MISIÓN ESPACIAL

Así será el peligroso aterrizaje del Perseverance de la NASA en Marte

NASA / JPL-Caltech

El rover de la NASA, lanzado el pasado 30 de julio al espacio, llegará este jueves 18 de febrero a la superficie del planeta rojo. La maniobra durará apenas siete minutos.

El largo viaje del rover Perseverance de la NASA está a punto de llegar a su fin. Más de seis meses de trayecto, desde que fuera lanzado el 30 de julio de 2020, que este jueves tocará a su fin con el aterrizaje en Marte. El objetivo, bien claro: encontrar restos, por primera vez, de vida antigua en el planeta rojo.

La propia web de la NASA, consciente de la importancia del acontecimiento, presenta en su página web la cuenta atrás para la llegada del esperado momento. Desde el momento de su partida, la nave ha recorrido ya más de 460.000 kilómetros completando cerca del 99% del trayecto que separa la Tierra de Marte. La empresa, no obstante, no será fácil.

En la base de control de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio la tensión se puede cortar con un cuchillo a escasas horas de que Perseverance pise suelo marciano. Desde allí valoran una posible variación en la trayectoria para elegir el mejor punto del planeta en el aterrizar. Serán solo siete minutos, pero se harán muy largos. Porque el rover deberá hacer la maniobra de forma autónoma y en un terreno en el que muchas cosas pueden salir mal. Y, además, el equipo en la Tierra no sabrá del éxito o fracaso de la maniobra hasta pasados once minutos y medio. Igualmente, se emplearán dos tecnologías nunca antes usadas en Marte.

Lugar del aterrizaje

Que después de seis meses de viaje todo pueda irse al traste es una opción que no está para nada descartada. No obstante, únicamente el 40% de las misiones enviadas al planeta rojo han conseguido hacer contacto firme con el suelo de este planeta.

El lugar escogido por la NASA es es cráter Jezero, con una extensión de unos 50 kilómetros de diámetro. Este espacio se cree que estaba cubierto por ríos y un lago hace 3.500 millones de años, por lo que podría servir de utilidad para encontrar trazas de microorganismos que pudieran vivir allí. Este será el lugar en el que este jueves espera poder aterrizar Perseverance, del tamaño de un automóvil.

Un español, al frente de las operaciones

Pese al gran interés que despierta la zona, también presenta peligros como rocas, pendientes y acantilados, según explica Fernando Abilleira, subdirector de Operaciones de Vuelo en la Mars 2020, al diario ABC.

El de esta semana será su tercer 'desembarco' en el planeta rojo, después del Curiosity (2012) y de la plataforma InSight (2018). "Entraremos en la atmósfera a unos 20.000 km por hora y en menos de siete minutos el vehículo tendrá que decelerar a menos de 3 km por hora cuando llegue a la superficie", avanza Abilleira horas antes de la vital maniobra de la que dependerá el éxito de la misión.

El aterrizaje, paso a paso

La secuencia al completo de la maniobra es la siguiente: 80 segundos después de entrar en la atmósfera de Marte, la temperatura exterior llegará a los 1.300 °C, que será soportada por el rover gracias a un escudo térmico. Según vaya descendiendo sobre la superficie, disparará pequeños propulsores para evitar desviarse de su trayectoria.

De los 20.000 Km/h que hablaba el experto, a los 1.600 que reducirá el rover con el escudo térmico. Cuando hayan pasado 240 segundos, a una altitud de unos 11 kilómetros y una velocidad de 1.512 km/h, se abrirá un paracaídas de más de 21 metros de diámetro. Aquí entra en juego una de las nuevas tecnologías: Range Trigger, que calcula la distancia al punto de aterrizaje en lugar de la velocidad de navegación. Esto, apunta Abilleira, "permitirá reducir los errores en el aterrizaje en más de un 50%".

Representación de la Perseverance en Marte NASA/JPL-Caltech

Tras ello, a los 20 segundos el escudo térmico se separará de Perseverance, que estará expuesto a la atmósfera de Marte por primera vez desde su entrada en el planeta. A la vez que el radar de aterrizaje trata de calcular la altitud, la segunda de las nuevas tecnologías entra en acción. La navegación relativa al terreno, que "utiliza unas cámaras que tomarán imágenes de la superficie. El rover las comparará con un mapa a bordo para determinar con exactitud dónde está durante el descenso y maniobrar de forma totalmente autónoma".

Reducción de velocidad y llegada a la superficie

Así entraría en los compases finales de la compleja misión. El rover caerá a 320 km/h y se librará del paracaídas para recorrer el resto del trayecto con cohetes en diferentes etapas. Una vez alcance una velocidad de unos 2,7 kilómetros por hora, se iniciará una maniobra de 'grúa aérea', mediante la cual quedará suspendido por unos cables de 6,4 metros de largo. En ese momento, desplegará su patas y ruedas para prepararse de cara al aterrizaje.

Entonces, si todo va bien y el rover consigue tocar el suelo marciano son sus ruedas, se cortarán los cables que lo conectan a la etapa de descenso, quedando liberada para caer a una distancia segura que no dañe el aparato. Tras esto, una espera también eterna: once minutos de retraso hasta que una serie de parámetros confirmen el éxito de la misión. Con ello llegará una imagen a baja resolución del momento y sonidos del mismo.

Aterrizaje completado

Si todo va bien, Perseverance se convertirá en el quinto rover de la agencia espacial norteamericana en llegar con éxito al planeta rojo. Una vez allí, se valdrá de siete instrumentos científicos para tratar de hallar restos de vida microbiana antigua y recolectará resto de roca para su regreso a la Tierra. Esta misión, que tendrá una duración de un año marciano (687 días en la Tierra), servirá también como apoyo para futuras expediciones.