CORONAVIRUS

José Ameal, el español que ha sobrevivido a dos pandemias

El Comercio

El asturiano, de 105 años, superó el contagio de la devastadora 'gripe española' de 1918 y ahora afronta los tiempos del coronavirus.

La naturaleza tiene ejemplos que sorprenden a la razón humana y, de vez en cuando, nos envía mensajes en los momentos más oportunos. Como el caso de José Ameal Peña, un asturiano de 105 años que ha sabido capotear a la vida (fue chófer de toreros) hasta el punto de sobrevivir a dos pandemias, la mal llamada 'gripe española' de 1918, que causó 50 millones de muertos en todo el mundo, y la actual del coronavirus.

José Ameal nació en Luarca (Asturias) hace 105 años. José sigue viviendo en Luarca. Muchas voces aseguran que es el único superviviente español de aquella pandemia de principios del siglo XX, dato difícil de confirmar.

José mantiene muy viva su memoria y tiene imágenes grabadas que recuerda sin fallo: "Nunca he podido olvidar aquel horror. Eran tantos los entierros que a diario pasaban por delante de nuestra casa que mi madre, para que yo no me asustara, corría las cortinas de la galería", ha relatado estos días en las sucesivas entrevistas que ha concedido mientras en su interior todavía resuenan las campanas de la iglesia de Santa Eulalia tocando a muerto. Luarca tenía una población entonces que no llegaba a 2.000 habitantes. Murieron 404. En España hubo ocho millones de infectados, de los que 300.000 perdieron la vida.

La gripe española es considerada una de las pandemias más devastadoras de la historia de la humanidad. El origen no estuvo en España, sino en Fort Riley (Kansas, Estados Unidos) y a Europa llegó por Brest, el puerto francés por el que entraron la mayoría de las tropas estadounidenses que combatieron en la Primera Guerra Mundial. El nombre de 'gripe española' se debe a que la pandemia ocupó mayor atención en la prensa española que en el resto de Europa ya que España no estaba involucrada en la Gran Guerra y, por tanto, no se censuró la información sobre la enfermedad.

En aquella Luarca de 1918 no había mascarillas, geles desinfectantes ni respiradores y la gente no se daba codazos en los supermercados por llevarse el papel higiénico de las estanterías, principalmente porque entonces no se habían inventado los rollos de tisú (lo harían en 1928) ni se había construido todavía el primer gran supermercado en España.

En aquel otoño de 1918, José contrajo la gripe: "Todavía hoy no puedo entender cómo estoy aquí. Cuando desperté apenas podía caminar. Tuve que gatear sobre mis manos y rodillas", relata, a la vez que no olvida el tratamiento al que fue sometido por don Ceferino, el médico que trabajaba en el pueblo: "Vapores de eucalipto y algas marinas hervidas que se cocían en toneles de madera". Ese era todo el botiquín.

José se vacuna contra la gripe desde que tiene 15 años. Una vida que ha dedicado a la conducción, siendo taxista, chófer de toreros, llevando un camión. Cuentan que estos días, cuando estalló la crisis del coronavirus, José se dio cuenta que algo raro sucedía al comprobar que su familia no salía de casa y que echó de la cocina a su yerno cuando se lo contó, para no contagiarse.