Optimismo europeo moderado

Puede parecer muy raro escribir esto. Y lo es. Porque después de tantos años de dominio absoluto, de gloria acumulada y con trece Copas de Europa relucientes en las vitrinas del museo del estadio Santiago Bernabéu, el Real Madrid debería ser considerado siempre como uno de los grandes favoritos para ganar la Champions. Tendría que aparecer en la lista de los cinco pretendientes a la victoria final. Pero seamos realistas y honestos: no es el caso esta vez como tampoco lo fue hace un año. No creo que esta reflexión suponga una falta de respeto para mi querido Carlo Ancelotti ni para los jugadores que tantas alegrías nos han regalado. Simplemente, sólo hace falta mirar las plantillas de clubes como el París Saint-Germain, el Manchester City, el Bayern Múnich o, muy cerca de aquí, del Atlético del Cholo Simeone, para comprobar que están mejor armados que los Merengues para la competición más exigente que existe en el mundo.

Incluso, el Manchester United acaba de cambiar de estatus en Europa con la inesperada llegada de Cristiano Ronaldo. ¿Significa esto que el Real Madrid no pueda esperar realizar grandes cosas en esta edición de la Champions? Por supuesto que se puede soñar al recordar, por ejemplo, que a pesar de la ausencia de fichajes y de muchas lesiones el equipo blanco alcanzó las semifinales del torneo la temporada pasada. Pero conviene tener un optimismo moderado...