Coronavirus

Holanda y Alemania también han tenido problemas en la compra de material sanitario

Al igual que le ocurrió a España con la compra de test rápidos, ambos países han fallado en la adquisición de mascarillas

Comprar material sanitario en plena pandemia de coronavirus no está siendo fácil. La demanda es muy grande, el mercado no estaba preparado para esta situación y la especulación y venta de material de poca calidad se está dejando notar.

España lo ha sufrido en sus propias carnes. Adquirió más de 600.000 test rápidos de COVID-19 a la empresa china Bioeasy a través de un intermediario y al llegar una primera remesa de 58.000 test, los laboratorios comprobaron que las pruebas no tenían la fiabilidad esperada, de hecho no llegaba ni al 30% de fiabilidad.

Inmediatamente, el Gobierno salió al paso y procedió a devolver el pedido y pidió la sustitución de estos test. Pero España no ha sido el único país que ha tenido problemas a la hora de adquirir material sanitario. Alemania y Holanda, en la última semana, también han tenido inconvenientes en el suministro.

En Alemania, saltaba a la luz que se había perdido un cargamento con más de seis millones de mascarillas en un aeropuerto de Kenia. Según la información de Der Spiegel, el pedido se perdió cuando llegó al país africano y desde entonces no se tiene rastro de qué ha podido pasar con la remesa de mascarillas.

El informe realizado por el departamento militar de Alemania, destapado por la revista, explica que el país centroeuropeo ya ha pedido explicaciones al fabricante de las mascarillas para que esclarezca las circunstancias y motivos de la pérdida del pedido, que debería haber llegado a Alemania el 20 de marzo.

Holanda recibió un pedido defectuoso

Por su parte, Holanda también ha tenido dificultades con el suministro de mascarillas. Tal y como le pasó a España con los test rápidos, el Gobierno neerlandés recibió mascarillas defectuosas que no cumplían con los estándares de calidad necesarios. Por ello, también procedió a la devolución del pedido de estas mascarillas, que se cuantifican en unas 600.000 unidades.

Fueron los hospitales los que enseguida se dieron cuenta que esas mascarillas no reunían los requisitos necesarios. Un portavoz sanitario lo explica al diario holandés Nos. "Cuando nos las entregaron, las rechacé inmediatamente. Si las mascarillas no se fijan correctamente, las partículas del virus pueden pasar perfectamente. No las hemos usado. No son seguras".

Holanda, Alemania y España ya han sufrido las inclemencias de un mercado de material sanitario muy complicado, muy volátil y traicionero. La situación en Europa está obligando a los Gobiernos a actuar con celeridad y los problemas se están multiplicando.