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NBA

Lo que da un tercer año en la NBA: pensión, seguro médico...

Facundo Campazzo cumple su gran objetivo y seguirá en la NBA. Un empeño personal y un éxito en lo deportivo que también tiene ventajas.

Actualizado a
NEW YORK, NEW YORK - JANUARY 10: Facundo Campazzo #7 of the Denver Nuggets tries to steal the ball from Immanuel Quickley #5 of the New York Knicks in the first half at Madison Square Garden on January 10, 2021 in New York City. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and or using this photograph, User is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement.   Elsa/Getty Images/AFP
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ELSAAFP

Finalmente, Facundo Campazzo ha obtenido recompensa a su paciencia y ha encontrado acomodo en la NBA. El base argentino jugará en Dallas Mavericks, donde no ha tenido problema con moverse en torno al mínimo en la escala de contratos de la NBA (unos dos millones de dólares, parte destinada al pago de la deuda que tiene contraída con el Real Madrid tras su salida en 2020), ni con entrar por la puerta de atrás en la rotación y ponerse manos a la obra: trabajar duro para ganarse un sitio. El sueño del Facu era seguir en la NBA, y para eso ha esperado hasta unos plazos que muchos consideraban ilógicos, cuando la mayoría de plantillas en Estados Unidos estaban cerradas y con enormes peligros, como jugar la AmeriCup con Argentina sin contrato y con el consiguiente y enorme riesgo en caso de lesión grave. Con 31 años (cumplirá 32 durante la temporada), sabía que seguramente esta era su última oportunidad. No quería que su mal final en Denver Nuggets dictara su legado en la mejor Liga del mundo. Y tampoco que acabe dando la impresión de que no era capaz de jugar con los mejores del mundo. Con su 1,78, llevaba toda la vida reventando apuestas contra él. Así se ha convertido en uno de los mejores bases del entorno FIBA. Ahora quiere hacerse un hueco, al menos, en una rotación NBA. Su intento final será con los Mavs de Luka Doncic.

las ventajas del tercer año de servicio

Pero hay más. En las últimas horas se ha insistido en la importancia, en lo práctico (lo que deriva de lo contractual) que tenía para Campazzo (para cualquier jugador en una situación como la suya, en realidad) comprometerse para iniciar al menos una tercera temporada en la NBA. Es algo que ya hemos visto antes con otros jugadores, que aspiran, además del obvio deseo deportivo, a alcanzar algunas de las ventajas económicas y sociales que aporta esa etiqueta de jugador de al menos tercer año en la NBA. En eso también sale ganando Campazzo con este nuevo contrato con los Mavs.

Siempre, en estos casos, hay una palabra que se repite: pensión. Es fácil escuchar que un jugador quiere acceder a ese tercer año en la Liga para beneficiarse de la pensión de la NBA, pero no suele explicarse muy bien qué significa exactamente o a cuánto asciende ese beneficio. La NBA presume de ser la competición más progresista y con las mejores condiciones para sus jugadores. Que, por ejemplo, tienen su salario medio ahora en más de 7 millones de dólares. También fue la primera Liga profesional estadounidense que, ya en 1965, introdujo la pensión para los jugadores retirados. Y la primera que tuvo, una cosa está obviamente relacionada con la otra, un sindicato de jugadores (NBA Players Association: NBPA). Este nació en 1954, un hito, pero no cogió fuerza hasta una década después. Oscar Robertson, el inolvidable Big O, encabezó una lucha que incluyó un momento clave en el primer All Star Game televisado a nivel nacional, en 1964. Los jugadores se plantaron en los pasillos, antes de jugar: no habría partido de las estrellas si no es escuchaban sus demandas. Allí, en el mítico Boston Garden, los propietarios tuvieron que tragar. Una de las cosas que ganaron los jugadores, para siempre, fue la pensión.

En los últimos tiempos, con la entrada de la NBA en una nueva edad de oro a nivel económico (unos 10.000 millones de ingresos anuales, más de 2.000 millones de valor medio de las franquicias), y con la llegada de un tiempo de empoderamiento de los jugadores y de mucho peso social de las estrellas, las condiciones de ese programa de pensiones han ido mejorando. Ahora (con un nuevo convenio colectivo próximo) son estas: cualquier jugador con al menos tres años de servicio en la NBA recibe una pensión mensual y tiene acceso a otros beneficios (seguro médico de por vida, becas para estudios destinados a la reinserción en otros sectores laborales…). Un año de servicio en la NBA, y esto es muy importante, se consigue oficialmente en cuanto un jugador está con contrato en vigor durante un partido de una temporada. Con uno es suficiente, juegue o no, esté en la lista de convocados o en la de inactivos. El contrato manda.

Según el último convenio colectivo, firmado en 2016 y que entró en vigor el 1 de julio de 2017, las pensiones aumentaron de forma notable para los jugadores que empiezan a percibirlas a los 50 años. Con aumentos porcentuales si se retrasa esa edad de inicio del cobro. Antes, los que elegían cobrar ya a los 50 se embolsaban 559 dólares mensuales por cada año de servicio en la NBA. Ahora, esa cantidad supera los 800 dólares por mes y año. Los jugadores que estuvieron en la NBA antes de 1965, de que se acordaran estas pensiones, también tienen ayuda: antes 300 y desde 2017, 400 euros al menos por cada año en la Liga.

La edad más temprana para activar el cobro de la pensión es 45 años. Pero el prorrateo en más años hace que las cantidades mensuales se reduzcan. La Asociación de Jugadores Retirados (NBRPA) recomienda esperar todo lo posible, a ser posible y en una situación ideal hasta los 62 años. Es la forma de maximizar esas cantidades: en el pico de cobro, un jugador con diez o más años de experiencia en la NBA y que espera hasta los 62 para empezar a percibir la pensión, recibirá más de 215.000 dólares al año. En el mínimo y si se espera hasta los 62, están los 56.988 dólares al año que se llevará un jugador con solo tres años en el currículum NBA.

La NBA invierte al año unos 33 millones de dólares para cubrir estas cantidades, un pago que se divide a partes iguales entre la Liga y los jugadores, que invierten parte de su salario en un fondo común que se usa para eso, entre otras muchas cosas.

Reciclaje profesional y el esencial seguro médico

Además de la pensión, los fondos para becas destinadas a la reinserción laboral son un añadido posterior a las ventajas para los jugadores retirados de la NBA. Pueden ascender hasta los 33.000 dólares al año para aquellos que decidan iniciar o reemprender cursos universitarios y de formación. También existen programas de formación para jugadores recién retirados o todavía en activo en los que explica a estos cómo ser fiscalmente responsables para mantener o incluso incrementar los ahorros que han acumulado o están acumulando como jugadores de la NBA.

Otra aparición clave, una vieja pelea de los jugadores, en el convenio de 2017, fue la cobertura médica de por vida para los jugadores retirados. Este seguro requiere también al menos tres años de servicio en la NBA. Si se alcanzan los diez en la Liga, la cobertura pasa a incluir también a cónyuges e hijos.