Sobre el pasado y el futuro

Apenas exagero. Cristiano Ronaldo llevaba sólo un cuarto de hora en la Juventus y ya se daba cuenta de que se había equivocado, de que nunca hubiera tenido que dejar el Real Madrid. Su ego, tan útil la mayoría del tiempo, esta vez le había jugado una mala pasada. Así que, tres años después, ha intentado volver al club blanco. No es que le hayan llamado desde la capital de España, y menos Carlo Ancelotti, que le quiere muchísimo, pero que en ningún momento ha pedido que se intente su fichaje, sino que ha sido su agente quien ha propuesto a Florentino Pérez y José Ángel Sánchez la vuelta del cinco veces Balón de Oro. Cuando Carletto aterrizó en Madrid a inicios de este verano los dirigentes del club merengue ya le habían comunicado a Jorge Mendes que Cristiano pertenecía al pasado, glorioso pero pasado. También el agente lo intentó con el Paris Saint-Germain y algún que otro gran club del fútbol europeo. De momento sin éxito.

Las remanencias del pasado (Ronaldo) pueden ser perjudiciales cuando el Madrid ya ha empezado la Liga de buena manera y tiene una plantilla muy digna para poder competir. Al igual que las esperanzas de futuro (Mbappé). Son interferencias que deben de ser gestionadas por el entrenador para que no influyan en el día a día del grupo y modifiquen los proyectos de ciertos futbolistas. Menos mal que Ancelotti está al mando y que ya ha vivido muchas situaciones de esas.