Los Machucos son eslovenos: Pogacar gana y Roglic crece
La cima cántabra habló esloveno: el joven de 20 años ganó la etapa y saltó al tercer peldaño del podio, y el maillot rojo se consolidó al frente de la Vuelta.
La etapa de Los Machucos dejó una certeza: Ángel Madrazo, el Gorrión, no ganará la Montaña. El resto de conclusiones son menos rotundas, aunque las sensaciones que proyectó Primoz Roglic en las rampas infernales que conducían al Monumento de la Vaca Pasiega nos inviten a pensar que ya tiene sentenciada la Vuelta a España 2019. La cima cántabra acogió un festival esloveno: Roglic consolidó el maillot rojo y su compatriota Tadej Pogacar celebró su segunda victoria en esta edición, tras la conquistada en Andorra, y se aupó al tercer peldaño del podio, en detrimento de un aciago Superman López. No está nada mal para un debutante de 20 años.
Madrazo volvió a meterse en la escapada del día, con el objetivo de defender su maillot de lunares azules y de exhibirlo por su tierra cántabra, pero no logró ni un solo punto en los siete puertos del recorrido. El Gorrión del equipo Burgos ya tuvo su día de gloria en Javalambre. De momento sigue líder, pero es cuestión de días. Los sueños, sueños son. Cuando los gallos de pelea se ponen serios, los modestos se echan a un lado. El sueño del jornalero tuvo este viernes otro protagonista, Héctor Sáez, un manchego de Caudete (Albacete), de 25 años, que comenzó la subida a Los Machucos en solitario. La realidad le cayó como un mazo rápidamente, cuando primero le superó Bruno Armirail y, después, Pierre Latour.
La presencia de Latour como cabeza de carrera ya subía la temperatura del termómetro. El francés ganó hace dos años en Aitana, es un ciclista completo, buen contrarrelojista y notable escalador. Pero si no era un día para los modestos, tampoco lo iba a ser para los aventureros ni para los cazadores. Detrás se había mantenido un ritmo aplastante con el Astana al mando, que confiaba en la chance de Superman López, aparentemente el ciclista con mejores piernas para retar a Roglic. Sólo aparentemente… El empuje del equipo kazajo acabó reventando a su propio líder, el perdedor de la jornada, que cedió un minuto con la pareja eslovena y se ha bajado por primera vez del podio.
Otro colombiano, Nairo Quintana, fue el primer gallo que tiró un cohete, aunque terminó siendo de artificio. Nairo fue atrapado poco después por los dos eslovenos y por su compañero Alejandro Valverde, en una crisis tan inesperada como efímera. De repente, Quintana volvió a rehacerse y subió, con Rafal Majka a rueda, hasta llegar a la estela de Valverde, que corre en su mismo equipo, aunque algunas veces no lo parezca. Una vez más, no ascendieron muy coordinados. Cada uno con sus fuerzas. A lo suyo.
Mientras que los dos líderes del Movistar avanzaban cómo podían para aminorar los daños, que se congelaron en 27 segundos, y López seguía acumulando pérdidas hasta completar el minuto, Pogacar y Roglic abrían trecho por delante, en armonía, con intereses compartidos y con la bandera de Eslovenia ondeada. El dúo superó a Latour y se marchó hacia la meta en busca del pleno: la etapa y el podio para el diamante del futuro, y el maillot rojo agigantado para la joya del presente. Roglic lidera la Vuelta con 2:25 minutos sobre Valverde, que no son definitivos, porque todavía restan etapas terribles, especialmente este domingo y el lunes en Asturias, pero que le sitúan cada vez más cerca de su primera grande.
Como la etapa salió de San Mamés, cerraré con un símil futbolero. Pogacar ya es el pichichi de la Vuelta, con dos goles, mientras que Roglic es el líder de la clasificación y depende de sí mismo para cantar el alirón al final de la Liga: el 15 de septiembre en Madrid.