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El intestino humano alberga 140.000 virus, 70.000 desconocidos hasta ahora

YAMIL LAGE

Un nuevo estudio, a cargo del Instituto Wellcome Sanger y del Instituto Europeo de Bioinformática, abre importantes vías de investigación para comprender cómo los virus que viven en el intestino afectan la salud humana.

Los virus son las entidades biológicas más numerosas del planeta y los que conforman el microbioma intestinal, que también incluye bacterias y hongos, desempeñan un papel fundamental en determinados procesos metabólicos o de regulación del sistema inmunitario, entre otros, cuya relevancia para la salud está fuera de toda duda. Aunque aún hay espacio para la investigación y para la sorpresa.

Y es que, un reciente trabajo, a cargo de expertos del Instituto Wellcome Sanger y el Instituto Europeo de Bioinformática (EMBL-EBI), ambos ubicados en el Reino Unido, ha identificado más de 140.000 especies virales que viven en el intestino humano, más de la mitad de las cuales nunca antes se habían visto. Los resultados, publicados en la revista Cell, son fruto de un exhaustivo análisis de más de 28,000 muestras de microbioma intestinal recolectadas en diferentes partes del mundo.

La cantidad y diversidad de virus que encontraron los investigadores fue sorprendentemente alta, y los datos abren nuevas vías de investigación para comprender cómo los virus que viven en el intestino afectan la salud humana. No en vano, el intestino humano es un entorno con una biodiversidad increíble. Además de las bacterias, cientos de miles de virus llamados bacteriófagos, que pueden infectar bacterias, también viven en el intestino humano.

Se sabe que los desequilibrios en nuestro microbioma intestinal pueden contribuir a enfermedades y afecciones complejas como la enfermedad inflamatoria intestinal, las alergias y la obesidad. Pero se sabe relativamente poco sobre el papel que juegan nuestras bacterias intestinales y los bacteriófagos que las infectan en la salud y las enfermedades humanas.

La voz de los expertos

  • "Un aspecto importante de nuestro trabajo fue asegurarnos de que los genomas virales reconstruidos fueran de la más alta calidad. Una estricta línea de control de calidad junto con un enfoque de aprendizaje automático nos permitió mitigar la contaminación y obtener genomas virales altamente completos. Los genomas virales de alta calidad allanan el camino para comprender mejor el papel que juegan los virus en nuestro microbioma intestinal, incluido el descubrimiento de nuevos tratamientos como los antimicrobianos de origen bacteriófago", señala el doctor Luis F. Camarillo-Guerrero, principal autor de la investigación.
  • "Es importante recordar que no todos los virus son dañinos, pero representan un componente integral del ecosistema intestinal. Por un lado, la mayoría de los virus que encontramos tienen ADN como material genético, que es diferente de los patógenos que la mayoría de la gente conoce, como el SARS-CoV-2 o el Zika, que son virus de ARN. En segundo lugar, estas muestras procedían principalmente de personas sanas que no compartían ninguna enfermedad específica. Es fascinante ver cuántas especies desconocidas viven en nuestro intestino y tratar de desentrañar el vínculo entre ellas y la salud humana ", explica uno de los investigadores, el doctor Alexandre Almeida.
  • "La investigación sobre bacteriófagos está experimentando un renacimiento. Este catálogo a gran escala y de alta calidad de virus intestinales humanos llega en el momento adecuado para servir como modelo para guiar el análisis ecológico y evolutivo en futuros estudios de viromas", concluye el autor senior del estudio, el doctor Trevor Lawley.

Metodología y trascendencia

Así, utilizando un método de secuenciación de ADN llamado metagenómica, los investigadores exploraron y catalogaron la biodiversidad de las especies virales que se encuentran en 28.060 metagenomas intestinales humanos públicos y 2.898 genomas aislados bacterianos cultivados intestino humano.

Los resultados del estudio forman parte de la base de datos de fagos intestinales (GPD), una base de datos que contiene 142,809 genomas de fagos no redundantes que serán un recurso muy valioso para aquellos que estudian los bacteriófagos y el papel que desempeñan en la regulación de la salud de nuestras bacterias intestinales y nosotros mismos.