ASTRONOMÍA

¿Cómo se crea una estrella?

Un equipo de astrónomos ha conseguido un importante avance para conocer cómo se crean las estrellas, tras observar de cerca la TW Hydrae.

El mundo de la astronomía es muy complejo y, quizá por ello, mucha gente se siente atraída por ella. En los últimos días, se ha descubierto chorros de materia que caen sobre estrellas jóvenes, un material que ayuda en la formación y crecimiento de éstas. Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional, detalla en El Mundo proceso de creación de estos astros.

Las estrellas se empiezan a formar en las nubes interestelares, constituidas por gas mezclado con pequeñas partículas de un material sólido llamado polvo interestelar. Cuando una gran parte de materia se va acumulando en una misma zona de la nube, ésta se desploma por el mero efecto de la gravedad de su masa. De esta forma, se crea una estructura densa, aplanada y rotante que se conoce como protoestrella. Y es en su zona central donde se acumula la masa, para crear un germen estelar rodeado de un disco en rotación, que finalmente acabará formando un sistema planetario.

El astrónomo confirma que, pese a que los mecanismos básicos para su formación se conocen bien, todavía hay algunos detalles que se escapan, y la mejor forma de dar con ellos es observar las estrellas jóvenes más cercanas con la ayuda de telescopios. Una de ellas es la TW Hydrae, situada en la constelación Hidra y a 196 años luz del Sol. Un equipo de astrónomos la ha estudiado a fondo, y entre ellos hay dos españoles: Rubén Fedriani (Universidad de Tecnología de Chalmers) y Rebeca García López (University College y Instituto de Estudios aVanzados de Dublín).

Esta estrella apenas tiene un millón de años, pocos comparados con los que tiene el Sol, 4.500 millones. TW Hydrae todavía está rodeada por un disco de gas polvoriento que dará lugar a planetas similares a los del sistema solar. En un primer momento se pensaba que el disco estaba conectado a la estrella a través de corrientes de gas, encargadas de transportar el material hacia la superficie estelar, ayudando a su crecimiento. Sin embargo, estos canales de gas nunca antes se habían observado de manera directa.

Chorros de gas

Gracias al trabajo conjunto de los mayores telescopios del mundo, equipados con un detector ultrapreciso denominado GRAVITY, los investigadores han conseguido una observación directa de estos chorros de gas que fluyen desde el disco hacia el embrión estelar.

Estos chorros, según los expertos, tienen unas dimensiones de varios millones de kilómetros. El gas iría canalizado por los intensos campos magnéticos que unen el disco con la superficie de la estrella que se encuentra en crecimiento. Un hallazgo que nos permite conocer cómo se formó el Sol y y todo el sistema de planetas que lo rodea.