Messi, un regalo inesperado

El campeonato nacional de fútbol francés, hoy en día llamado Ligue 1, está acumulando los desastres. Por la incompetencia y el egoísmo de varios de sus dirigentes (liga, clubes, televisiones) se están sucediendo errores históricos que podrían incluso poner en peligro la existencia de algunos equipos. Primero fue la firma sin garantías del acuerdo televisivo con Mediapro y la posterior dramática huida de la empresa catalana sin haber pagado lo que prometía. Luego fue esta decisión absurda de no reanudar el campeonato después del confinamiento cuando las demás grandes ligas europeas terminaron su competición y pudieron cobrar la totalidad de los derechos de tv. Y hace unos días ha llegado a los tribunales la negativa de Canal Plus de emitir sus partidos después de que Amazon se haya llevado el paquete más apetecible. Un panorama muy negro se presentaba para el fútbol galo.

Sin embargo, desde hace unos días, todo se está pintando de rosa ante la perspectiva de que Leo Messi fiche por el PSG. Un entusiasmo inédito ha irrumpido en todas las esferas del mundo de la pelota, e incluso más allá. Porque no sólo se va a reforzar el PSG sino también el interés por el conjunto de la Ligue 1. El valor global del producto (sobre todo a nivel internacional) va a subir muchísimo y, quizás, eso atraiga a más futbolistas de nivel en un futuro próximo. Además, por supuesto, de llenar los estadios de todo el país cuando les visite el equipo parisino. Imaginen la felicidad de un aficionado del Clermont, del Lorient o del Angers (por hablar de los clubes más modestos de la elite) pudiendo ver jugar a Messi en directo por primera vez… El PSG, y el Barça, acaban de hacerle un bonito regalo a la Ligue 1.