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Así los veo: previa NFL 2017 de los Kansas City Chiefs

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Los Chiefs de Andy Reid se han convertido en una especie de balsa de aceite que sobrevive con éxito cada temporada al ciclón de la temporada regular, pero se hunde irremisiblemente en postemporada. Como un niño que estudia lo suficiente para aprobar con holgura pero nunca se acerca al sobresaliente. Una vida en el filo de la navaja en la que nadie se puede eternizar, porque al final te acabas cortando.

En realidad, si lo pensamos fríamente descubrimos que los Chiefs no son especialmente buenos en nada. Al contrario, son mediocres, o incluso malos, en muchas cosas. Pero curiosamente, como les sucede a algunas personas, un grupo de facciones poco atractivas por separado confluyen para crear un conjunto de belleza hipnótica. Para buscar la explicación a ese fenómeno extraño hay que apelar a Andy Reid, un entrenador que sigue siendo criticado por su gestión del reloj, sobre todo en algunos momentos de su etapa en Filadelfia, pero que sin duda debería ser señalado como una de las mentes más preclaras del football americano en el siglo XXI. Un tipo capaz de hacer buenas plantillas que en manos de la mayoría serían perdedoras, y de sacar lo mejor de cada jugador individual y de cada grupo.

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Adiós Alex Smith, bienvenido Patrick Mahomes

Pese a todo, parece que el actual proyecto de los Chiefs se está quedando sin gasolina. Ya no es un problema de recetas o entrenadores. Es una cuestión de nombres. En esta agencia libre han perdido a Donati Poe, Jeremy Maclin y Jamaal Charles, fueron esclavos de la obligación de renovar a Eric Berry con un contrato millonario, tienen cerca de la jubilación a algunos de sus pilares defensivos y han abierto la caja de Pandora confesando al mundo entero que con Alex Smith han tocado un techo de cristal irrompible que les impide crecer como proyecto. La conclusión es que, de alguna manera, han dado un aviso de reconstrucción al resto de la liga. Y quizá sea una de esas reconstrucciones que pasan en un visto y no visto sin que una franquicia deje de ser competitiva, pero en este caso más bien parece un problema más profundo, de esos que aparecen cuando la gran duda está en el puesto de quarterback.

La llave del éxito o fracaso de este salto al vacío tiene nombre y apellido: Patrick Mahomes. Y el coste es importante: la primera ronda del equipo en 2018 y una tercera de 2017. Si sale bueno, y se parece tanto a Brett Favre como aseguran algunos analistas, será una de las mejores decisiones del draft en mucho tiempo.Objetivamente, Andy Reid ha sido siempre un profeta de la West Coast Offense y un amante del control del tiempo por mucho que algunos se empeñen en que ese es su gran talón de Aquiles. Sin embargo, nunca ha tenido un quarterback que rinda al ciento por ciento a esa WCO que adora. Si de verdad Mahomes se parece tanto a Favre, uno de los quarterbacks que mejor se ha adaptado a ese sistema, Andy Reid podrá por fin poner en funcionamiento su filosofía favorita como nunca pudo hacer hasta ahora.

Un ataque muy similar al de hace unos meses

Suceda lo que suceda, los Chiefs vivirán la temporada en una permanente controversia de quarterbacks que Alex Smith tiene perdida y que se cerrará en cuanto Mahomes le arrebate la titularidad más pronto que tarde. Mientras culmina la transferencia de poderes, y más tras la marcha de Jeremy Maclin, tendrán que encomendarse a su juego de carrera, y al buen tándem que han formado Spencer Ware y Charcandrick West, que se verá aún más reforzado por la llegada de Kareem Hunt, elegido en tercera ronda del draft. Vistas las armas disponibles, no hay ningún motivo para pensar que el ataque terrestre no pueda mantener su nivel, o incluso mejorarlo. Otra cosa es el juego de pase, que debe resentirse bastante tras el corte de Maclin, pese a que el año pasado no tuvo su mejor año. Además, Alex Smith perderá confianza y no estará contento al sentir en el cogote el aliento de Mahomes. Los receptores emergentes del equipo, Tyreek Hill, Chris Conley y Albert Wilson, aún no son garantía de nada, pero yo no perdería de vista a Tyreek Hill, un jugador comodín muy de la escuela de los Chiefs que puede volver locas a las defensas con su papel de chico para todo. Para completar el grupo, se han cubierto eligiendo a Jehu Chesson en cuarta ronda. Como siempre, Travis Kelce, uno de los mejores tight ends de esta generación, será el gran referente aéreo y solo tendrá que vigilar sus arranques de mal humor.

La línea ofensiva será la misma que el año pasado. Fisher (LT), Ehinger (LG), Morse (C), Duvernay-Tardif (RG) y Schwartz (RT) forman un grupo sólido que mejoró mucho tras la llegada de Schwartz, que por fin consiguió encontrar dos guards consistentes y en el que el center Mitch Morse empieza a erigirse como líder y a justificar su elección en 2ª ronda de 2015. Con todas esas armas, el ataque debería garantizar un rendimiento similar al de la última temporada. Ese es un buen punto de partida para que Mahomes se sienta arropado y pueda poner cuanto antes el punto de brillantez e imprevisibilidad que le falta al grupo.

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Un front seven con demasiados abuelos

El auténtico dilema del equipo llega en el front seven, donde han perdido a Dontari Poe, Justin Houston lleva dos temporadas encadenando lesiones, Tamba Hali tiene ya 33 años y se queda sin gasolina y Derrick Johnson también comienza su cuesta abajo a los 34 años. La línea de tres podría mejorar, con el fichaje de Bennie Logan para sustituir a Poe, que quizá pueda tener menos nombre, pero seguro que es más regular y debería aportar mucha solidez. Además, será el año de la confirmación de Chris Jones, que jugó como una gran estrella en su año de rookie, y de la vuelta de Allen Bailey, que en un principio recuperará la titularidad una vez resuelta su lesión de músculo pectoral… pero que podría perderla muy pronto si Tanoh Kpassagnon, elegido en segunda ronda del draft, muestra más madurez de la que auguran algunos analistas, que creen que no podrá tener un papel protagonista hasta su segundo año.

Mientras la línea de tres parece sólida, las dudas llegan, sorprendentemente, en el póker de linebackers de esta defensa 3-4. Justin Houston y Derrick Johnson son grandes estrellas de la NFL por nombres, pero las lesiones y la edad condicionan su rendimiento real, que últimamente ha sido intermitente. La buen anoticia llega en el otro lado donde Dee Ford irrumpió por fin, después de dos temporadas muy grises, tras ser elegido en primera ronda de 2014. Sus 10 sacks fueron una de las mejores noticias de esa defensa y, sobre todo, permitieron a Andy Reid administrar mucho mejor a Tamba Hali, que pasó a tener un papel más secundario. Otro que irrumpió con fuerza fue Ramik Wilson, que se ganó el puesto de titular después de haber empezado el año en la escuadra de prácticas y se complementó de maravilla con Johnson por dentro. Que nadie se extrañe si Wilson pelea el puesto de titular a Derrick Johnson y Justin March-Lillard, una vez recuperado de su lesión, se convierte en el otro inside linebacker titular. Como lleva pasando algún tiempo, todos forman un front seven que alterna con éxito veteranía y juventud, en el que todo apunta a que este año se completará con éxito el relevo generacional.

Una secundaria monstruosa

La secundaria de los Chiefs por nombres es monstruosa. Eric Berry ha firmado un contrato que le ata de por vida al equipo y forma junto a Ron Parker una de las mejores parejas de safeties de toda la NFL. Y quiero insistir en Parker, una estrella que el año pasado se reivindicó como uno de los jugadores más infravalorados de la liga. Marcus Peters, su cornerback 1, quizá no deslumbrara en su segundo año tanto como en su debut como rookie, pero siguió rindiendo a nivel de gran estrella. Steven Nelson, Phillip Gaines, DJ White, Terrance Mitchell, Keneth Acker… completan un grupo numerosísimo en el que ninguno supera los 25 años y del que sin duda hay jugadores de sobra para que todo el bloque se sitúe en la élite de la NFL.

Os confieso que antes de empezar a escribir era bastante escéptico con el rendimiento de los Chiefs en 2017. Pensaba que sufrirían para sobrevivir en una AFC Oeste que se presenta muy competitiva. Sin embargo, salvo por el relevo en el puesto de quarterback, que siempre es complicado y puede lastrar sus resultados, parece un equipo tan sólido como siempre, que incluso ha mejorado en la mayoría de sus líneas y tiene la ventaja de que su bloque lleva bastante tiempo jugando junto y se han hecho los relevos sin traumas.

Mi pronóstico

Como Mahomes irrumpa a lo grande, estos Chiefs pueden aspirar de verdad a todo. Si siguen en manos de Alex Smith, volverán a tener su techo en la ronda divisional con suerte. Analizando su calendario, lo más complicado para ellos será sobrevivir a los duelos divisionales, que este año se presentan apasionantes. Tras el bye, en la semana 10, tienen siete partidos de los que deberían ser capaces de ganar al menos cinco. Es muy posible que toda su temporada dependa del éxito que tengan en ese sprint final.

 

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