido es un drama.
Mi pronóstico
Los Packers tienen el bye muy centrado en la semana 8 y lo peor de su calendario se concentra en la primera mitad de la temporada. Reciben a Seattle en la semana 1, viajan a Atlanta en la 2, partidazo en Dallas contra los Cowboys en la 5 y nuevo enfrentamiento clave en Minnesota en la 6. Antes del Bye, y como guinda, duelo de pistoleros contra Drew Brees en Lambeau Field en la 7. Desde ahí y hasta el final todo parece mucho más fácil, pero en ese primer arreón podría iniciarse una crisis si hay más derrotas de las esperadas. Con tanto rookie en puestos clave no será sencillo el acoplamiento. Creo que estarán en playoffs e incluso deberían ganar su división con un récord que rondará el 11-5, pero también sospecho que será un engordar para morir. Y que no se fíen de los Vikings.
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