CORONAVIRUS
Las posibilidades de contagiarse de COVID al aire libre
En espacios abiertos el riesgo de contraer el coronavirus es inferior que en los lugares cerrados, pero también existe peligro en determinadas circunstancias.
Las evidencias que han ido obteniendo los científicos a lo largo de la pandemia han confirmado que el riesgo de contraer el coronavirus en espacios interiores es mayor que en los exteriores. Por ello, los expertos insisten en la importancia de una correcta ventilación en lugares cerrados y las autoridades han establecido restricciones cada vez más severas en estas zonas.
No obstante, los contagios también pueden suceder al aire libre, aunque las probabilidades se reducen considerablemente respecto a los espacios interiores. El aire contribuye a evaporar las gotas que expulsamos al hablar o al toser y además diluye y dispersa el virus, hecho que provoca que las posibilidades de contagio sean menores que en un lugar cerrado.
De cualquier forma, estos hechos no implican que desaparezca por completo el riesgo de contraer la enfermedad, ya que en determinadas circunstancias pueden producirse contagios. En ese sentido, el tiempo y la distancia son dos factores fundamentales, al igual que el uso o no de material de protección como las mascarillas.
La distancia y el tiempo, claves
Mantener la distancia de seguridad evita que las gotas que expulsa una persona infectada puedan afectarnos, ya que, aunque el aire pueda ser capaz de dispersar el virus, si nos encontramos cara a cara a menos de dos metros con este individuo el riesgo aumenta. Si se cumple con esta premisa, lo normal es que se produzca una rápida dispersión de los aerosoles y no nos veamos afectados.
Exponerse el menor tiempo posible también contribuye a minimizar los riesgos al aire libre. Así, cruzarse por la calle con otra persona durante escasos segundos no supone un peligro de cara a contraer el coronavirus. Para que pudiera suponer un riesgo, el sujeto contagiado tendría que toser directamente sobre la otra persona y que ésta inhalase en el momento erróneo.
Sin embargo, pasar mucho tiempo al aire con un grupo de personas puede incrementar este riesgo, al igual que seguir la estela de alguien que, por ejemplo, corra delante de nosotros. También debe tenerse en cuenta que si el espacio en el que nos encontramos no está totalmente abierto hay más riesgos que en un lugar que sí lo esté, ya que el aire puede estancarse y contaminarse.
Superficies contaminadas
Al aire libre también puede haber riesgo de tocar una superficie contaminada debido a que el virus es capaz de sobrevivir durante un tiempo en esa situación incluso en espacios abiertos. Sin embargo, los científicos señalan que la cantidad de virus que quedaría después de que alguien tosiese, se limpiase con una mano y tocase este superficie sería mínima, puesto que además se dispersaría en un máximo de dos horas, algo que no sucedería en un espacio cerrado, donde en todos los casos existe un mayor riesgo de contagio.
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