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INGLATERRA

A la caza del City

Arsenal y Crystal Palace dan el pistoletazo de salida a una Premier muy especial que se extenderá hasta mayo y tendrá un Mundial de por medio.

Inglaterra
El entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, con el trofeo de la Premier League.
OLI SCARFFDiarioAS

Arranca la 30° edición de la Premier League y con ella el mejor fútbol del mundo. Arsenal y Crystal Palace dan el pistoletazo de salida a un campeonato muy especial que se extenderá hasta mayo y tendrá un Mundial de por medio. Esa es la mayor novedad en un temporada marcada, de nuevo, por los grandes fichajes y las cifras desorbitadas. Todos los equipos de la Premier han hecho lo posible por mejorar a sus equipos, pero el City se llevó a Haaland, es el vigente campeón y tendrá que revalidar el título en este curso 2022-23…

Manchester City

No hay cuatro sin cinco. Ese es el nuevo lema de Pep Guardiola, que busca su quinta Premier League con el Manchester City, el gran favorito para revalidar el título. El fichaje de Erling Haaland no hace más que aumentar las expectativas de un equipo que tiene entre ceja y ceja la Liga de Campeones, aunque sin descuidar su querida Premier. De hecho, más de un aficionado en el Etihad Stadium preferiría el campeonato nacional al europeo. Por eso, el técnico catalán sabe de la importancia de armar un equipo sólido y evitar un rendimiento discontinuo, que es lo que penalizaría a los citizens en 38 jornadas.

No obstante, con Haaland como baluarte ofensivo, los buenos números parecen asegurados. De hecho, según la Inteligencia Artificial ofrecida por Olocip, el delantero noruego marcaría 0,62 goles con el balón en juego por cada 90 minutos, o lo que es lo mismo, por partido. Pero antes tendrá que adaptarte a la propuesta de Guardiola, más dinámica en ataque, por lo que obligará a Haaland a salir de su zona de confort, que es el área. “Puedo mejorar en todo”, reconoció el flamante fichaje en una reciente entrevista, que con su llegada a la Premier quiere pegar el último estirón como futbolista.

Acaba de cumplir 22 años, y Grealish y Mahrez parecen sus escuderos perfectos para hacer añicos las defensas rivales. Un tridente en ataque que servirá para coronar el clásico 4-3-3 de Guardiola, que ha perdido en verano a Fernandinho pero que ha ganado a Kalvin Phillips, internacional con Inglaterra y pupilo del Loco Bielsa. Palabras mayores para este pivote que subirá la competencia en la medular, aunque Rodri es a priori un jugador indiscutible. Igual que De Bruyne, que hasta la incorporación de Haaland, era la gran estrella del City y que ahora tampoco parece dispuesto a quedarse en un segundo plano. Todo ello a la espera de que se resuelva el futuro de Bernardo Silva, que podría terminar marchándose al Barcelona y obligando a los citizens a hacer un fichaje exprés con la Premier ya empezada.

Así pues, el conjunto ‘sky blue’ todavía tiene tareas pendientes en este mercado en el que perdió a Cucurella en el último suspiro. Sergio Gómez, criado en la Masía y con alma de delantero, se plantea como la alternativa en el carril izquierdo, ocupado por Cancelo hasta nueva orden. Más aún después de la despedida de Zinchenko, que acompañó a Sterling y Gabriel Jesús por la puerta de atrás. Los tres jugadores contaban con poca confianza por parte de Guardiola, que nunca les consideró titulares indiscutibles, y se han mudado a Londres en busca de una segunda oportunidad. Pero el City respondió antes de tiempo y ya en enero ató a una de los jóvenes prodigio del fútbol argentino, Julián Álvarez. La araña ya ha dejado muy buenas sensaciones durante la pretemporada -con gol incluido al Liverpool en la Community Shield- y se presenta como un complemento perfecto para Haaland en el centro del ataque. A fin de cuentas, el City es un equipo repleto de grandes nombres pero tendrá que volver a ensamblarse como en las campañas anteriores.

Liverpool

Una temporada más, el Liverpool y Jürgen Klopp son los grandes contendientes del City en la Premier League. “Es la rivalidad más grande que jamás ha existido”, llegó a comentar la leyenda Red, Jamie Carragher, y no parece una sentencia exagerada, ni mucho menos. En el último lustro, y a pesar de la superioridad del City, el equipo de Anfield ha sido el único capaz de plantar cara a los campeones hasta batirles en una ocasión, en 2020. Pero el año de la pandemia se ha quedado muy lejos y el carismático Klopp quiere volver a levantar esa hermosa copa, que es la de la Premier. En ese asalto al primer puesto ya no podrá contar con Sadio Mané, uno de sus guerreros más combativos -y efectivos- de los últimos años.

El senegalés quería más protagonismo y el Bayern de Múnich se lo dio justo después de perder la final de la Champions League ante el Madrid. Sin embargo, el Liverpool tenía su reemplazo preparado y no tardó en hacer oficial el fichaje de Darwin Núñez, que por 100 millones de euros pasó a ser el fichaje más caro del club y su esperanza para la nueva temporada. Con el Benfica, el delantero uruguayo sorprendió al Pool en la Champions y eso decantó la balanza. Ahora hará pareja con Salah, que renovó contra todo pronóstico, y que sigue siendo el gran líder del proyecto de Klopp. Eso sí, hay más nombres a tener en cuenta.

Este año debería ser el de la eclosión de Luis Díaz, que ya el curso pasado se reveló como uno de los jugadores más afilados, y sobre todo, divertidos de la Premier. Tanto que le quitó el sitio a Diego Jota en cuestión de días, y eso que el extremo portugués anda sobrado de buen fútbol y de goles. Con ellos cuatro, y el incombustible Firmino, Klopp espera tener resuelta la papeleta en ataque, aunque donde más críticas ha recibido es por su falta de inversión en el medio del campo, cada vez más envejecido. Milner, Henderson y Thiago superan la treintena, y la única cara nueva es la de Fabio Carvalho, que con los canteranos Curtis Jones y Harvey Elliot, podrían resultar clave como revulsivos.

Bellingham es todavía un sueño lejano, así que el Liverpool se tendrá que conformar con empezar con Henderson, Thiago y Fabinho, un trivote del que podría entrar y salir Keïta, siempre que las circunstancias -veáse lesiones- lo exijan. En la parte de atrás sucede algo similar, y es que Van Dijk, Alexander-Arnold y Robertson son inamovibles pero Konaté podría alternarse con Matip, como ya hicieron el curso pasado. Pero es cierto que si Konaté sigue en esa línea ascendente de buen juego, tiene también muchas posibilidades de ser considerado un “titularísimo”. Ellos son, junto a Allison, el seguro de vida de un equipo que destaca por su intensidad, con y sin balón. Un juego desenfrenado, pero también desenfadado que les hace grandes aspirantes.

Chelsea

Cómo ha cambiado el panorama en Stamford Bridge. Hace un año, Thomas Tuchel había llevado al club londinense a conquistar su segunda Copa de Europa y Romelu Lukaku aterrizaba en la capital inglesa después de despuntar nuevamente en el Inter de Milán. El belga, que también había cuajado una buena Eurocopa llegaba para liderar al Chelsea en la disputa por la Premier League. Los de azul se dieron de bruces cuando más capaces parecían ser de cuestionar el binomio entre el Manchester City y el Liverpool. Lukaku salió del equipo este verano, y también Roman Abrámovich. Tras la invasión rusa de Ucrania, el gobierno británico sancionó a los hombres de confianza de Vladimir Putin en el Reino Unido y la propiedad paso a manos de un consorcio liderado por el estadounidense Todd Boehly.

La ilusión dejó paso a la incertidumbre. Y las dudas siguen sin disiparse. El Chelsea perdió a su pareja de centrales, Antonio Rüdiger y Andreas Christensen, que partieron a España en busca de una mayor estabilidad. A escasas horas de que se inicie la Premier League, Marcos Alonso podría seguir los pasos de sus excompañeros, y reunirse con el danés en Barcelona. Kalidou Koulibaly y Cucurella han sido los únicos refuerzo en defensa, y Raheem Sterling en ataque. El cambio en el organigrama del club no ha ayudado a tener un mercado de fichajes plácido, y la intención de Boehly de levantar la moral a base de traspaso ha quedado en nada.

Thomas Tuchel no las tiene todas consigo. La primera jornada, el sábado frente al Everton, llega demasiado pronto para un equipo en plena construcción. La pretemporada tampoco ha terminado de cumplir su cometido, y antes de iniciar la última semana de preparación el técnico alemán avisaba de que los suyos no estaban listos. Acusan los viajes a Estados Unidos e Italia, y viajarán este fin de semana a Goodison Park con lo puesto. Y con dudas.

Por tercer curso consecutivo, tendrán que ser los jóvenes quienes tiren del carro. Especialmente en el aspecto ofensivo. Destacan Mason Mount, Christian Pulisic y Kai Havertz (todos con 23 años). Timo Werner podría terminar regresando al RB Leipzig después de dos años decepcionantes en Londres. No llegó a despuntar, y la sorpresa sería que lo hiciese. Sterling liderará el ataque, y serán Jorginho y N’Golo Kanté quien aporten experiencia y garra en el centro del campo. Billy Gilmour y Connor Gallagher regresan de sus respectivas cesiones, ambas con dispar resultado. Gallagher fue uno de los destacados en el Crystal Palace, y esta campaña buscará consolidarse en un Chelsea que aspira a quedar entre los cuatro primeros clasificados, meterse un nuevo año en la Liga de Campeones y, si se tercia, dar el golpe en la FA Cup o la Copa de la Liga después de caer en ambas finales contra el Liverpool el pasado curso.

Tottenham Hostpur

Estuvo cerca de marcharse antes de la llegada del verano, agotado por una estrategia deportiva y financiera que pecaba de austera, pero a Antonio Conte le prometieron seis fichajes y no tuvo más remedio que quedarse. Fiel a su palabra, Daniel Levy, el correoso presidente de los Spurs, contrató a Richarlison, Bissouma, Spence, Perisic, Forster y Lenglet. Una buena excusa para conseguir un fondo de armario lo suficientemente fiable como para no pasar apuros para clasificarse para la próxima Champions League, aunque conociendo a Conte, el entrenador italiano va a por el título. El tiempo, y sobre todo los partidos, pondrán en su sitio a un equipo que el año pasado quedó en cuarto lugar de milagro.

De hecho, empezó el año con una crisis de juego y resultados que obligó a despedir a Nuno Espiritu Santo. Ahí es cuando entró en escena Conte, que revolvió el once, dio la alternativa a Kulusevski y alentó a Harry Kane, que estaba más apagado que de costumbre después de su pase fallido al Manchester City. Pero mientras el “huracán” recuperaba su mala baba, fue Heug-min Son el encargado de exportar el gol al Tottenham Stadium. Y el surcoreano lo hizo con tanta destreza que se acabó coronando como bota de oro de la Premier, mérito compartido con Salah con 23 tantos cada uno. Pero eso le hizo sonreír al ‘7′ de los Spurs, uno de los jugadores más queridos y respetados por toda la liga inglesa, aunque algunos le consideran como uno de los más infravalorados.

Para gustos, colores, y si no que se lo digan a Richarlison, que eligió el blanco, aunque se quedó en Londres. Será el ‘9′ de guardia de Conte, pero podría compartir escenario con Kane, que ya está acostumbrado a descolgarse del área, con mucho criterio además. Sus movimientos en sentido contrario al área sacan de punto a los centrales rivales. Un espacio que suelen aprovechar los extremos de los Spurs que entran como cuchillos a la espalda de la zaga. Moura es otro de los que disfruta de este recurso de Kane, también muy dado a prolongar o lanzar a sus compañeros como si de un “quarterback” se tratara.

Los atributos del delantero titular de Inglaterra son de sobra conocidos y por eso el Bayern suspira por él, igual que lo hizo en su momento Guardiola. Pero Conte pide respeto para el Tottenham, aún con varios descartes en la rampa de salida. Sergio Reguilón no cuenta para el italiano y el que podría llegar a ser titular es Perisic. Eso sí, como carrilero izquierdo con tres centrales más atrás. En esa línea de tres han estado trabajando los Spurs, pero a pesar de conseguir la cesión de Lenglet, los que parten con ligera ventaja son Cuti Romero, Dier y Davinson Sánchez. Al central francés le toca, por tanto, cambiar el chip y olvidar sus últimos años en Barcelona, demasiado grises. Más claro, en cambio, está el doble pivote y esa dupla formada por Hojbjerg y Betancur, que aporta consistencia a un equipo muy serio como es este Tottenham.

Arsenal

“El que no arriesga, no gana”, ha debido pensar Mikel Arteta y su equipo, el Arsenal, que ha invertido un total de 132 millones de euros en fichajes, el que más de Europa hasta el momento. Una nueva apuesta del equipo inglés en el proyecto dirigido por el entrenador español, que pese a quedarse fuera de la Champions League la temporada pasada, sigue contando con el apoyo de los gunners. Así pues, el verano en el Emirates Stadium ha sido particularmente agitado y en las últimas semanas el Arsenal ha hecho oficial las llegadas de hasta cinco nuevos jugadores, aunque el fichaje de más tronío fue el de Gabriel Jesús. Por 52 millones de euros, el delantero brasileño de 25 años se convirtió, además, en el traspaso más caro de los gunners en este mercado en el que Arteta se fijó en los descartes de Guardiola.

Pero el Manchester City no lo puso nada fácil y se remangó en las negociaciones hasta sacar 35 millones de euros por el traspaso de Oleksandr Zinchenko, que al igual que Gabriel Jesús, tampoco contaba con una posición privilegiada en los onces de Guardiola. Eso sí, poco pareció importarle a Arteta, que vio de cerca su talento cuando fue segundo entrenador en el City, y no ha dejado pasar la oportunidad de traerlo a Londres ahora, cuando ha estado en el mercado. Esta campaña el objetivo es claro. El Arsenal quiere volver aspirar a ganar títulos, incluida la Premier League (que no levanta desde 2004), y para ello, ha apuntalado el equipo con más caras jóvenes. Fábio Vieira tiene 22 años y es la ‘pequeña revolución’ de Arteta para su medio del campo, que el año pasado estuvo monopolizado por Xhaka y Thomas como centrocampistas defensivos, y Odegaard como mediapunta.

Vieira será, por tanto, un competidor más para la medular del Arsenal, aunque su fichaje por otros 35 millones de euros no parece haberle restado protagonismo a Odegaard que, al igual que sucedió con la selección de Noruega, ha sido nombrado capitán de los gunners. Solo ha pasado una temporada y media de su debut en el Emirates Stadium, pero el centrocampista noruego ya tiene el brazalete y será la imagen de un Arsenal plagado de jóvenes talentos. Una iniciativa de Arteta, que valora enormemente las dotes de liderazgo de Odegaard, como ya ha reconocido en más de una entrevista. Sobre todo, después de su notable rendimiento el curso pasado donde dejó entrever su buena conexión con Bukayo Saka y Martinelli en los costados. De ahí que no sea extraño que los dos extremos sean los favoritos para acompañar a Gabriel Jesús en el ataque del Arsenal, que ha subido el nivel.

Hasta la llegada del brasileño, la falta de acierto de Lacazette condicionó a los gunners, que no supo traducir el buen juego en goles. Y por este motivo, el delantero francés terminó la temporada en la Premier con solo cuatro tantos, antes de volver al Olympique de Lyon. Unos números que Gabriel Jesús ya ha superado en cinco partidos de pretemporada, en los que ha marcado siete goles. Pero además de las llegadas de Gabriel Jesús, Zinchenko y Vieira, el equipo del norte de Londres ha hecho valer su servicio de scouting y ha reclutado un prometedor extremo derecho del São Paulo, Marquinhos (19 años). Por 3,5 millones de euros se une así a la terna de promesas del Arsenal, que ha recuperado para su zaga a Saliba (21 años), uno de los mejores centrales franceses de la actualidad y otro de los jóvenes aunque sobradamente preparados de Arteta, con el que quiere asaltar la Premier este año.

Gabriel Jesus antes del primer partido de Premier League del Arsenal contra el Crystal Palace.
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Gabriel Jesus antes del primer partido de Premier League del Arsenal contra el Crystal Palace.PAUL CHILDSAction Images via Reuters

Manchester United

Erik ten Hag comienza su andadura en Old Trafford y lo hace con fichajes, como no podía ser de otra forma. El técnico holandés ha querido crear un equipo a su imagen y semejanza, con una propuesta de juego clara, aunque tendrá que armarse de paciencia. El curso pasado, el Manchester United se quedó fuera de la Champions League y 35 puntos por debajo de sus vecinos del City. Una catástrofe deportiva que ha obligado a los ‘Red Devils’ a llevar a cabo una profunda reforma del club en todos sus estamentos, pero en especial en la plantilla del primer equipo, que ha visto cómo han salido nueve jugadores.

Andreas Pereira, Paul Pogba, Jesse Lingard, Nemanja Matić, Alex Telles, Dean Henderson, Edison Cavani, Juan Mata y Lee Grant se han despedido, al menos, por una temporada del United, que tiene el firme propósito de rejuvenecer su plantilla. Pero hasta que no se resuelva el ‘culebrón Cristiano’ parece difícil que Ten Hag lleve a término la revolución prometida. De momento, ha reclutado a Lisandro Martínez, su antiguo pupilo en el Ajax, a Tyrell Malacia, al que arrebató al Olympique de Lyon en el último suspiro, y a Christian Eriksen, otro exjugador del Ajax, y por ende embajador del mejor fútbol holandés. Tres incorporaciones con las que el nuevo entrenador del United pretende consolidar su propuesta, aunque todavía falta el que quizá sea el más importante.

El centrocampista del Barcelona, Frenkie de Jong, es la gran aspiración de los ‘Red Devils’, aunque la Europa League y su difícil relación con Ten Hag no han sido, de momento, suficientes alicientes para el jugador. Pero en Mánchester siguen esperándole, igual que a Cristiano, que de momento no ha conseguido encontrar nuevo destino, así que le tocará empezar la Premier con el United. Una circunstancia que no entraba en sus planes y que podría empantanar aún más su salida del club, pero a falta de más de tres semanas para el final del mercado, resulta complicado dar nada por sentado. Lo que sí parece claro es que el conflicto con el portugués no beneficia al nuevo proyecto de Ten Hag, que aspira a formar parte de aspirantes a llevarse el campeonato, como cuando Sir Alex Ferguson era el entrenador.

Precisamente fue tras la retirada de Ferguson cuando el United empezó a decaer, y desde entonces, no ha vuelto a levantar la Premier League ni la Champions League. Nueve temporadas marcadas por las decepciones y a las que solo fue capaz de endulzar la Europa League conquistada bajo la dirección de José Mourinho. Pero ahora quieren volver a rodar y por eso Ten Hag trabaja con un once muy perfilado que empieza por De Gea, el capitán sin brazalete, y termina en Antony Martial, el renacido. Entre medias, un 4-2-3-1 en el que aparecen por las alas Malacia y Dalot, con Maguire y Lisandro de pareja de centrales (Varane tiene que remontar), McTominay y Fred o Eriksen en el medio, Bruno Fernandes de enganche, y Sancho y Rashford de extremos. Esa es la alineación que trabajó Ten Hag durante la mayor parte de la pretemporada y con la que quiere volver a competir.

West Ham

El asalto a la élite del West Ham continúa. Y si después de desembolsar 55 millones de euros por los fichajes de Aguerd, Downes y Areola, parecía que iba a bajar el ritmo, los Hammers han seguido trabajando en la incorporación de Armando Broja y Gianlucca Scamacca, una delantera que costaría otros 80 millones. Por el momento, ya han logrado la incorporación del punta italiano, procedente del Sassuolo y con un precio cercano a los 40 millones de euros. Buenas noticias para David Moyes, que se ha terminado de encumbrar en el London Stadium, donde los aficionados del equipo del este de Londres, volvieron disfrutar de unas semifinales europeas después de seis décadas sin hacerlo.

No obstante, esta campaña 2022-23 les tocará disputar una competición de reciente creación en la que nunca han estado envueltos: la Conference League. Un torneo al que accedieron después de perder comba en las últimas jornadas de la pasada Premier y quedar en el séptimo puesto de la clasificación. Pero United y Arsenal se acabaron imponiendo con bastante justicia, en gran parte, por el nivel medios de sus plantillas aún superior al de los Hammers. Por eso, la ‘operación entrada’ en el West Ham sigue en marcha y si antes hablábamos de Broja, también hay que mencionar a Kostic.

El mediocampista del Eintracht de Frankfurt también estaba en lista de objetivos de los martillos ingleses, con una determinación que esta vez sí les podría llevar a completar un plantel de primer nivel para un club que no renuncia a nada, y menos con Declan Rice como capitán. El centrocampista defensivo es el estandarte de este equipo, que se ha negado por activa y por pasiva a dejarle escapar este verano. Por eso todos aquellos que se han interesado en Rice han recibido la misma respuesta: su precio de salida son 150 millones de libras, o lo que es lo mismo, más de 180 millones de euros.

En torno a Rice, Moyes ha juntado un puñado de jugadores de pie fino como Fornals, Benrahma, Lanzini y Bowen. Los cinco caben en un 1-4-3-1 en el que Michail Antonio es la referencia, aunque la llegada de Scamacca quizás obligue a ajustar el sistema. Pero donde hay más dudas es curiosamente en la portería pues la compra en propiedad de Areola, que ya estuvo cedido el curso pasado, amenaza la titularidad de Fabianksi, que era el titular en los partidos de Premier. Por su parte, en la línea de atrás, los cuatro defensas parecen bastante claros, con Cresswell y Johnson en banda, y Dawson y Zouma de pareja de centrales. Todo con el fin de apuntalar a un equipo que no se conforma con los torneos menores de Europa y busca la clasificación para la Champions.

Leicester City

Pocos jugadores quedan ya de aquel Leicester campeón de la Premier League en 2016 al que algunos llegaron a considerar con mayor o menor entusiasmo como la mayor sorpresa de la historia del fútbol, pero Brendan Rodgers quiere evitar la extinción de ese grupo de Foxes. Por eso, el que fuera técnico del Liverpool conserva a Albrighton y a Jamie Vardy como si de una especie protegida se tratasen, y en el fondo lo son. El mediocampista y el delantero han quedado como únicos supervivientes de ese once que puso a Inglaterra patas arriba por un año. Tanto que otros tantos aficionados llegaron a relacionar el título con el Brexit, que también tuvo lugar ese mismo año, pero no entraremos aquí a debatir sobre casualidad o causalidad.

Lo que sí es cierto es que en el King Power Stadium hacen falta nuevas figuras, y las que hay están más cerca de marcharse que de quedarse. Así se entiende mejor la situación de Youri Tielemans, la joya del Leicester en el medio del campo, internacional por Bélgica, y pretendido desde hace meses por Arsenal y Manchester United. Solo falta un año para que su vínculo con el equipo de las Midlands termine, pero la oferta formal por el jugador todavía no ha llegado. Un caso semejante al de Maddison, probablemente el jugador con más nivel del equipo de medio del campo para arriba, pero que antes de septiembre podría fichar por el Newcastle, siempre que las urracas se rasquen los bolsillos y suelten más de 50 millones de euros.

Si bien Tielemans y Maddison no son los únicos en la rampa de salida, y es que Wesley Fofana es el objetivo número 1 del Chelsea en defensa y podría dejar tiritando a la defensa de Rodgers, que ha perdido a su portero de referencia, Kasper Schmeichel. El danés fue otro de los integrantes del equipo campeón, pero se ha marchado al Niza y deja un vacío enorme en el Leicester, que no ha fichado a nadie en este mercado. De hecho, el técnico norirlandés ya parece resignado a perderles y continuar con la regresión de las últimas temporadas en las que el Leicester ha ido vendiendo a sus estrellas como Kanté, Maguire o Mahrez. Así pues, el objetivo para esta campaña es no caer en los puestos de peligro de la clasificación y no perder de vista Europa, aunque cada vez resulta más complicado.

Brighton & Hove Albion

Poco a poco, el Brighton ha ido estableciéndose en la Premier League. Convirtiéndose en un regular, y mejorando sus resultados. La pasada campaña fueron novenos. Jamás habían terminado tan arriba en la pirámide del fútbol inglés. Con actuaciones notables frente a la nobleza de la liga. Ganaron al Leicester, al Arsenal, al Tottenham, golearon al Manchester United y empataron frente al Chelsea. Rascaron un punto también en Anfield. Comprensible es la ilusión que ha despertado el equipo que dirige Graham Potter. La tarea es, como mínimo, igualar el éxito de la pasada campaña. O mejorarlo.

Hay bajas sensibles. Yves Bissouma se marchó al Tottenham y Marc Cucurella ha terminado saliendo del equipo. El mejor jugador del Brighton la pasada campaña ha sido uno de los protagonistas en el mercado estival. Primero por el interés del Manchester City, posteriormente por la falta de un acuerdo, y luego por la oferta del Chelsea. El jueves, Graham Potter apartó al catalán del equipo para evitar distracciones en la preparación de la jornada inaugural en Old Trafford.

Aún perdiendo a dos jugadores importantes, Potter tiene una buena base sobre lo que seguir fortaleciendo su proyecto en el AMEX Stadium. Se ha relacionado a Angeliño con el club inglés recientemente a raíz de la salida de Cucurella. Solo ha habido dos fichajes hasta la fecha, y ambos de futuro: el extremo de 20 años Simon Adingra y el delantero paraguayo Julio Enciso, de 18 años. La batuta la llevarán futbolistas que ya están en plantilla. Jugadores que gozarán de más tiempo y tendrán que asumir más responsabilidades. Caso de Moisés Caicedo, que tratará de suplir la ausencia de Bissouma.

La seguridad de no jugarse la categoría favoreció el estilo del Brighton el pasado curso. Sin esa presión, los seagulls tuvieron la libertad de desarrollar un juego positivo, vistoso y de ataque. Pero poco efectivo. Pese al número de ocasiones que generaron, el equipo de Potter fue uno de los equipos menos goleadores del campeonato. Es la tarea pendiente. La compartirán Leandro Neal Maupay, Leandro Trossard y el recién llegado Deniz Undav. El alemán destacó por su capacidad anotadora según subió escalones por la estructura del fútbol teutón y también en Bélgica con el Saint Gilloise. Deberá demostrar que la Premier League no le queda grande.

Wolverhampton Wanderers

Tras su irrupción en la Premier League, e incluso en la Europa League, en Molineux escasea la ilusión. Se han estancado los lobos en la insulsa mitad de tabla. El proyecto del Wolves parece diluirse, especialmente por la ausencia de fichajes importantes y por la forma en la que terminó el curso pasado. Ganando solo dos partidos en los tres últimos meses de competición, y perdiendo hasta ocho de ellos. Los malos resultados fueron acompañados de malas actuaciones. Se echa en falta la creatividad, la frescura y el trepidante juego que convirtió al Wolverhampton Wanderers en el equipo de moda en Inglaterra. Lograron regresar a la máxima categoría y también disputaron competición continental por primera vez en 39 años. Empezaron a crear cada vez menos ocasiones, progresivamente, y a marcar menos goles en consecuencia. En los dos últimos cursos no alcanzaron las 40 dianas, mientras que en las dos anteriores anotaron 47 y 51 en total.

Se antoja complicado que el Wolves pueda intimidar a los seis grandes o pelear por puestos europeos. Esta temporada, quedar en la mitad alta de la clasificación es el objetivo. Tan importante será también el juego que muestren. Es por ello que Bruno Lage apostará por un cambio en el esquema. Tiene que modificar el funcionamiento de su equipo para lograr cambios. Esta temporada, el técnico luso planteará una defensa de cuatro. La única incorporación del verano, Nathan Collins, llega procedente del descendido Burnley para ayudar en el centro de la zaga. El irlandés costó casi 25 millones de euros y ha firmado por cinco años.

La intensidad y la exigencia de Lage podrían ir en su detrimento si el juego y los resultados no acompañan. Sobre el césped andan escasos de recursos. Tienen una plantilla corta y con futbolistas cuya progresión se ha visto interrumpida por las lesiones. Caso de Raúl Jiménez. El mejicano se lastimó la rodilla en un amistoso frente al Besiktas y se perderá el inicio de temporada. La pasada campaña fue la primera que completó después de sufrir una fractura de cráneo en 2020 y ser operado. No estuvo tan brillante como en las anteriores. Por ello, el curso que se inicia este fin de semana añadirá presión al atacante, que deberá recuperar su mejor forma.

Adama Traoré fue otro de los talentos que explotaron con el ascenso del Wolverhampton, pero en las últimas temporadas no encontró la manera de regresar a su mejor forma. Pasó la mitad de la pasada campaña cedido en el Barcelona, donde solo ofreció dos pases de gol en liga. Su único tanto llegó cuando todavía vestía con el color ámbar del equipo inglés. A la escasez de goles se le une también la escasez de atacantes. Fábio Silva ha sido cedido al Anderlecht y Chiquinho está lesionado, al igual que Jiménez. Cuando los lobos salten al césped de Elland Road el sábado, lo harán con Hee-chan Hwang como único delantero centro. En Molineux son pesimistas, aunque no tanto como considerar el descenso una opción. Por suerte para los Wolves, hay equipos peores.

Newcastle United

En St James’ Park y alrededores, la apatía se había convertido en tradición. Año tras año se sucedían las mismas sensaciones. Como una condena. Solo en verano podían sonreír los aficionados del Newcastle United. Porque no había fútbol. Al final del mismo regresaba la temporada, pero en lugar de esperanza e ilusión, sensaciones que experimentan la mayoría de aficiones de la mayoría de equipos, los geordies regresaban a su estadio con resignación. Ya cansados y con unas expectativas muy bajas. Todo lo que no sea hacer el ridículo estará bien era el mantra. Se sucedían también las dosis de crispación y enfado, ya iniciado el curso, con la decisión de este o aquel jugador y del entrenador, pero principalmente del propietario. Pero esta temporada el panorama es distinto. Mike Ashley accedió a vender el club en octubre del año pasado.

Adiós. Terminaba así un reinado de 14 años en los que escasearon los alti y abundaron los bajos. #cans (latas) fue tendencia en redes sociales durante las 48 horas posteriores a la venta del club. La afición se lanzó a la calle para celebrar la marcha de Ashley. Hubo alegría e ilusión por pasar a tener el propietario más rico del mundo, pero también dudas de pasar a tener el propietario más cuestionable del mundo. El 80% de los más de 360 millones de euros que costó la operación, los puso el Fondo Público de Inversiones de Arabia Saudí. Una institución que preside el príncipe Mohammed bin Salman. El Estado Saudí ha sido acusado de violar los derechos humanos, y varios servicios de inteligencia occidentales señalan que el príncipe ordenó en 2018 el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018. Algo que la corona saudí niega.

Amanda Staveley lidera el consorció que tomo el control en St James’ Park. Las primeras decisiones de la nueva propiedad fue contratar a Eddie Howe como nuevo entrenador y reforzar la plantilla con hasta cinco incorporaciones en el mercado invernal para evitar el descenso. Kieran Trippier dejó el Atlético de Madrid para regresar a su país, y ser la primera cara visible del nuevo proyecto del Newcastle. Los albinegros se llevaron luego a Chris Wood y Bruno Guimaraes al noreste de Inglaterra después de pagar más de 70 millones por ambos. Howe armó un buen equipo y las urracas remontaron el vuelo inmediatamente. Ganaron doce de los últimos 18 partidos que disputaron.

Hay motivos para ilusionarse por lo que pueda pasar sobre el césped en el futuro más inmediato del Newcastle, cuyo último título fue la FA Cup de 1955. El consorcio saudí prometió en su momento que esperan tener a los geordies en la Liga de Campeones y a peleando por la Premier League dentro de entre cinco y diez años. La temporada 2022-23 es la de los primeros pasos. La de la consolidación. Para ello, la dirección del club ha seguido trabajando en refuerzos. Matt Targett gustó en su cesión y este verano se comprometió permanentemente con las urracas. Sven Botman es uno de los defensas más prometedores de Europa, y jugará con las rayas blancas y negras después de un pago de más de 35 millones de euros al Lille. Nick Pope, internacional con Inglaterra, promete dar batalla a Martin Dubravka por un puesto en la portería. Sin locuras, sin excentricidades. Con paso firme. Mientras que los pronósticos sitúan a los de St James’ Park cerca de los puestos europeos, la hinchada solo piensa en disfrutar. Se dispararon las renovaciones de los abonos, y la expectación es tal que en cuestión de horas se agotaron los abonos adicionales que el club puso a disposición de cualquiera que hubiese comprado una entrada en los tres últimos años. Lograr uno de esos abonos, o hacerse con una entrada suelta para los partidos de su equipo aparenta ser el único quebradero de cabeza para la afición del Newcastle United. Y tampoco piden demasiado a estas alturas: terminar en la mitad alta de la clasificación e intentar dar la sorpresa en alguna de las copas inglesas es todo lo que quieren.

Matt Ritchie y el entrenador del Newcastle, Eddie Howe, durante un entrenamiento.
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Matt Ritchie y el entrenador del Newcastle, Eddie Howe, durante un entrenamiento. Serena TaylorGetty

Crystal Palace

Desde hace una década, en Selhurst Park están gozando de la mejor época de sus vidas. Ian Holloway devolvió al Crystal Palace a la máxima categoría y, más recientemente, Roy Hodgson lo estabilizó en la Premier League a base de garra, trabajo defensivo y las aportaciones de Wilfried Zaha. En la que será la segunda temporada de Patrick Vieira en el banquillo, las águilas pretenden alzar el vuelo. Hay optimismo en Croydon, al sur de Londres. El entrenador francés llegó con pocas credenciales, pero su debut en la élite en Inglaterra fue excepcional. En un solo verano cambió la identidad del equipo. El Palace ya no se agazapaba atrás y trataba de pillar al rival a la contra. Empezaron a tomar la iniciativa, a proponer su propio ritmo de juego.

Los muchachos de Vieira gozaron de una buena campaña en la FA Cup, superando cuatro rondas hasta alcanzar las semifinales. En Wembley perdieron ante el Chelsea, que fue uno de los pocos grandes al que las águilas no pusieron en apuros. En liga se impusieron a Tottenham, Arsenal, Manchester City y Manchester United para terminar en una cómoda 12ª plaza.

Conor Gallagher fue uno de los actores protagonistas. Marcó ocho goles, repartió cinco asistencias, dirigió el centro del campo y enamoró a propios y extraños. Gareth Southgate, el seleccionador inglés, le ofreció sus primeras internacionalidades absolutas y la afición del Palace lo votó como el mejor jugador. Tan bueno fue su curso en Selhurst Park que el Chelsea, el club al que pertenece, lo ha llamado a filas para esta temporada. Cómo tapar el hueco dejado por el mediocampista es el principal rompecabezas para Vieira. Ese y convertir los 15 empates de la pasada campaña en victorias. Cierto es que al Palace costó derrotarlo, pero los londinenses también sufrieron para sacar resultados positivos.

Wilfried Zaha es uno de los dos jugadores que quedan de aquel ascenso en 2013, y se presenta al inicio de temporada después de lograr su mejor registro goleador en la Premier League. En la 2021-22 marcó 14 veces. El internacional costamarfileño entra en su último año de contrato, por lo que deberá mostrar su mejor cara para lograr un traspaso lucrativo o para llevar la iniciativa a la hora de negociar su renovación. Es una institución, pero el Palace no vive solo de Zaha. Patrick Vieira cuenta con una plantilla joven e ilusionante. Hay talento emergente en prácticamente todas las líneas del campo. Eberechi Eze, de 24 años, es quien más cerca está de explotar. Se perdió el inicio de la que debió ser su temporada de consolidación en la Premier por una lesión en el tendón en mayo de 2021. Cheick Doucouré, de 22 años, ha llegado procedente del Lens para ocupar el medio centro. La lista es extensa. Malcolm Ebiowei tiene 18 años, Michael Olise tiene 20, y tanto Marc Guéhi como Chris Richards, que llega procedente del Bayern de Munich, tienen 22.

El Crystal Palace ha tenido una pretemporada complicada. Como el resto de equipos de la categoría, recorrió miles de kilómetros en busca de amistosos y recaudación. Vieira tuvo que empezar las preparaciones con hasta nueve ausencias. Varios de sus futbolistas no habían regresado en forma y otros tantos no cumplían con los requisitos que el gobierno australiano había fijado para cualquier visitante. Esto es, tener al día las pautas de la vacuna del Covid-19. “No creo que sea una situación ideal para un entrenador”, explicó Vieira durante una rueda de prensa hace unas semanas. Tampoco es ideal recibir al Arsenal, en el encuentro que esta noche abre el curso, para después visitar al Liverpool y al Manchester City antes de terminar el mes. Pero es lo que toca.

Brentford

La buena primera vuelta del pasado curso no se vio correspondida en la segunda. Aunque sumó resultados aquí y allá, y en la última jornada fue el Leeds United quien se jugaba la salvación en Brentford, no el equipo local. Terminaron en una cómoda 13ª plaza. Una calma que aspiran a repetir al final del curso que arranca este fin de semana. Tendrán que evitar el síndrome de la segunda temporada, una dolencia que empezaron a mostrar ya en la primera. Tras el jolgorio del ascenso, la motivación en el estreno en Premier League se ve reflejada en los resultados. La relajación en el segundo curso tiende a resultar fatal. Especialmente tras la pérdida de jugadores importantes que venían destacando previamente. Y este verano han perdido a un pilar.

Christian Eriksen regresó el año pasado a Londres por no poder seguir jugando en la Serie A. Una norma de la liga italiana prohibía la participación de jugadores que hayan sufrido problemas cardiacos. Tuvo un susto en la Eurocopa disputada en 2021, pero en su vuelta a la competición siguió exhibiendo su talento. Mantuvo al Brentford en pie cuando los cimientos se tambalearon. Eriksen fichó por los rojiblancos en enero, en el peor momento para el equipo. Los revitalizó manejando los hilos desde el centro del campo, guiando a sus compañeros y marcando la diferencia. Con él sobre el césped, el Brentford ganó siete de sus últimos once partidos. Marcó un tanto y repartió cuatro asistencias en esos encuentros, pero el danés disputará este curso en el Manchester United. Visitará el Community Stadium en la segunda jornada. Thomas Frank y sus discípulos tendrán que sobrevivir sin él.

Si Ivan Toney sigue en el equipo cuando finalice el mercado de fichajes, la tarea será más sencilla. El Brentford apostó por el máximo goleador de la tercera división en 2020. Y Toney respondió. Fue el pichichi en su debut en segunda. En su primera incursión en la máxima categoría volvió a responder. Se consolidó logrando doce tantos. También generando peligro para sus compañeros, enlazando con ellos y protegiendo envíos en largo, siendo su referencia en ataque.

Frank cuenta con buenos futbolistas para arropar a su delantero estrella. Keane Lewis-Potter tiene 21 años y la temporada pasada marcó doce goles en segunda. Luego se convirtió en el fichaje más caro en la historia del club. Es versátil e internacional sub21 con Inglaterra. Yoane Wissa, Bryan Mbeumo y el castellonense Sergi Canós tratarán de mantener el buen estado de forma del pasado curso. Thomas Frank tiene opciones en ataque. Y también en defensa. Thomas Strakosha ha llegado procedente de la Lazio como alternativa a David Raya en la portería. Ben Mee reforzará la zaga después de diez años en Burnley. Un central curtido en hasta siete batallas por la salvación, saliendo airoso en cinco de ellas.

Aston Villa

Steven Gerrard tiene un plan para Birmingham. La segunda ciudad más grande de Inglaterra, con cerca de 1,2 millones de habitantes, lleva más de 21 años sin levantar un título. Demasiados para el Aston Villa, que en 2001 ganó la Intertoto y que ha sufrido más de la cuenta en la Premier League. Una competición que ha conquistado en siete ocasiones -la última en 1981-, y donde quieren volver a ser protagonistas. El primer paso ya lo han dado y el desembarco de Nassef Sawiris (el segundo africano más rico del mundo) y Wes Edens (un multimillonario norteamericano) como nuevos propietarios en 2018 garantizó una inversión fluida en el Villa, que en el pasado mercado de verano logró vender a Jack Grealish por 117 millones de euros al Manchester City. Ese fue el traspaso más caro de un jugador inglés en la historia y otra inyección económica para el club, que confío a Gerrard su nuevo proyecto deportivo.

Así es cómo aterrizaron el pasado invierno Lucas Digne y Philippe Coutinho, que subieron el nivel en los villanos. Pero Gerrard ya contaba con buenos mimbres: Emiliano Martínez es un portero sobrio, Tyrone Mings se coloca como uno de los centrales con mejores condiciones de la Premier, Matty Cash acumula pretendientes por su labor en la banda derecha, Douglas Luiz es el líder en el medio, Jacob Ramsey ha dejado de ser promesa para convertirse en una realidad también en el medio, Emiliano Buendía conduce vertiginosamente por la banda y Watkins es la referencia de los ataques. Con todos ellos, Gerrard escapó del descenso de la Premier y terminó en la 14ª posición la pasada campaña, aunque su siguiente propósito es tocar Europa, y el Aston Villa ya tiene experiencia (en 1982 fue el campeón de la Copa de Europa). Por eso, los villanos han seguido con su estrategia inversora expansiva y ya han contratado a cinco jugadores de primer nivel. Han sido, por tanto, días frenéticos en los despachos del Aston Villa, que ya ha anunciado los fichajes de Diego Carlos, Boubacar Kamara, Ludwig Agustinsson, Robin Olsen y Philippe Coutinho (que ya estaba cedido en el Villa, pero que ahora se ha convertido en jugador en propiedad).

Con tanta llegada, es natural que el Villa haya tenido que hacer caja y por eso no es extraño que justo antes del comienzo del campeonato dejara marchar a Carney Chukwuemeka al Chelsea. Eso sí, previo pago de 18 millones de euros, porque el Villa vende, pero no a cualquier precio. Lo saben en el City, y a partir de ahora, también lo sabe Todd Boehly. El nuevo dueño de los blues, que en una cena organizada por él mismo, invitó a todos los propietarios de clubes de la Premier y aprovechó para cerrar su fichaje con los dirigentes del equipo de Birmingham, que este curso quieren entrar de lleno en Europa. La competencia será dura.

Southampton

En octubre de 2019, el Southampton encajó la peor goleada de su historia. El 0-9 contra el Leicester también se convirtió en la derrota más abultada en los 30 años que cumple la Premier League este curso. Fue en casa, para mayor humillación. Con aquella derrota, el equipo de Ralph Hasenhüttl cayó a los puestos de descenso tras diez jornadas. Pese al golpe, la afición y la directiva del club mantuvieron la confianza en el entrenador alemán. Y este en sus discípulos. Los saints escalaron posiciones, escaparon de la zona peligrosa y dejaron aquella dura derrota como una mera anécdota. Dolorosa, pero anécdota, al fin y al cabo. Terminaron en 11ª posición, la mejor clasificación desde que Hasenhüttl está en el banquillo de St Mary’s. El panorama ha cambiado y la confianza se ha esfumado.

Muy lejos quedan los días de suplir al Liverpool con las estrellas del futuro y de pugnar por una plaza europea. Especialmente significativo ha sido el cambio que ha experimentado desde el inicio del año, tanto en el cuerpo técnico como en la dirección del club. Dragan Solak, el nuevo propietario, explicó su proyecto tras adquirir el club en enero. Habló de diseñar un equipo capaz de terminar en la mitad alta de la clasificación. Del décimo puesto para arriba. Pero las predicciones en el arranque de la temporada 2022-23 son de sufrimiento. Les costará mantener la categoría. No hay término medio con el Southampton. Cuando tienen un buen equipo se cuelan en la parte alta, pero cuando, se ven con el agua al cuello.

Lo que no ha cambiado mucho es la plantilla. Tendrá problemas de igual manera que los tuvo en la segunda vuelta el pasado curso. De los últimos once partidos perdieron ocho. Todo un despropósito que podría prolongarse a la nueva temporada. James Ward-Prowse fue el máximo asistente y el máximo goleador del equipo. Una carga demasiado pesada para el capitán. Al Southampton le falta un goleador nato. Ché Adams y Adam Armstrong son los puntas naturales, pero sus cifras anotadoras no les respaldan. El primero marcó siete veces en toda la temporada, el segundo solo dos. Armstrong deberá redimirse y hacer valer los 18 millones de euros que el Soton pagó por él el verano pasado. Más aún teniendo en cuenta las finanzas del club. No han recaudado nada, pues hasta cinco jugadores se han marchado con la carta de libertad. Mientras, el gasto en fichaje ha ascendido a los 56 millones de euros.

Han fichado a Joe Aribo del Rangers. Sin embargo, y aunque pueda hacer de nueve o jugar por detrás del delantero, no se espera que el centrocampista solucione la sequía goleadora del club. Una nota positiva es la llegada de tres jóvenes muy interesantes. Algo que ya viene siendo costumbre en St Mary’s. Tienen buen ojo para el talento emergente, como demostraron Tino Livramento y Armando Boja la temporada pasada. Roméo Lavia, Armel Bella-Kotchap y Mohammed Salisu querrán tener un impacto similar. De ello depende el devenir del Southampton esta temporada. A Hasenhüttl le vendrá bien la interrupción por el Mundial. Tendrá el tiempo y el espacio para reagrupar a sus muchachos en caso de empezar la campaña con mal pie. Y contará con casi todos ellos. Solo dos jugadores tienen opciones de ir a la Copa del Mundo: el polaco Jan Bednarek y el inglés Ward-Prowse, siendo la ausencia del capitán la más sensible de las dos.

Everton

Sufrieron de lo lindo el pasado curso en Goodison Park. Desde antes de iniciarlo. La afición protestó ante el propietario Farhad Moshiri y su directiva. Entre otras cosas por contratar a un ex del vecino local como entrenador. Rafa Benítez no fue bien recibido, pero una vez empezó a rodar la pelota, los dedos volvieron a apuntar al palco. El Everton estaba caída desde que Carlo Ancelotti abandonase el barco para regresar al Real Madrid. Se desplomó el proyecto y nadie supo como rearmar aquello. Benítez se vio atado de pies y manos, con pocos recursos logró pobres resultados. Y fue destituido. Frank Lampard tomó los mandos y evitó una desgracia, el que habría sido el primer descenso del club en 68 años. Tuvieron que remar a contracorriente los toffees, pero sellaron su permanencia en un partido dramático frente al Crystal Palace en la penúltima jornada.

Pasada la resaca de las celebraciones llegó la dosis de realidad. Debido a la inversión en el estadio que esperan inaugurar a orillas del río Mersey en la temporada 2024-25, solo se podría fichar en caso de dar salida a algún jugador. Tocaba vender y se fue el mejor. Richarlison, el futbolista más destacado del curso se marchó al Tottenham. Son varios los nombres que se han asociado al club de Goodison Park a lo largo del verano, pero nadie ha llegado para suplir al brasileño: “Hemos perdido a un gran jugador con respecto a la temporada pasada”, explicó Lampard hace unas semanas. “Le deseamos lo mejor, pero el club tiene que seguir adelante. También hay otras áreas que quiero reforzar, y puedo ser honesto al respecto, porque un club como el Everton debe tener una plantilla competitiva”.

Debería. Pero lo cierto es que no la tiene. El curso que se inicia esta noche no pinta bien para el club fundacional de la Football League en 1888 y de la Premier League en 1992. Es un histórico en apuros. Lampard tendrá un grave problema para alinear un ataque de garantías el sábado frente al Chelsea. Sin Richarlison, Dominc Calvert-Lewin es la máxima referencia. El héroe de la noche contra el Crystal Palace se lesionó el miércoles y estará un mes y medio de baja. Las alternativas no son de confianza. Dele Alli se mudó a Liverpool para tratar de remontar su carrera, pero en seis meses vestido de azul solo ha marcado un gol. Y fue hace dos semanas, en pretemporada contra un equipo de segunda. Salomón Rondón es el otro delantero centro del equipo. Antes de iniciar su segunda temporada con el Everton, el trotamundos solo ha marcado tres goles para los toffees. Y dos de ellos fueron contra un conjunto de quinta categoría en la copa.

Tres refuerzos han llegado a Goodison Park antes de iniciar el curso en la Premier League. Tres jugadores que se unen a líneas del campo en las que hay sobre población. Ruben Vinagre llega cedido para unirse a la defensa de Lampard. Al igual que James Tarkowski. El central de origen polaco no es el único futbolista que el Everton ha pescado en el descendido Burnley. Dwight McNeil se convirtió recientemente en el cuarto extremo izquierdo del equipo. La sensación es que la plantilla es más débil respecto al curso anterior, cuando a punto estuvieron de descender a Championship. Los únicos aspectos positivos a los que pueden agarrarse los toffees es que los jugadores han tenido tiempo suficiente para entender la filosofía y las ideas de su entrenador. El otro atractivo es seguir la progresión de Anthony Gordon. Con 21 años es la gran promesa del Everton. El canterano ha abandonado su dorsal de reserva para hacerse con uno del primer equipo. Un dorsal que, a su vez, es una declaración de intenciones. Lucirá el 10. Lampard cuenta con él.

Frank Lampard, técnico del Everton, durante un entrenamiento.
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Frank Lampard, técnico del Everton, durante un entrenamiento.Tony McArdle - Everton FCGetty

Leeds United

Se inicia otra era. Jesse Marsch llegó para remplazar a Marcelo Bielsa a mitad de temporada e hizo lo justo para lograr la permanencia. Se las apaño como pudo para evitar el descenso ganando a domicilio en la última jornada con un gol en el descuento. Post-Bielsa. Sin Raphinha y Sin Kalvin Phillips, que jugarán en el Barcelona y el Manchester City. Marsch apostó por traer un contingente de la factoria Red Bull, organización que conoce perfectamente tras su paso por sus tres principales clubes de fútbol. De Salzburgo se ha traído al defensa Rasmus Kristensen y al extremo Brenden Aaronson. De Leipzig, a Tyler Adams.

Los dos fichajes que más ilusionan en Elland Road, sin embargo, han llegado procedentes del Bayern de Munich y del Feyenoord: Marc Roca y Luis Sinisterra. El catalán no logró asentarse en la Bundesliga. Ante la competencia de hombres como Joshua Kimmich o Leon Goretzka, Roca solo fue titular diez veces en dos años. Pese a sus pocos minutos, el interés del director deportivo del Leeds, Víctor Orta, no decayó. Orta descubrió al centrocampista cuando este todavía militaba en la cantera del Espanyol. Siguió sus pasos con atención hasta dar con el momento oportuno para ficharlo. Este verano se ha dado el caso. Y Roca tiene la motivación para demostrar que los dos años trabajando en uno de los mejores equipos del continente no ha sido en balde, y apoderarse del mediocentro del Leeds.

Sinisterra firmó su contrato una semana antes de la marcha de Raphinha. Y cuesta desasociarlos. Aunque uno sea diestro y el otro zurdo, ambos juegan a pierna cambiada y ambos siguieron una ruta similar hasta llegar a la Premier League.

Tras ser rechazado por el Brujas cuando parecía tenerlo hecho, el colombiano firmó por el Feyenoord. Como el nuevo fichaje del Barcelona, Sinisterra salió de Sudamérica y despuntó en Europa antes de dar el salto a Inglaterra. El pasado curso explotó en los Países Bajos, marcando 18 goles y repartiendo once asistencias entre liga y Conference League. Su contribución fue fundamental para alcanzar la final continental, aunque nada pudo hacer para evitar la derrota de los de Rotterdam contra la Roma. El colombiano se lesionó durante la pretemporada, y habrá que esperar hasta finales de mes para ver en acción al fichaje más caro en la historia del club.

En la que será su primera temporada completa en la Premier League, Jesse Marsch tendrá la oportunidad de implementar sus propias ideas y su filosofía a su equipo. Retoma el trabajo iniciado el pasado curso, pero con el aditivo de haber logrado fichar a su asistente de confianza. Así debería ser más sencillo. También con el buen fondo de armario del que goza en Elland Road pese a las bajas importantes. Otro factor positivo es que Marsch ya ha trabajado con las tres incorporaciones que ha realizado del conglomerado Red Bull. Ha trabajado con ellos, por lo que su adaptación al equipo debería ser más rápida. Si se dan todas estas circunstancias, y pronto, el Leeds podría evitar pasar apuros.

Fulham

¿Otra vez? Otra vez. El Fulham inicia su tercera campaña como recién ascendido a la Premier League. Es la tercera repetición en cinco años. Sus dos últimas experiencias terminaron en descenso. Son, junto al Norwich, lo que en Inglaterra se conoce como un equipo yo-yo: demasiado bueno para estar en segunda, pero no tanto como para mantenerse en primera. De ahí la pasividad con la que se celebró en mayo el regreso a la máxima categoría. En una campaña marcada por las invasiones de campo en Inglaterra, la afición del Fulham abarrotó el césped de su estadio tras la consecución del ascenso. Pero casi por inercia. Por costumbre también, no era el primero que lograban, pero la esperanza es que sea el último y se rompa la dinámica que ha absorbido al club londinense.

¿Otra vez? Otra vez. Aleksandar Mitrovic vuelve a ser la principal amenaza ofensiva del equipo. Como en las últimas cinco campañas. Como su equipo, el serbio ha demostrado ser demoledor en segunda pero sin mordiente en primera. El delantero regresa a escensa después de batir el récord de goles en la categoría de plata. Logró 43 tantos en 44 partidos. Pese estas cifras, persisten las dudas sobre su rendimiento en la Premier League. Marcó 12 veces en su campaña de debut en Craven Cottage, pero se quedó a un tanto de igualar ese registro. Después de perforar la portería rival en 26 ocasiones en la 2019-20, solo consiguió tres en la siguiente. Rodrigo Muniz es el otro delantero centro del equipo. Marco Silva solo tiene dos a su disposición. El entrenador portugués también anda escaso de recursos en defensa. Solo cuenta con tres zagueros.

Aunque ha realizado fichajes de calidad, la sensación es que el Fulham no se ha reforzado lo suficiente. Sí, João Palhina aporta garra al mediocentro y Bernd Leno es un guardameta experimentado. Andreas Pereira, que llega del Manchester United, es bueno, pero también irregular. Kevin Mbambu ha aterrizado procedente del Wolfsburgo para cubrir la vacante en el lateral derecho. La otra incorporación ha sido Manor Solomon, que tuvo que salir del Shakhtar Donetsk temporalmente debido a la guerra en Ucrania. No hay demasiada competencia para Mitrovic en el ataque, y el serbio echará en falta la compañía de Fábio Carvalho. El internacional portugués sub21 marcó diez goles y ofreció ocho asistencias la pasada campaña. A sus 19 años es una de las promesas del fútbol europeo y Jürgen Klopp se lo ha llevado a Liverpool este verano.

Precisamente ante el Liverpool empezará el Fulham la liga. Lo hará en el primer encuentro del sábado, con la recién finalizada grada de Craven Cottage como principal novedad. Pese al precio de las entradas, que ascienden hasta las cien libras para el duelo del fin de semana, Marco Silva dijo que el equipo quizá no esté listo para ofrecer su mejor imagen en el estreno del curso. Hay quien cuestiona que el propio entrenador portugués también lo esté. Cuando se siente en el banquillo el sábado, se hará cargo de su cuarto equipo en la Premier League. Tras su paso por el Hull, Watford y Everton dejó claro su atrevimiento y sus planteamientos innovadores. Sus equipos son ofensivos y toman riesgos. El problema es que suelen pagarlo caro. El periodo de 19 meses que pasó en Goodison Park ha sido el más longevo de su carrera en Inglaterra… y en Craven Cottage lleva quince.

Bournemouth

Eddie Howe, exjugador cherrie y técnico de la casa, había conducido al equipo desde la cuarta categoría hasta la Premier League. Tras cinco temporadas en la élite, las primeras en la historia del club, Howe no pudo evitar el descenso a Championship. Y se marchó. Jason Tindall y Jonathan Woodgate pasaron por el banquillo de Dean Court, pero fue con la llegada de Scott Parker cuando empezó a escribirse un nuevo relato. El de las segundas oportunidades.

Parker descendió de la Premier League con el Fulham en la temporada 2020-21, y hace un año llegó a la costa de Dorset para hacerse cargo de un equipo en el que todavía permanecían jugadores que habían bajado a segunda dos años antes. Hombres como Lewis Cook, Jefferson Lerma o Philip Billing. O como Dominic Solanke. El delantero llegó al Bournemouth en enero de 2019 con un pobre registro goleador: cuatro tantos con el Liverpool, y tres de ellos con el equipo filial. Una apuesta arriesgada y discutida. No valió para evitar el descenso en 2020, pero sí para devolver al Bournemouth a la máxima categoría. Con 44 goles en dos temporadas. Redimido, Solanke vuelve a la carga en la Premier League. Será la principal amenaza ofensiva del equipo.

Tras su segundo ascenso de su historia, el Bournemouth ha realizado tres fichajes. Discretos. Los cherries han pescado en los rivales directos de la pasada campaña. Marcus Tavernier y Joe Rothwell han llegado procedentes del Middlesbrough y el Blackburn. Ryan Fredericks, ex del West Ham, reforzará una defensa escuálida. Parker anda escaso de centrales, y el grueso de su grupo sigue siendo el que descendió de categoría hace dos temporadas. “Esta plantilla es más débil que la teníamos cuando ascendimos”, se sinceró el propio entrenador. En su nómina también abundan los futbolistas curtidos en las categorías bajas del fútbol profesional inglés, pero sin experiencia en la primera. Kieffer Moore ha participado en una Eurocopa con Gales y apunta hacia el próximo Mundial. Sin embargo, esta temporada debutará en la Premier League.

La receta del Bournemouth a su regreso a la élite es similar a la mostrada en su primera incursión. Cuenta con un entrenador moderno, metódico, estudioso y exigente como Scott Parker. Apostando por el colectivo más que en individualidades, y con la máxima ilusión de evitar apuros. Pero no lo harán. Por lo menos, no al principio. En el primer mes de competición, los cherries deberán visitar el Etihad y Anfield y recibir al Arsenal. Y luego batallar contra un rival directo como el Nottingham Forest, que pretende regresar a la Premier League a lo grande. En Dean Court tienen poco margen de error.

Nottingham Forest

Regresa un histórico. Campeón de liga en 1978 y de Europa en 1979 y 1980 de la mano de Brian Clough y Peter Taylor, ganador de dos FA Cups y cuatro Copas de la Liga. Un clásico del fútbol inglés que se hundió tras el descenso de la Premier League en 1999. No levantaron cabeza en el City Ground y tocaron fondo cayendo a la tercera categoría en 2005. Allí pasaron tres temporadas, pero su regreso a segunda no logró revitalizar al club. Al Nottingham Forest no aprovechó las oportunidades que tuvo cuando se coló en la promoción de ascenso en 2010 y 2011. Los de rojo han malvivido en Championship. En el limbo. Sin caer más allá, pero sin esperanza de subir en un futuro próximo.

Hasta la llegada de Steve Cooper. El inglés tomó las riendas del Forest en septiembre del año pasado. Ya con la liga iniciada. Después de sumar solo un punto en las siete primeras jornadas, las aspiraciones más inmediatas pasaban por evitar el descenso a la tercera categoría. Como de costumbre. Once meses más tarde, la realidad a orillas del río Trent ha cambiado drásticamente. Durante cualquier otro verano, en el City Ground se habrían despedido de su jugador más destacado para tratar de estabilizar las finanzas del club. Sin embargo, este no es un verano convencional. Después una campaña sorprendente, el Forest se aferró a los puestos de promoción, y terminó lográndola. A lo grande, con una victoria en Wembley en la final frente al Huddersfield Town.

Jesse Lingard durante un amistoso de pretemporada con el Nottingham Forest.
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Jesse Lingard durante un amistoso de pretemporada con el Nottingham Forest.Zac Goodwin - PA ImagesGetty

A lo grande quieren volver los de Nottingham a la élite. 23 años después. No escatiman en gastos. Casi 90 millones de euros han invertido en la adquisición de hasta doce jugadores. Ningún recién ascendido había invertido tanto hasta la fecha. Cooper ha reforzado todas las líneas de su equipo. El portero Wayne Hennessey ha llegado gratis del Burnley, mientras Dean Henderson lo ha hecho cedido por el Manchester United. Cinco defensas se han comprometido a lo largo del verano con el equipo rojo. Destacan el joven Neco Williams, procedente del Liverpool, y Omar Richards, ex del Bayern de Munich. Jesse Lingard, que llegó con la carta de libertad, será una de las caras más reconocibles de un equipo, cuyo fichaje más caro ha sido el del delantero nigeriano Taiwo Awoniyi. 20 millones pagaron al Union Berlín.

Otra de las alegrías que el Forest regaló a sus aficionados fue la renovación de su perla. Brennan Johnson firmó un nuevo contrato de cuatro años. El hijo de David Johnson, exjugador del equipo, fue uno de los destacados en la campaña de regreso a la élite. Y pese a las ofertas de equipos como el Brentford, en Nottingham verán cómo uno de los suyos debutará en la Premier League con la camiseta del Forest. El mejor jugador joven de la segunda división durante la 2021-22 marcó 19 goles para aupar a los suyos a la máxima categoría. También fue fundamental en la actuación del Nottingham Forest en la FA Cup. Alcanzaron los cuartos de final dejando a Chelsea, Leicester City y Arsenal por el camino. Tuvo que aparecer el Liverpool para apearlos, y le costó.