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VUELTA A ESPAÑA 2017

Froome resiste el acoso de Contador y Nibali en La Pandera

El español y el italiano atacaron en la subida y abrieron hueco, pero el maillot rojo neutralizó el avance. El Tiburón bonificó 4 segundos. Ganó Majka
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Chris Froome cruzó cuarto la meta de La Pandera.
Chris Froome cruzó cuarto la meta de La Pandera.

Alberto Contador y Vincenzo Nibali volvieron a enseñar sus aguijones a Chris Froome en la subida a la Sierra de la Pandera, pero el maillot rojo tiene el antídoto para el veneno. Al menos, de momento. El líder no se cebó ante los picotazos de sus rivales y neutralizó sus ataques, a su ritmo y sin obsesiones. Incluso se permitió una arrancada en la parte final de la ascensión jiennense, aunque fue el Tiburón quien cazó luego los cuatro segundos de bonificación que todavía estaban en liza y ahora se coloca a 55" en la general. Por delante habían entrado dos alados escaladores: Rafal Majka, que remató triunfal la escapada del día, y Miguel Ángel López, que volvió a volar con la capa de Superman y con el Dorsal AS. 

El aperitivo de La Pandera había sido un paso por las rampas infernales de Valdepeñas de Jaén, que recibió a la Vuelta en plenas Fiestas del Santísimo Cristo de Chircales, en el Día Grande de la Feria. Una cuesta que empieza en la calle Vilches, continúa por las pendientes al 27% de Las Farjas y culmina en El Chaparral. Un durísimo tramo de un kilómetro, entre casas encaladas, inundado por el fiel público valdepeñero. Por ahí pasaron los escapados con cerca de dos minutos de ventaja. Y luego el pelotón, impulsado por Enric Mas.

En esa fuga, que aglutinó a diez corredores, rodaba Majka, un ciclista de prestigio: tercero en el podio de la Vuelta en 2015 y dos veces ganador de la Montaña en el Tour (2014 y 2016). El polaco había comenzado la carrera con flojera, con problemas intestinales que le impidieron pujar por la general. Se rehízo con el paso de los kilómetros y hace justo una semana, en el Xorret de Catí, ya estuvo a punto de alzar los brazos, pero eligió a un mal compañero de viaje: Alaphilippe. Si te escapas, no lo hagas con nadie del voraz Quick Step. En esta ocasión quien cabalgó a su lado fue su gregario Konrad, que depositó al jefe en las faldas de La Pandera.

Rafal Majka celebra su victoria en La Pandera, donde culminó con éxito la escapada del día.
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Rafal Majka celebra su victoria en La Pandera, donde culminó con éxito la escapada del día.AFP

Majka comenzó la subida con un minuto y medio sobre el grupo de los gallos y la remató con 27 segundos sobre el segundo clasificado, Superman. En un puerto como el jiennese, 12 kilómetros al 13% de pendiente media, con varios tramos expuestos al viento, muchos otros aventureros habrían sucumbido ante el aliento de los hombres de la general. Pero el polaco no es un ciclista más, sino uno de los mejores escaladores del pelotón. Su victoria le desquita de una temporada aciaga en las grandes rondas, marcada por su abandono en el Tour por una caída en el descenso de La Bicha.

La Pandera hizo pupa en el top-ten. Chaves fue el primero en moverse, bien replicado por Contador y Nibali, pero el colombiano pagó posteriormente el esfuerzo. Ya no sube con la frescura de la primera semana. Y así se refleja en la clasificación: ha perdido su plaza en el podio y ha bajado de la tercera a la quinta. Por delante se han colado el holandés Wilco Kelderman, un ejemplo de regularidad, y el ruso Ilnur Zakarin, que adquiere solidez y confianza con el paso de los días. Ambos llegaron junto a Froome y Nibali. El cajón es su objetivo realista. Una meta más lejana, después de este sábado, para Fabio Aru, Woods y De la Cruz, que cedieron más de un minuto.

Contador y Nibali abrieron cierto hueco, pero una de las grandes cualidades de Froome es que nunca se obceca con las ruedas de sus rivales. Su fiel amigo el potenciómetro le marca el ritmo de caza. Los cuatro segundos que arañó el Tiburón son el escaso botín que atraparon sus rivales. Contador, ni eso: cedió 6 segundos en el acelerón final. Otra fecha tachada en el libro de ruta, donde este sábado se abre un capítulo nuevo: la Hoya de la Mora, en Sierra Nevada. Una jornada corta y explosiva, con los exigentes Hazallanas y Purche en el camino. Una etapa tremenda. Apta para más aguijonazos.