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Las almejas tampoco se libran del coronavirus

Se analizaron muestras de sedimentos y moluscos recolectados entre mayo y julio de 2020 en dos bancos naturales de dos rías gallegas.

Hasta las almejas pillan el coronavirus. A esa conclusión han llegado un grupo de investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) tras detectar la presencia del patógeno en estado "no infeccioso" en moluscos de la costa gallega.

Tal y como explica en la web del centro el profesor Jesús López Romade, "los resultados sugieren un estado no infeccioso del virus y un alto grado de degradación de su ácido nucleico, lo que implica un riesgo prácticamente nulo de adquirir SARS-CoV-2 por el consumo de molusco".

Análisis de heces y aguas residuales

El resultado de este análisis ha sido divulgado en un congreso de estudio de la pandemia organizado por la Sociedad Española de Patología Respiratoria. La investigación se llevó a cabo tras detectar la presencia de coronavirus en heces de pacientes infectados, así como en las aguas residuales.

"Llevamos muchos años estudiando virus que se transmiten por vía fecal-oral, responsables de enfermedades como la gastroenteritis. Cuando comenzó la pandemia, se descubrió que el SARS-CoV-2 se detectaba en las heces, por lo que el material genético del virus estaba presente en las aguas residuales. Los equipos con los que trabajamos en este campo rápidamente se pusieron en marcha para ver cómo podíamos ayudar a controlar la propagación de la pandemia a través del análisis del agua, con el fin de predecir brotes en la población", detalla Romade.

Persistencia en los sistemas acuáticos

Para investigar la posible presencia del coronavirus en el medio marino, se analizaron doce muestras de sedimentos y doce muestras de almejas (Ruditapes philippinarum y R. decussatus) recolectadas entre mayo y julio de 2020 en dos bancos naturales de dos rías gallegas. Colaboraron tanto expertos de la USC como miembros de la Cofradía de Pescadores de Miño.

Una vez conocido esto, los autores proponen profundizar en el estudio de la posible persistencia de la enfermedad en los sistemas acuáticos. Para ello, se podrían utilizar moluscos como centinelas de la contaminación.