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España realiza su primer trasplante de útero

Servicio Ilustrado (Automático)

Dos hermanas se someten a un trasplante de útero en el Hospital Clínic de Barcelona ante las dudas éticas de la Organización Nacional de Trasplantes.

El Hospital Clínic de Barcelona realizó el 5 de octubre el primer trasplante de útero en la historia de España. En el proceso participaron dos hermanas. La donante no quería tener más hijos, mientras que la receptora, que nació con síndrome de Rokitansky, una enfermedad que conlleva nacer sin útero ni trompas de Falopio, deseaba ser madre biológica.

La operación salió bien y, tras algo más de dos meses, el órgano ha comenzado su función. Tanto es así que la hermana pequeña ya ha tenido su primer ciclo menstrual. Pero el proceso no ha sido sencillo. Solo esta paciente fue compatible de las 30 mujeres que se presentaron, según el Clínic de Barcelona.

La intervención, dirigida por el jefe de Ginecología, Francisco Carmona, y el jefe de Urología y Trasplante renal, Antonio Alcaraz, duró 12 horas. 20 trabajadores participaron en el proceso de extracción del útero de la hermana mayor y en la implantación del mismo en el cuerpo de la hermana menor.

Menos de 100 trasplantes en todo el mundo

El trasplante realizado en Barcelona fue uno de los 70 practicados en todo el mundo. De ellos, 20 se hicieron a personas recién nacidas. En primer nacimiento tras trasplante de útero de una donante viva ocurrió en 2014 en Suecia.

En el caso de que la paciente del hospital catalán quede embarazada cuando, dentro de unos meses, se le implante un embrión fecundado in vitro, será tratada con inmunosupresores hasta que vuelva a quedarse embarazada y, una vez que sea madre todas las veces que desee, se le extirpará el útero de nuevo.

Un trasplante rodeado de polémica

La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha rechazado dar luz verde a esta operación por motivos éticos y sociales. Varios hospitales habían solicitado la autorización para realizar la intervención, pero la ONT las ha rechazado siempre al considerar que el útero no es un órgano vital, entendiendo que el trasplante suponía un riesgo vital para las dos personas.

Además, se asume el peligro de que el cuerpo receptor rechace el órgano. Por último, según informa el ABC, este tipo de trasplantes plantea la posibilidad de que un hombre pueda solicitar el órgano e intente una gestación, con el conflicto social y cultural que conllevaría.