Coronavirus

Tres personas mueren y una se queda ciega en Nuevo México por beber gel de manos

THOMAS COEX

Fue en Nuevo México (EE UU), otras tres personas se encuentran en estado grave. Sus problemas de adicción hicieron que emplearan el gel desinfectante como bebida alcohólica.

Tres personas han muerto, una se ha quedado ciega y otras tres se encuentran en estado grave después de ingerir gel desinfectante que contenía metanol. Los hechos han ocurrido en el estado de Nuevo México, en Estados Unidos, y las autoridades sanitarias han explicado que los casos estaban relacionados con el alcoholismo y los problemas de adicción.

Los casos ocurrieron a lo largo del mes de mayo y después de una dura batalla tres de ellas han fallecido. El departamento de Salud del estado estadounidense ha advertido de que entre las comunidades más desfavorecidas, por el desamparo que produce la crisis sanitaria del coronavirus, se está incrementando el empleo del gel de manos como sustituto de bebidas alcohólicas.

Por eso, las autoridades han reiterado la peligrosidad que entraña hacer un uso indebido del gel de manos, puesto que la intoxicación puede llegar a causar la muerte. Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha pedido a los consumidores que no empleen nueve marcas de gel desinfectante que contienen metanol.

La ingesta de metanol causa daños irreversibles

Algunos de los geles de manos que se están comercializando en estas últimas fechas para preservar el lavado e higiene de mano tienen su base en vinos o licores. No contienen un porcentaje elevado de alcohol, pero sí otros productos cuya ingesta puede ser tóxica. En el caso de Nuevo México, el gel hidroalcohólico contenía metanol, cuya ingesta o inhalación puede resultar letal, puesto que puede ocasionar daños renales, vómitos, visión borrosa, dolor de cabeza, ceguera e incluso la muerte, como así ha sucedido.

No es la primera vez que en las últimas semanas se utiliza el gel de manos como si fuera una bebida alcohólica. Hace unas semanas en la cárcel de Brians, en la localidad barcelonesa de Sant Esteve de Sesrovire, un grupo de reclusas se había emborrachado mezclando gel de manos con Coca-Cola.