CORONAVIRUS

Las tres actividades que conllevan más riesgo de contagio

A los 700 expertos preguntados por 'The New York Times' les preocupan más las actividades en espacios cerrados que las realizadas al aire libre.

Las tres actividades que conllevan más riesgo de contagio
DPA vía Europa Press DPA vía Europa Press

La pandemia de coronavirus ha alterado notablemente el estilo de vida y la conducta de la sociedad. Actividades que antes se realizaban a placer ahora se evitan porque pueden resultar muy peligrosas. Para conocer cómo ha afectado la COVID-19 a los expertos en la materia, el prestigioso diario The New York Times ha realizado una macroencuesta a la que han contestado 700 epidemiólogos y científicos de Estados Unidos. Una muestra lo bastante significativa para tener en cuenta sus respuestas.

Estos expertos explican qué actividades realizan más y cuáles han aparcado con motivo de la pandemia porque conllevan un mayor riesgo de contagio. Así pues, establecen que la actividad más peligrosa es comer en el interior de un restaurante, según un 44% de los encuestados. La segunda actividad que más riesgo conlleva es asistir a una boda o un funeral, considera el 43% de los expertos. Por último, el 35% opina que la tercera acción más riesgosa es acudir a un acontecimiento deportivo, un concierto o una obra de teatro.

Por el contrario, las tres actividades que tendrían menos riesgo tienen y que, por tanto, más han realizado, son: tocar o llevar una carta de correo postal con las manos y sin precauciones (75%), ir de excursión o hacer senderismo al aire libre con los amigos (72%) e ir a hacer un encargo a una tienda de comestibles o la farmacia (46%). De hecho, el 72% reconoció haber abierto el correo sin precauciones en los últimos 30 días, el 90% había hecho en el último mes algún recado en persona, ya fuera al supermercado o a la farmacia, y el 62% había salido a pasar el rato con amigos al aire libre.

El principal resultado que se puede extraer de la encuesta es que la mayoría de epidemiólogos coincide en preocuparse menos por las actividades al aire libre y más por las que se realizan en lugares cerrados, así como por las aglomeraciones. “Los lugares cubiertos con mucha gente son la situación de mayor riesgo”, indica Leland Ackerson, epidemiólogo de la Universidad de Massachusetts. “Al aire libre, con poca gente, distancia social y precauciones, es lo menos arriesgado”, añade.

¿Qué pasará después de la vacuna?

La llegada de la vacuna parece inminente después de que empresas como Pfizer o Moderna pidieran la autorización de emergencia para el uso de sus fármacos contra el coronavirus. Sin embargo, muchos de los expertos encuestados reconocen que se sentirán más tranquilos cuando gran parte de la población se haya vacunado, para lo que aún queda.

“Si más de la mitad de la población estuviera vacunada, me sentiría un poco menos estresado y ansioso cuando saliera a hacer los mandados. De hecho, podría sentirme cómodo para comer en un restaurante o volver a ver a mis amigos algún día si es posible”, afirma Vijaya L. Seegulam, gerente de proyectos de investigación, Universidad de Boston. Por su parte, Julie Bettinger, profesora de la Universidad de Columbia Británica, explica que cambiará su comportamiento solo cuando ella y su familia estén vacunados, aunque cree que no volverá a estar en lugares masificados “hasta que el 80% o más estén vacunados”.

Los más optimistas, como Michael Webster-Clark, investigador postdoctoral de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, estiman que “la disponibilidad generalizada de vacunas dará como resultado una mayor relajación de la mayoría de las precauciones a mediados o finales del verano de 2021”. Otros, como la profesora asociada Cathryn Bock creen que “pasarán dos o tres años antes de que las cosas vuelvan a la normalidad para los cautelosos, al menos en Estados Unidos”.

En una tendencia más negativa se encuentra la profesora Marilyn Tseng, a quien le cuesta “imaginar que alguna vez volverá a nuestra 'normalidad' anterior”, aunque considera que “las nuevas medidas preventivas que hemos tenido que adoptar, como las máscaras, se sentirán normales con el tiempo. En ese sentido, soy optimista de que la vida se convertirá en un nuevo tipo de normalidad”.