García Rojas: "Vacunaría primero a todos los más vulnerables, aunque sea con una dosis"

El presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas, ha atendido al Diario AS una semana después de recibir la primera dosis de la vacuna contra la COVID. Ha repasado toda la actualidad relacionada con esta.

- ¿Cómo se siente después de que se le haya administrado la vacuna? ¿Ha notado algún efecto secundario?

-He sentido un efecto secundario que no me esperaba y me ha llamado poderosamente la atención: me siento más joven y con más agilidad (risas).

¿Sabe ya cuando le pondrán la segunda dosis, que ya han comenzado a administrar en algunas residencias?

- Todavía me falta porque a mí me vacunaron casi al final de los sanitarios. Por lo menos en unas dos semanas, aproximadamente.

- Hay comunidades que están cumpliendo con el ritmo de vacunas, pero hay otras comunidades que no, como Madrid. ¿Qué le parece esta situación y si ve acertada esa estrategia de poner una y guardar otra?

- Las realidades son diferentes en cada comunidad autónoma. Tal y como está la situación, la estrategia que más me seduciría sería tener vacunada a toda la población más vulnerable, que es la que está en las residencias y sanitarios, aunque sea con una dosis. Y conforme se acercara la segunda dosis a estos colectivos, entonces hacer la reserva en ese momento. Habría que tener en cuenta el ritmo y evolución de la llegada de las vacunas y cuando se acercara el momento de poner una segunda dosis, entonces sí hacer una reserva. Entiendo, también, que cada comunidad actúa según cree que es lo más oportuno.

-¿Falta un protocolo claro y global?

No, el protocolo está claro. El Plan Nacional de Vacunación está publicado. El problema es la gestión, que corresponde a las comunidades autónomas y actúan como estiman oportuno.

- ¿Hubiese sido mejor que el Gobierno central hubiese tomado los mandos?

- Creo que los que mejor conocen su realidad son las comunidades autónomas. El problema, insisto, está en la gestión. Y no en la planificación. Lo razonable es gestionar en base a las capacidades que tenga cada territorio. El problema del plan es llevarlo a la práctica y eso requiere que las comunidades pongan en marcha todos los aspectos necesarios.

- En cuanto a nivel general, ¿cómo está yendo la campaña de vacunación en toda España?

- España es de los que más está vacunando en una campaña muy compleja por tener que vacunar a mucha gente en tan poco tiempo. Además, de a un personal sanitario muy cansado y que sigue viviendo el proceso expansivo del virus. También, la complejidad de la vacuna de Pfizer lo complica porque no es habitual que se tenga que conservar a muy poca temperatura y, fuera de esa temperatura de congelación, no tiene un periodo de vida muy alto: cinco días fuera de congelación y dos o tres horas a temperatura ambiente. Tienes que tenerlo todo muy milimetrado. Es cierto que es común para todos y, como decíamos antes, hay ámbitos geográficos que han ido a un ritmo más lento que otros. Estas comunidades deberán analizar los elementos que están condicionando esa lentitud en el ritmo y desatascar los cuellos de botella que puedan tener.

- ¿Se les ha trasladado algún caso de efectos secundarios graves?

- Los efectos secundarios que aparecen referenciados son los esperables en una vacuna: dolor en la zona de administración, cierta sensación de cansancio, cefalea o fiebre. Se resuelven a los dos días por sí solos. Más allá de estos, no tenemos constancia de ningún caso más grave.

- ¿Se está administrando ya la de Moderna?

- Sí, se está administrando en varias comunidades. Han llegado pocas dosis, unas 600.000 en total en esta primera fase. Eso repartido entre todas, no tocan a muchas.

- ¿Se diferenciará entre la de Pfizer y la de Moderna a la hora de la administración?

- No, se podrán administrar cualquiera de las dos. Además, son muy similares. La única diferencia es que la de Moderna se tiene que conservar a -20ºC y no a -70ºC o -80ºC, como la de Pfizer.

- ¿Temen desde la Asociación que las variantes del virus que están apareciendo puedan restar eficacia a las vacunas que están saliendo y esto sea casi el cuento del nunca acabar?

- No debe ser así. Las características de estas vacunas no nos permiten sospechar que esto pueda suceder. Son vacunas diferentes, no replicantes. Salvo que se diera una circunstancia absolutamente extraordinaria, las nuevas variantes no tienen por qué afectar a la eficacia de las vacunas. Son basadas en ARN mensajero que hacen que sean nuestras propias células las que produzcan proteínas que están presentes en el coronavirus y así generar una respuesta inmunodefensiva. Además, la capacidad de cambio del virus es muy alta, pero son variantes que no modifican su estructura completa.

- Parece que empieza a haber menos miedo a la hora de vacunarse, ¿era algo con lo que contaban desde la Asociación que pasaría cuando se empezaran a vacunar los primeros grupos de riesgo?

- Yo lo comentaba mucho. Decía que los resultados de las encuestas, que eran muy elevados, casi de un 45% de personas que eran reticentes a ponerse la vacuna, conforme se empezara a ver que la vacuna no la cargaba el demonio y era el único producto que acabara con la pandemia, esto se iba a resituar. Hay que tener en cuenta que somos un país con un perfil fuertemente vacunador y que tenemos unos profesionales de un nivel espectacular. Existía el miedo a lo desconocido, pero ya se está demostrando que no hay ningún elemento diferenciador que pueda dar pie a que la población tenga miedo a administrársela.

- ¿Cuándo diría usted que la vacuna logrará esa inmunidad de rebaño o ese efecto que haga que la pandemia esté controlada?

- Lo sensato es pensar que cuando hay una cobertura defensiva amplia, en un 70% aproximadamente, es cuando se tenga eliminada la cara más amarga del virus: fallecimientos, ingresos en UCI... Y, por lo tanto, se tendrá más controlado el proceso. Esto provocará que el coronavirus empiece a entrar en la zona de microorganismos con los que convivimos habitualmente.

- La situación que vivimos, con la tercera ola ya presente y un número de contagios muy alto es preocupante, ¿es partidario de un confinamiento domiciliario, como apuntan los virólogos, médicos, epidemiólogos...?

- No, no estoy de acuerdo con un confinamiento tan estricto como el de marzo. Las medidas de prevención, en estos momentos, son muy duras. Eso sí, también te digo que si estas medidas no dan resultado, cualquier otra medida tiene que estar sobre la mesa.