El Movistar Estudiantes se va feliz al parón

Tres victorias en una semana para el Movistar Estudiantes. La última, con una actuación sublime, frente al Caja Rural Zamora (64-94), que poco pudo hacer ante un rival que se marcha al parón de selecciones con 18 victorias en 21 jornadas. Fue un maravilloso esfuerzo colectivo colegial, con muchos protagonistas en ambos lados de la cancha: en defensa, los colegiales estuvieron agresivos e inteligentes, con presencia reboteadora; en ataque, certeros, toda la pólvora de sus manos se puso sobre la mesa. El +30 lo dice todo. Y sin el lesionado Andric.

Los castellanos se vieron desbordados durante todo el partido. Bueno, encontraron algo de paz durante 150 segundos en el tercer cuarto, cuando con un poco de acierto propio y varios evitables errores ajenos, bajaron de la barrera psicológica de los 10 puntos. Un 53-60 después de un triple de Naspler que agitó el ambiente del pabellón Ángel Nieto. Se creía en la machada, en la remontada ante un rival que vive atrapado en un constante carrusel de emociones, de tensión y nervios cuando el viento controlado se rebela.

Lo vivió ante el Oviedo y lo sintió contra el Valladolid. Pero en Zamora surgió la figura oculta de Christian Díaz. El canario no está teniendo una temporada fácil: es el reemplazo de un gigante como Jayson Granger y, cuando sale, parece ansioso, con ganas de reivindicarse en el menor tiempo posible. Y eso le perjudica en múltiples ocasiones. Este domingo, no. Porque cuando puso un pie sobre la cancha en el peor momento estudiantil, dotó de calma todos los aspectos del juego.

Y fue valiente. Descerrajó un triple para calmar la atmósfera y continuó sin mirar atrás con 10 de sus 19 puntos en 4:18 a caballo entre el tercer y último cuarto. Su labor puso tierra de por medio, 56-74. Y cuando acabó, Francis Alonso: dos triples seguidos para el +24 definitivo (56-80). Tres de sus cuatro aciertos perimetrales llegaron en el periodo final para cerrar el duelo con 17 tantos. Uno de ellos tras asistencia de Díaz, que repartió 4 para 27 de valoración. Nada mal en un día en el que Granger controló el duelo hasta el bache de después del descanso con 15 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias para 23 de valoración.

Ante esa avalancha poco podían hacer los de Saulo Hernández. Y aún menos sin Kevin Buckingham, autor de 21 puntos en la ida. El Zamora elevó este partido al rango de fiesta y de inicio trató de poner la música con un 4 de 4 desde el triple que le permitía agarrarse al duelo. Casi toda su escenografía partía de Saintel (8 tantos en el primer tiempo) y se derruía con 7 pérdidas. Schmidt golpeaba desde el perímetro y con sus elegantes penetraciones a los locales, que no encontraban remedio a las torres azules: Kravic y Barro se turnaban para sembrar de pánico la zona zamorana.

La distancia se disparó hasta el +17 (32-49) al descanso tras una canasta de malabarista de Granger (de espaldas) y se elevó hasta el +19 (37-56) en un contraataque completado por Héctor Alderete (impagable su labor, una vez más, defensiva y de esfuerzo). Y ahí llegó el susto: del 4:44 al 2:13 del tercer cuarto, el Zamora cogió las riendas del partido gracias a un insaciable Lo. El senegalés sumó 7 de sus 15 puntos en ese lapso. Si sumamos a su labor un robo, una pérdida y un triple por cabeza para Hearst y para Naspler, el resultado fue un parcial de 13-2 y 53-60.

Tiempo muerto, Christian Díaz a cancha y parcial mayúsculo de vuelta de 3-20. Jaque mate. Respiro con tres triunfos seguidos, con dos buenas faenas en Cartagena y Zamora, y la siempre complicada victoria en el Magata. Descanso hasta el próximo domingo 2 de marzo cuando el Hestia Menorca visita el Movistar Arena.

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