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Así los veo: previa NFL 2017 de los Chicago Bears

Actualizado a 4 de agosto de 2017 22:14 CEST

A día de hoy, los Bears están en medio de ninguna parte. Pero que nadie desespere. Al menos han hecho una cosa bien en los últimos meses: se han librado de Jay Cutler. Y ese es un paso magnífico. Tal vez no hacia adelante, aunque sí para frenar una inercia que les mantenía en un bucle interminable. Lástima que John Fox no se marchara en el mismo taxi que se llevó a Cutler. A sus 62 años, el entrenador está de vuelta de todo. Ya ni siquiera sirve para asentar el vestuario, poner sensatez e iniciar con cordura una reconstrucción, que era su especialidad. Chicago necesita sangre nueva de arriba abajo y todo apunta a que la gran revolución se producirá al final de esta temporada.

Los Bears llevan demasiado tiempo sin ser ni buenos ni malos. Sin personalidad ni proyecto. Lo más probable es que dentro de unos meses se reinventen desde los cimientos. Ryan Pace, el general manager, ha trabajado durante esta offseason como si Fox no estuviera y con un único objetivo: encontrar un quarterback franquicia. No le ha importado nada más. Ni siquiera consiguieron despertar de su encefalograma plano en el draft, donde regalaron a San Francisco la tercera y la cuarta ronda, y se gastaron la segunda en un tal Adam Shaheen (maldita la falta que les hacía un tight end).

Un futuro en manos de Mitch Trubisky

Así que, salvo sorpresa inesperada, los Bears dedicarán la próxima temporada a rezar para que Mitch Trubisky sea de verdad el quarterback maravilloso con el que llevan años soñando. Esa será su única preocupación. Si al final hay fumata blanca, darán gracias al Señor y bendecirán su nombre. Si el humo que sale de la chimenea es negro, pues vuelta a empezar y que nadie se extrañe si vuelven a insistir con un quarterback con un pick alto de primera ronda dentro de pocos meses. Visto lo visto, el plan en Chicago es supeditar cualquier reconstrucción a la aparición de su pasador franquicia sin importar los años que sean necesarios para conseguirlo. Y sinceramente, no me parece un mal plan.

La irrupción de Jordan Howard

Lo curioso es que la plantilla de Chicago no está tan mal. Y de haber tenido quarterback, y entrenador, podía haber sido apuntalada durante esta agencia libre para convertirla en competitiva. La irrupción del rookie Jordan Howard fue meteórica el año pasado, con 1.313 yardas de carrera y 298 de recepción. Da miedo pensar hasta dónde puede llegar ese chico si continúa su progresión. El grupo de receptores también puede ser competitivo, e ideal para facilitar el trabajo a un quarterback sin experiencia pese a la marcha de Jeffery. Todos seguimos pendientes de saber lo que puede dar de sí Kevin White, que se ha perdido casi enteros sus dos primeros años por lesión. Wheaton, Meredith y Wright, sin ser grandes estrellas, tienen calidad para rendir a muy buen nivel. Solo un ‘pero’ gigantesco: si planteas la temporada como un ‘clinic’ para tu nuevo quarterback, no es de recibo que tus tackles titulares sigan siendo Leno y Massie, que desentonan con el magnífico trio interior que forman Sitton, Whitehair y Long cuando les respetan las lesiones.

La mano de Vic Fangio en defensa

El drama está en la defensa. Y, sobre todo, en la cantidad de buenos jugadores que tuvieron que descartar para elegir a Trubisky. El año pasado empezaron muy bien. Se notó la mano de Vic Fangio en su agresividad y mordiente, pero la temporada se les hizo demasiado larga y se acumularon las lesiones. Los tres y fuera constantes les obligaban a estar demasiado tiempo en el campo y la secundaria no ayudó lo suficiente a un front seven que sí rindió a un muy buen nivel. Han fichado a Demps como strong, y a Amukamara como cornerback 1. El primero parece mayor y el segundo irregular, pero ambos pueden mejorar mucho la secundaria si juegan como saben. Si a eso se le suma el regreso de Kyle Fuller (CB) recuperado de su lesión, la defensa contra el pase, tan necesitada, debería mejorar.

En el front seven puede suceder lo mismo. Se resintió el año pasado tras las lesiones de Trevathan, McPhee, Lamaar Houston, Eddie Goldman, Will Sutton… Pero fueron muy sólidos hasta que empezaron a caer como moscas. En la línea de tres, Akiem Hicks consigue muchos sacks desde el end izquierdo, Goldman es un nose tackle muy joven y prometedor y Unrein y Bullard competirán por la titularidad en el end derecho, quizá lo más débil del grupo. Los linebackers son magníficos. Houston y McPhee, ambos exteriores, volverán con fuerza después de sus lesiones y tendrán que competir con Leonard Floyd, primera ronda del draft de 2016, y Willie Young, que en su ausencia fueron los titulares y se combinaron para 14,5 sacks. Cualquiera de los cuatro puede ser titular y todos tienen talento de sobra. Por dentro, Trevathan es indiscutible y Freeman peleará con Kwiatkoski por el último puesto de titular, que en cualquier caso quedará bien cubierto. En resumen, un front seven para quitar el hipo que estaría en la élite de la NFL si no fuera porque Vic Fangio y Fox pasan últimamente demasiado tiempo discutiendo sobre si jugar con una 3-4 o una 4-3.

Su temporada empieza en la semana 10

Pese a todo, que no reine el optimismo. Si se cumplen las expectativas, el recién fichado Mike Glennon, que hasta ahora no mucho más que un estupendo segundo quarterback, tendrá que hacerse cargo del ataque hasta la jornada de descanso en la semana 9 con un calendario que quita el hipo y que no augura nada bueno. Tras el bye, y con el quarterback veterano probablemente quemado por un mal récord negativo, saltará a la palestra Mitch Trubisky. Y esos últimos ocho partidos, aparentemente menos duros, serán la auténtica temporada de los Bears. El examen decisivo. El momento para saber si Trubisky será su quarterback de futuro que devuelva al Olimpo de la NFL a ‘The monsters of the Midway’ en los próximos años… en cuanto se libre de Fox.

Mi pronóstico

Las aspiraciones de los Bears difícilmente pueden pasar por lograr más de seis victorias.Para ellos eso sería un éxito si tenemos en cuenta que algunos analistas les dan como aspirantes al número 1 del draft. Creo que terminarán 5-11 y quedarán últimos de la NFC Norte.