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El gran hallazgo del CSIC contra la COVID

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas desarrolla anticuerpos con capacidad para neutralizar las variantes más agresivas del coronavirus.

Un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han conseguido producir anticuerpos efectivos contra las variantes más agresivas de la COVID-19. Los anticuerpos también pueden usarse para detectar el virus y su uso podría extenderse para aplicarse en test antigénicos, además de como terapia en pacientes infectados.

Los investigadores del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) dirigidos por Luis Ángel Fernández y José María Casasnovas han publicado los resultados del estudio en Frontiers in Immunology y han conseguido desarrollar los anticuerpos mediante cultivos celulares en el laboratorio. El CSIC ha patentado esta tecnología y ahora busca empresas interesadas en llevar estos anticuerpos al mercado.

Los científicos seleccionaron los nanoanticuerpos que mejor se unían a la región de la proteína viral S (spike) del SARS-CoV-2 y que bloqueaban la entrada del virus en la célula, en definitiva, aquellos con una mayor actividad neutralizante del virus. La administración de una única dosis de estos anticuerpos protegió de la muerte causada por la COVID-19 a entre el 85 y 100 por cien de los animales infectados, que se recuperaron completamente en dos semanas. Los grupos de investigación del CNB-CSIC han desarrollado estos anticuerpos partiendo de segmentos generados por inmunización de dromedarios en colaboración con Juan Alberto Corbera, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

¿Por qué se ha investigado en dromedarios?

Los camélidos (dromedarios, llamas, alpacas, etc.) producen un tipo de anticuerpos capaces de reconocer al antígeno con una sola cadena de proteína, en lugar de dos como en el resto de especies animales. Así, la zona de reconocimiento del antígeno en estos anticuerpos es de menor tamaño, y pueden alcanzar regiones en la superficie de virus y bacterias inaccesibles de otro modo", explica Luis Ángel Fernández, que dirige el grupo de ingeniería bacteriana del CNB.

"En el laboratorio aislamos la zona de unión de estos anticuerpos, fragmentos de pequeño tamaño conocidos como nanoanticuerpos con gran capacidad de bloquear a virus y bacterias. Al tener secuencias muy similares a las de los anticuerpos humanos, pueden utilizarse directamente en terapia sin generar rechazo", concluye Fernández.

El CSIC ya explicó hace casi dos años, en mayo de 2020, que estudiaba la forma de producir nanoanticuerpos específicos contra la COVID-19 a partir de muestras de dromedarios inmunizados. ¿Por qué este animal?

"Los anticuerpos de humanos y animales están formados por dos cadenas de proteína diferentes, que se asocian para crear la zona de unión al antígeno (virus o bacterias) y poder así bloquearlo e impedir su entrada en las células", señalaba Fernández antes de desarrollar los nanoanticuerpos. "Sin embargo, hay una excepción a esta regla. Los camélidos (dromedarios, llamas, alpacas, etc.) producen un tipo de anticuerpos especial capaces de reconocer al antígeno con una sola cadena de proteína. Así, la zona de reconocimiento del antígeno en estos anticuerpos es de menor tamaño, lo que les permite alcanzar regiones inaccesibles de otro modo en la superficie de virus y bacterias", explicaba el experto.