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Sorpresa en el volcán: se forma un inédito "mar de bruma"

La caída de la lluvia sobre las coladas de lava incandescentes hace que el agua de lluvia se evapore en el aire antes de terminar de caer el suelo.

La lluvia llegó este viernes por primera vez a La Palma desde la erupción de Cumbre Vieja. Este agua se evapora al entrar en contacto con las coladas de lava, en ocasiones de forma progresiva, lo que hace que se formen columnas de vapor o "plumas blancas", como las denomina el Instituto Geológico y Minero (IGME).

De igual manera, también se está produciendo un "mar de bruma" que cubre prácticamente toda la superficie del cono volcánico. El motivo de que esto se produzca es que el calor de las coladas más activas hace que el agua ni siquiera llegue a tocar el suelo. Antes de caer, las gotas de la lluvia se evaporan en el aire.

La previsión de lluvia había obligado a activar la alerta amarilla, aunque fuera menos probable que cayer sobre la zona afectada por la erupción. Esta mezcla de la lluvia con la ceniza del volcán causa gran preocupación en la isla, ya que puede formar una pasta, similar al cemento, que puede obstruir alcantarillas o 'tirar' los tejados de los edificios.

Es por ello que desde hace días no se ha dejado de realizar trabajos para retirar la ceniza expulsada por el volcán. Desde el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), explicaron a NIUS hace semanas que la ceniza, al mojarse, puede "llegar a tener un peso enorme y tumbar un edificio".

No obstante, esto depende de la intensidad con la que caiga la lluvia. Si la cantidad de agua no esa abundante, esta penetraría lo suficiente y no se produciría esta pasta. Otro hecho a tener en cuenta una vez se 'apague' el volcán es que la formación de las coladas de lava ha cambiado el relieve de la isla y, por ende, los cauces por donde discurrirá el agua de lluvia en el futuro.