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¿Por qué los polos de la Tierra son cada vez menos blancos?

Las consecuencias del cambio climático, debido al aumento de la temperatura de la Tierra, se pueden observar con el derretimiento de los polos.

A principios de esta semana comenzó la celebración de la Cumbre del Clima, que reunió a la gran mayoría de presidentes de los países del mundo. En ella se definieron objetivos como concretar medidas reales contra la crisis climática.

Aumento del nivel del mar que podría afectar a las ciudades, islas o territorios con menor nivel, temperaturas extremas, sequías o inundaciones son solo algunas de las manifestaciones más claras derivdas del incremento de la temperatura de la Tierra, producida por el mayor nivel de emisión de gases de efecto invernadero. El presidente de Maldivas aseguró que las islas "pueden desaparecer en los próximos 100 años si no se frena el cambio climático".

Con respecto a los polos, un grupo de científicos publicó un estudio en la revista 'Nature Climate Change' el proceso y el momento en que se desarrollaría el deshielo del Océano Ártico. En este caso, preocupa que los polos de la Tierra hayan perdido parte del color blanco que poseen. Este es el verdadero motivo de dicha pérdida.

Menor capacidad de absorción de la radiación solar

Una de las principales funciones de nuestro planeta es la capacidad de absorción de la radiación solar, una labor que en buena medida desarrollan los polos. El incremento de la temperatura global no ha hecho otra cosa que provocar el derretimiento de los polos, como el que sucedió en el año 2002 con la plataforma de hielo Larsen B en La Antártida.

Todo ello, motivado también por el incremento de las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero, es lo que provoca la pérdida del color blanco de los polos y de su reducción.

Según las mediciones del National Snow and Ice Data, la extensión de hielo en el Ártico ha caído en picado, hasta situarse en 4,72 millones de kilómetros cuadrados. Un hipotético deshielo completo de cualquiera de los polos, y en concreto del Océano Ártico, tendría consecuencias catastróficas ya que supondría "un calentamiento radioactivo a nivel global".

Objetivo, limitar la temperatura global

Una de las conclusiones a la que llegaron los investigadores que publicaron el estudio en la revista mencionada era que, de mantenerse la tendencia, es muy probable que en el año 2035 el Ártico esté libre de hielo marino.

El principal planteamiento marcado en la Cumbre del Clima era limitar la temperatura global, para que no supere los 1,5ºC en este siglo sobre niveles preindustriales, después de que el compromiso anterior firmado en el Acuerdo de París se fijase esa meta en los 2ºC.