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El modelo sueco de pensiones que quieren implantar en España

Este modelo, implantado hace tres décadas en Suecia, permite a los empleados jubilarse a partir de los 61 años, entre otras ventajas.

La nueva normativa sobre pensiones es un de los elementos principales que vertebra los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) con múltiples cambios con respecto a la ley vigente.

En las cuentas elaboradas por el Gobierno, se recoge tanto un incremento de las pensiones contributivas y no contributivas de un 3%, además de una revalorización de éstas con respecto al Índice de Precios al Consumidor (IPC). También se proyecta un gasto en pensiones del 12% del PIB, aunque para ello, el Ejecutivo anunció un aumento de las cotizaciones para garantizar la sostenibilidad de las mismas, con el objetivo de recaudar 50 mil millones de euros en 2032.

Precisamente para que la sostenibilidad del sistema de pensiones perdure, diferentes expertos aconsejan implantar el modelo sueco. Este es su funcionamiento y las ventajas que tendría apostar por esta alternativa.

¿Cómo funciona y qué diferencias tiene con el modelo de España?

Según explica 'BBVA' en uno de sus informes, el sistema sueco de pensiones es un sistema mixto, es decir, se compone de las cotizaciones realizadas a la Seguridad Social, y por aportaciones realizadas a fondos de pensiones dirigidos por entidades privadas.

A diferencia de España, dónde la edad de jubilación está establecida a partir de los 65 años, los trabajadores en Suecia pueden jubilarse a partir de los 61 años, sin edad límite. Cuanto antes se jubilen los empleados suecos, menor será la cantidad de pensión que recibirán. También añade 'BBVA' que la ventaja del sistema no es otra que las aportaciones privadas que complementan la pensión recibida por el sistema público.

También existen diferencias con respecto al cálculo y la cuantía de las pensiones. Mientras que en España se realiza aplicando a la base reguladora los años cotizados a la Seguridad Social, en Suecia la pensión es el resultado que sale de la división realizada entre el dinero de su cuenta y la esperanza de vida estimada a su jubilación.

Sistema dividido en tres niveles

Otro elemento que define este sistema es su división en tres niveles para determinar la pensión correspondiente a cada trabajador. El primero de ellos, es un nivel no contributivo, destinado para trabajadores que no alcanzan los años cotizados exigidos por ley, financiado con impuestos.

Con respecto a los otros dos, son niveles contributivos financiados por contribuciones de trabajadores y empresas de un 16% y un 2,5% del salario, respectivamente, con la diferencia de que el primero sigue el modelo de contribuciones público y el segundo, las aportaciones a las entidades privadas.

Este sistema que lleva tres décadas implantado en el país sueco, también informa a sus trabajadores sobre el dinero aportado y el que disponen en sus cuentas para que puedan calcular el año en que pueden jubilarse, en función de sus intereses.