La presencia de Modríc en la gala de entrega del Balón de Oro y su sinceridad a la hora de entregar el trofeo a Messi han dado la vuelta al mundo.
Los que piensan que Zidane ha descubierto a Valverde de repente se equivocan gravemente.
Todavía tengo en mente algunas voces altas y peligrosas que llamaban a la revolución en el vestuario a final de la temporada pasada.
Menos mal que Zinedine Zidane no se deja perturbar por los desplantes del 11 madridista ni por los efectos de estos tanto en los medios como en la opinión pública.
Todo apunta a una ola de fondo nacida en el seno de la población francesa, que no entiende como Benzema puede estar fuera de los Bleus.
Benzema ha subido en el escalafón madridista sin hacer ruido, sin quejarse nunca incluso cuando le pitaban y le insultaban. Ha alcanzado lo más alto con gran humildad.
Estamos en la época de la simplificación a ultranza. Twitter da 280 caracteres para expresarte y las escenas de la series son cada vez más cortas.
Esta noche frente al Leganés, el Real Madrid empieza una semana que podría resultar fantástica para sus intereses.
Frédéric Hermel perdió a su padre muy joven y por ello tiene un cariño muy especial a Marco Asensio, que perdió también joven a su madre.
Aunque uno se haya leído unos cuantos libros en su vida, siempre se vuelve a una, dos o tres obras fundamentales.
Los éxitos no son casualidad y estaría bien que se entendiera por fin que las decisiones de Zidane siempre están motivadas por cosas muy legítimas.
No sería mejor cerrar la boca en vez de machacar a Zinedine Zidane, por ejemplo, por no convocar a James Rodríguez y a Gareth Bale.
Benzema está jugando su undécima temporada en el Madrid, ha ganado cuatro Champions y ya no tiene por qué preocuparse por el qué dirán.
El club merengue ha sido, es y será siempre la gran referencia de este deporte, de cómo debe comportarse una entidad que ha marcado muchas pautas...
Resulta tan cómodo como evidente ponerse de pie y elogiar a Benzema, el que es sin duda, y de largo, el mejor jugador merengue.
Puedo afirmar que a partir de hoy sí se puede valorar el trabajo de Zidane en su segunda etapa como entrenador del Real Madrid.
Zidane mira a todos los componentes de la plantilla. De ahí la decepción que ha creado el mercado de fichajes realizado por el club blanco.
Pogba no vino hace tres años por sus altísimas pretensiones económicas, el francés se ha dado cuenta de su error y está ahora dispuesto a todo para jugar en el Bernabéu.
Zidane quiere superar a Zidane. Porque quiere sentir en su piel los escalofríos del peligro y en su corazón los latidos de la aventura.
No nos vayamos por las ramas y seamos muy honestos y muy claros: Zidane no ha pedido el fichaje de Neymar. Las cosas como son.
Hoy Pogba, campeón del mundo con los bleus, es mucho más maduro, ha aceptado adaptarse a las exigencias del club merengue y sólo piensa en el Real Madrid.
Zidane puede puede contar con la total implicación de Benzema, su fuerza y su resistencia física (jugo 80 minutos el martes y 60’ al día siguiente) y su acierto goleador.
Página14