Rusia responde a las sanciones de Estados Unidos

El Ministerio de Rusia de Relaciones Exteriores ha confirmado una serie de sanciones al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y a otros dirigentes, entre ellos Anthony Blinken, secretario de Estado. Además, esta imposición es la consecuencia "inevitable de la tendencia extrema rusófoba que mantiene el Gobierno de Estados Unidos", afirma el comunicado.

Según recoge el comunicado del Ministerio de Exteriores ruso, entre los sancionados figuran también el secretario de Defensa, Lloyd Austin; el jefe del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley; el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan; el director de la CIA, William Burns; la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki; el hijo de Biden, Hunter; y la ex candidata presidencial Hillary Clinton, entre otros.

Prohibida la entrada a Rusia

Del mismo modo, la competencia ministerial rusa ha señalado que estos altos funcionarios estadounidenses tienen vetada la entrada al país, como también la actividad financiera o administrativa en Rusia. "Estas acciones se llevarán a cabo en unidad orgánica con decisiones a gran escala tomadas por el Gobierno de la Federación Rusa en áreas financieras, bancarias y otras para proteger la economía rusa y garantizar su desarrollo sostenible",señala Sergei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia.

Sin embargo, ha precisado que el Kremlin "no se niega a mantener relaciones oficiales" con Estados Unidos si estas responden a sus "intereses nacionales". "Si es necesario, resolveremos los problemas derivados del estado de las personas que figuran en la lista negra para organizar contactos de alto nivel", ha explicado. Además, el Ejecutivo ruso ha asegurado que habrá mas personalidades estadounidenses en la lista de sancionados.

La imposición de estas sanciones coincide con la respuesta otorgada por Estados Unidos en las que figuran un veto a la importación de petróleo ruso o de otros productos, como también la restricción de las relaciones comerciales con Rusia. Asimismo, implica que todas las propiedades que tengan en Estados Unidos pasan a estar bloqueadas, según ha reconocido la Casa Blanca.