SELECCIÓN

Los retos de Luis Enrique: Alba, Piqué, paz con el Madrid...


Albania - España en directo: Euro Italia 2019 sub-21, clasificación

Empieza una nueva era en la Selección tras el batacazo en el Mundial. Luis Enrique ha sido nombrado nuevo seleccionador para las dos próximas temporadas, es decir, para la fase de clasificación de la próxima Eurocopa paneuropea de 2020. Pero la oficialidad del entrenador asturiano está provocando en la opinión pública, en los medios de comunicación y en las redes sociales todo tipo de comentarios a favor y en contra, confirmando que no es precisamente un candidato de consenso, a pesar de la unanimidad, como ha subrayado Luis Rubiales, que ha tenido su nombramiento en la Junta Directiva de la Federación que se ha celebrado este lunes.

Luis Enrique ha demostrado ser un gran entrenador desde que se hiciera cargo del Barcelona B y cerrara el círculo en el primer equipo blaugrana (previo paso por Roma y Celta), donde consiguió nueve títulos de 13 posibles. Y está fuera de toda duda que una de sus grandes aspiraciones era dirigir a la Selección española, como afirmó en octubre de 2015 y subrayó en una entrevista, en abril del año pasado, con el ciclista Ibon Zugasti. Pero su carácter quizás no le ha dejado en buen lugar en determinadas ocasiones. Deberá cerrar algunas heridas que dejó abiertas en su estancia en el Barça y resolver algunas cuentas pendientes en esta nueva etapa en la Selección.

Estilo

Después de la eliminación de España en octavos del Mundial ante Rusia en los penaltis, con la perversa mutación del tiqui-taca al gili-taca, Luis Rubiales deslizó que en ningún caso la Selección podía renunciar a su estilo, pero debía tener "más profundidad". Luis Enrique le dio una vuelta al estilo del Barcelona que impregnó Cruyff, desarrolló casi hasta la perfección Pep Guardiola y prosiguió Tito Vilanova. Con el entrenador asturiano en el banquillo del Barça, el juego del equipo blaugrana no fue tan preciosista, pero resultó, en líneas generales, sólido, efectivo y eficiente. Ese estilo será el que ponga en práctica en la Selección: tiqui-taca con más profundidad y verticalidad.

Paz con el Madrid

Luis Enrique fue jugador del Real Madrid desde 1991 hasta 1996, pero nunca se le vio con tanta afinidad a la camiseta blanca como cuando se marchó a jugar al Barça, donde militó desde 1996 hasta 2004. Aunque haya llegado a felicitar, seguramente por cortesía, al Real Madrid cuando ha conseguido títulos, más de una pulla se le ha escapado en distintas conferencias de prensa siendo entrenador del Barcelona. No es muy apreciado por un amplio sector del madridismo y ahora va a tener que lidiar con jugadores del Real Madrid en la Selección, que parece seguirán siendo base mayoritaria en las convocatorias junto con los del Barcelona.

Jordi Alba

La relación de Jordi Alba con Luis Enrique se fue deteriorando en el Barcelona hasta acabar con el lateral de Hospitalet teniendo mucho menos protagonismo del habitual. Por ejemplo, la pasada temporada con Valverde. De hecho, Alba, cuando se marchó el técnico asturiano y el club blaugrana nombró al técnico extremeño, llegó a decir: "Con Valverde me irá mejor que con Luis Enrique". Jordi Alba tiene 29 años, la pasada temporada brilló a un gran nivel, aunque en el Mundial haya estado en la línea plana de casi todos los internacionales, y parece que es el primer lateral izquierdo de la Selección. Él y Luis Enrique deberán limar asperezas.

Piqué

Piqué anunció en 2016 que dejaba la Selección tras el Mundial de Rusia. Fue al término del encuentro ante Albania (0-2). Aquella propuesta se fue enfriando con el tiempo, a la vez que la afición iba reconduciendo su relación con el central, hasta que en enero de este año el blaugrana no fue tan tajante: "Lo normal es que lo deje...". Lo normal..., pero igual esa normalidad quizás la cambie Luis Enrique. ¿Por qué? Primero, porque Piqué siempre ha tenido un sincero aprecio por Luis Enrique, de hecho, en alguna ocasión dijo que se hizo de la Selección al ver al asturiano sangrando tras aquel codazo de Tassotti en el Mundial de 1994 en Estados Unidos. Y segundo, porque Piqué, como lo es en el Barcelona, también apunta a que, si cambia de idea, podría seguir siendo pieza clave, junto con Sergio Ramos, en el eje de la defensa de la Selección. Veremos si Luis Enrique es capaz de convencer a Piqué (tiene 31 años) de que siga vistiendo la Roja.

Relación con la prensa

El binomio Luis Enrique-medios de comunicación nunca ha funcionado. Han sido más bien antagonistas. Las conferencias de prensa del entrenador asturiano han tenido muy pocas veces un tono distendido, siempre ha procurado tener un distanciamiento con la Prensa que ha desembocado, en determinadas ocasiones, en respuestas cortantes, con algún que otro desaire. Ahora es otro escenario. La Selección tiene el beneplácito general, es el equipo del país entero, no existe la rivalidad como cuando entrenaba al Barcelona, y su tirantez con la Prensa tendrá que destensarla, por el bien de la convivencia en las concentraciones.

La portería

David de Gea llegó al Mundial de Rusia como titularísimo. Lo era con Lopetegui y también  lo ha sido para Hierro, a pesar de que las actuaciones del portero del Manchester United empezaron a dejar dudas ya en los amistosos ante Argentina y frente a Suiza. Durante el campeonato se le reclamó a Hierro que diera el relevo a De Gea, al que se le ha visto inseguro en los cuatro partidos de la Selección. La portería de la Selección está bien cubierta, con dos porteros jóvenes y contrastados, pero habrá expectación por conocer su primera lista y si elegirá a De Gea o Kepa, en el primer encuentro de Luis Enrique como seleccionador, en la Liga de Naciones ante Inglaterra (8 de septiembre).

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