Se planta el Gran Canaria en Valencia con algo de marejada en su quehacer diario de los últimos días. Ocurre que el equipo se jugará la temporada con demasiado ruido exterior, acaso una bendición alejarse estos días de la Isla. Francisco Castellano, consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, entidad propietaria del club, anunció esta semana la negativa de los rectores a renovar el contrato de Berdi Pérez, arquitecto del equipo. Lo hizo, además, en medio de fuertes rumores de la compra del 51% de las acciones del Herbalife por parte de un grupo de inversores locales.
Deportivamente hablando, el Granca acude a esta fase final con el objetivo de resarcirse de su errática temporada hasta antes del parón, donde nunca terminó de arrancar. Bousoussis debe dar un paso adelante en labores de liderazgo para que Costello no le siga comiendo terreno, al igual que Okoye.
La solidez de los campeonas del Mundo Beirán y Rabaseda, Burjanadze y Cook, clavo ardiendo al que puede agarrarse Fotis Katsikaris.
El base norteamericano actúa como termómetro del Herbalife Gran Canaria. Llegó a la Isla siendo el máximo asistente de la ACB las dos temporadas anteriores, y en esta solo le supera Huertas (6,9 y 8,1, respectivamente). Por su edad (38 años), tal vez asume más minutos de los necesarios ante la irregularidad de Fabio Santana.