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Muere Doqui, la foca que se paseaba por las costas gallegas

La salud del animal, que había permanecido dos años en las playas de Galicia, había empeorado en los últimos meses a causa de la contaminación marina.

Doqui, como habían apodado los vecinos de las costas gallegas a la foca que se paseaba por sus playas, ha fallecido, según ha informado a NIUS la Coordinadora para O Estudio dos Mamíferos Mariños (CEMMA). Esta foca gris de 90 kilos era un habitual de distintas playas de Galicia, por donde había paseado a lo largo de los dos últimos años, acercándose también a los puertos y zonas rocosas.

De hecho, su aparición en distintas zonas, sobre todo de las Rías Baixas, era tan habitual que la población estaba alertada de que no debían darla de comer ni tampoco tocarla, con el objetivo de preservar su salud en el mejor estado posible. Además, al tratarse de un animal salvaje, los expertos temían que podía reaccionar agresivamente contra aquellos que se acercasen a ella.

La contaminación marina, la causa

Sin embargo, a pesar de haber intentado preservarla saludable, se ha confirmado su fallecimiento. Ni siquiera ha sido en España, como ha explicado la CEMMA, sino que Doqui estaba en el Algarve, en Portugal, siendo atendida por veterinarios debido a que su salud había empeorado en los últimos meses.

Hacía meses que no se la veía por Galicia. En septiembre se la vio por primera vez en Portugal, y había ido recorriendo las costas del país vecino hasta llegar al Algarve, situado al sur. Fue a finales del año cuando se comprobó su estado de salud y se decidió trasladarla a un centro especializado para tratar de recuperarla.

Según los veterinarios, Doqui presentaba una infección respiratoria y tenía dos anzuelos en su estómago, los cuales intentaron sustraer mediante una endoscopia. Durante la operación, observaron que también había hilos de tanza (usados para pescar) y varios plásticos. Finalmente, la foca tan querida en las costas gallegas no pudo recuperarse de la intervención y falleció al día siguiente, aparentemente por la contaminación marina.

Un caso inusual

Avistar focas en las playas de Galicia no es algo inusual. De hecho, están acostumbrados a ayudar a muchos de estos animales que se quedan varados o están enfermos, como es el caso de Max, un lobo marino que rescató la CEMMA en Baiona (Pontevedra) para recuperarlo. Además, hace unos días pudo verse a tres focas grises como Doqui entre Fisterra y Ferrol.

No obstante, el caso de Doqui era excepcional, ya que es la primera vez que un ejemplar así se quedaba un año en las costas gallegas, ya que normalmente solo se las ve en los meses más fríos, entre noviembre y marzo. Esta era la primera vez que también se quedaba una de ellas durante el verano y, de hecho, se la había podido ver durante las dos últimas temporadas estivales.