CORONAVIRUS

Un directivo de la OMS expone la forma de parar 'más oleadas'

LAURENT GILLIERON

David Nabarro, enviado de la OMS en Europa para el coronavirus, se muestra desconfiado ante los meses futuros respecto a la pandemia.

La segunda ola del coronavirus está afectando a muchos países de Europa, que se están viendo obligados a implantar medidas cada vez más restrictivas con el fin de frenar la cadena de contagios. En España, esta segunda oleada ha derivado en un nuevo estado de alarma, mientras que algunas comunidades ya solicitan el confinamiento domiciliario para frenar de raíz los contagios, que ya suman más de 1.300.000 casos, mientras que a nivel mundial se han superado los 48 millones.

Con la llegada del frío y la coincidencia con la gripe, muchos son los expertos que auguran una fuerte incidencia en este periodo. Sin embargo, como asegura David Nabarro, enviado de la Organización Mundial de la Salud para la COVID-19 en Europa, en una entrevista a Pablo Linde (El País), no será la última ola. "Queda un largo camino por recorrer. Seguiremos teniendo más oleadas a menos que podamos aprender a mantener alejado el virus con la forma en que nos comportamos. También mediante salud pública y otros servicios sanitarios".

Para el experto, "mucho depende de lo que hagamos durante las próximas semanas o meses. Eso determinará cuánto seguimos luchando con esta enfermedad, digamos en 2021 o 2022. No voy a decirle a nadie que creo que una vacuna o un tratamiento cambiarán completamente nuestra situación, esto alteraría el patrón de nuestra respuesta y todavía tenemos que cambiar nuestro comportamiento para que el virus no se propague tan fácilmente", ha asegurado. Un virus del que le ha sorprendido su "intensidad del resurgimiento, no pensé que aumentaría tan rápido".

Refuerzos en materia sanitaria

Una de las grandes claves que Nabarro considera esencial en la lucha contra el coronavirus es un óptimo sistema sanitario, "en cada comunidad, como está sucediendo en el este de Asia, en países como Vietnam, Tailandia, China y también lo que está sucediendo en Nueva Zelanda", cita el experto de la OMS, quien considera que "queda un largo camino por recorrer en Europa Occidental y Norteamérica".

Para el enviado de la OMS, lo que hay que evitar es lo que denomina "efecto yo-yo", con repetidos confinamientos ante aumentos de casos para después volver a relajar las medidas. Ese no es un buen camino para el futuro. Eso no ayudará a la gente pobre en España que necesita desesperadamente empleo para volver a conseguirlo, no ayudará a que funcionen las instalaciones y servicios básicos en otras partes de Europa, sino que creará una terrible inestabilidad. Hay que buscar el camino intermedio, que se basa en defenderte del virus, y eso significa poner los sistemas necesarios a funcionar".

Según Nabarro, pada poder llevarlo a cabo se necesita "poder detectar a las personas con la enfermedad y aislarlas muy rápido. Debes poder encontrar los contactos y aislarlos también. Y debes ser muy eficaz para hacerlo en todo el país. Requiere un alto nivel de organización y disciplina, y no estoy seguro de que los países europeos estén ahí todavía".

Otro de los aspectos esenciales es el trabajo con los ciudadanos, "respetándolos para que sigan el tipo de conductas que frenarán la propagación del virus. En Asía fue posible lograr cambios en el comportamiento de las personas respetándolas y ayudándolas a hacer lo que se se debe hacer porque quieren hacerlo, en lugar de porque sienten que estarán en problemas. Si intentas que las personas cambien su comportamiento a través de restricciones, multas y cosas por el estilo, eso tiende a ser menos sostenible".

Nuevo confinamiento

La situación en muchos países europeos, como Francia o Reino Unido, que han decretado un nuevo confinamiento (algo menos restrictivo que en la primera ola), Nabarro la explica porque para ellos "existía la sensación de que no había otra opción. Muchos líderes sintieron que tenían que volver al confinamiento, aunque no quisieran. Lo que importa son los pasos que se están implementando para que cuando salgan de nuevo no vuelva a subir la curva, es lo que realmente importa en toda Europa", destaca.

"Un encierro es algo extremo, es un concepto muy autoritario. Dado que los números están aumentando bastante rápido en la mayor parte de Europa, serán necesarias fuertes restricciones de movimiento, mientras se implementan los servicios de salud pública necesarios para evitar que vuelva a crecer", asegura. En el caso concreto de España, reconoce que "parece estar por delante de los demás, quizá tenga que ver con el movimiento que tuvo lugar en agosto y septiembre".

Debate político durante la pandemia

Y, de nuevo, vuelve a recalcar la importancia de la salud pública " nivel local, junto con la generalización de los comportamientos poblacionales, que se asocian con la reducción de la propagación. Y en tercer lugar, un liderazgo político muy fuerte, donde los políticos proporcionen un modelo a seguir realmente bueno y hagan lo que se debe". Continuando con el tema político, asegura sentirse "triste" con los debates políticos en torno al virus. "En lugar de trabajar unidos lo que hay es discusión, y así es difícil luchar contra la enfermedad. Sé que España ha tenido bastantes problemas como este y me entristece".

Respecto a la aplicación de nuevas medidas, cuestionado por el caso de España, Nabarro considera que lo mejor es "actuar con rapidez y firmeza", antes que "pasar mucho tiempo con incertidumbre. Cuanto más se espere, mayor será el problema. Si sabes que estás perdiendo la batalla para contener el virus, tienes que hacerlo, tendrás que confinar, y hacerlo rápido. Es un mensaje raro, pero es así: intenta evitar el confinamiento. Si no se puede, hazlo, pero rápidamente y con firmeza".

Llegada de la vacuna

Sobre la esperada vacuna que logre contener de forma efectiva los contagios, el experto de la OMS pide calma. "No estamos hablando de algo que se haga de la noche a la mañana. Es un proceso bastante largo. Y es muy importante que la seguridad tenga una alta prioridad, porque si hay efectos secundarios graves, aunque sea en uno de cada mil casos, puede afectar al programa de vacunación. Las autoridades no van a tomar atajos en esto, todos querrán tener cuidado. Por eso anticipo que las cosas no van a cambiar repentinamente en los próximos meses, creo que será más largo. No pensemos que habrá un momento el próximo año en que la vida volverá a la normalidad de repente".