CORONAVIRUS

Marrakech se hunde ante la falta de turistas extranjeros

Una de las ciudades más turísticas del país se enfrenta a una crisis sin precedentes ante la falta de visitantes extranjeros debido a la COVID-19.

La ciudad de Marrakech, conocida por su plaza Jamaa El Fna y su mezquita, que figura en la lista de patrimonio mundial de la UNESCO, se encuentra en una situación extrema ante la falta de turistas y las duras medidas tomadas por el gobierno para frenar la pandemia. Cada vez se alzan más voces que piden "salvar" una ciudad que "se asfixia" y esto provocó que la semana pasada, profesionales del sector turístico organizaron sentadas para protestar contra las medidas.

En declaraciones a AFP, Bachir, camarero, indicaba: "Antes, había que esperar para tener una mesa" mostrando la terraza de una cafetería vacía donde trabaja desde hace veinte años en la famosa plaza Jamaa El Fna. Un vendedor ambulante de zumo de naranja, iba en la misma dirección: "Es la primera vez que veo Jamaa El Fna tan vacía, esto me entristece'".

Esta plaza, normalmente llena de músicos, vendedores y encantadores de serpientes se encuentra ahora vacía desde que el país declarase el estado de emergencia sanitaria a mediados de marzo y cerrase fronteras. Tras la apertura en el mes de julio, los comerciantes apostaron por el turismo 'nacional' para recuperar la economía. Sin embargo, a finales de ese mismo mes, se decretó el cierre, de nuevo, de Marrakech y de otras siete ciudades.

Quejas que no cesan

En las redes sociales, se suceden las llamadas para "salvar" la ciudad y suavizar las restricciones para visitantes. Hace poco, una decisión podría devolver un poco de esperanza, pues se accedió a que los viajeros no sometidos a un visado podrán visitar el país en 'vuelos especiales' con una presentación previa de reserva de hotel y dos tests (serólogios y de PCR) negativos en las anteriores 48 horas.

En las sentadas de la pasada semana, una pancarta rezaba 'Al coronavirus no le dará tiempo a matarnos, el hambre se encargará antes'. La alegría por la decisión tomada podría durar poco, ya que el país se enfrenta a una explosión de casos con más de 2.000 diarios en los últimos días. Marruecos alcanza ya 86.686 casos y 1.578 muertes, según cifras oficiales.