CORONAVIRUS

Vacuna Coronavirus: ¿Qué diferencia hay entre células T y anticuerpos?

ANDREW CABALLERO-REYNOLDS

Ambas forman parte de nuestro sistema inmune y es posible que ataquen al coronavirus de formas distintas. Los linfocitos T van directos a la espícula.

Se habla mucho de cuándo llegará la vacuna contra el coronavirus, pero poco de cómo funcionará. Esencialmente lo que hace una vacuna es imitar una infección para que nuestro sistema inmune reaccione ante ella y los agentes que se dedican a proteger nuestro organismo de invasores almacenen en su memoria la forma de combatirla.

¿Cuáles son esos agentes? Por un lado están los anticuerpos y por otro las células o linfocitos T, que también forman parte de nuestra respuesta inmunitaria. Ambos atacan al coronavirus de formas distintas y ambos son importantes a la hora de generar inmunidad.

¿Cuál es la diferencia?

Mientras los anticuerpos combaten al virus bien evitando que entre en células sanas o las dañe, bien fomentando su eliminación o bien desencadenando directamente las reacciones que lo acabarán destruyendo, los linfocitos T tienen una forma muy peculiar de abordar al patógeno. Lo que hacen es atacar directamente su espícula, la proteína S con la que se engancha a nuestras células para penetrar en ellas.

"Hay datos sólidos que sugieren que la respuesta de las células T también es importante para la protección e inmunidad frente al SARS-CoV-2 y posiblemente sea independiente de la respuesta de los anticuerpos", explica en Newtral Sidney Ramírez, del Centro de Investigación de Vacunas e Infecciones de La Jolla Institute, en California. Estos linfocitos T pueden ser de dos tipos. Están los colaboradores (CD4+), que no atacan al virus pero avisan de su presencia, y los citotóxicos, que se dedican a matar células infectadas.

Puede decirse que los linfocitos T son nuestra primera línea defensiva contra el coronavirus. Los primeros en combatir al patógeno cuando consigue acceder a nuestro cuerpo, por lo que son capaces de retrasar la aparición de síntomas o incluso evitar que enfermemos aunque tengamos el 'bicho' dentro. Aunque se hable más de ellos, los anticuerpos no están solos en la lucha.