Hazard nos va a dar muchas portadas

En esta vida actual que nos devora, dominada por el consumo desatado, el desapego emocional y el borrón y cuenta nueva sin mirar por el retrovisor de reojo, cuesta mucho dar segundas oportunidades a todos aquellos que realmente lo merecen. Todos asumimos en el Bernabéu que Hazard ha suspendido de mala manera sus tres primeros cursos de blanco. No cuidó su peso al nivel de la exigencia del mejor club del mundo, pero él no tuvo la culpa de que su compatriota Meunier le reventase el tobillo con una entrada artera, intencionada y fea. Eso le llevó al calvario de las lesiones, dolores crónicos y molestias periféricas en torno al tobillo que terminaron por minarle la autoestima, la confianza de sus entrenadores y la paciencia de los aficionados. Todo iba mal.

Pero el belga es buena gente y ha decidido que el cuento no tendrá un final áspero y lacrimógeno. En marzo decidió quitarse la maldita placa de titanio y su vida cambió por completo. En Cibeles lanzó una promesa ante moles de fans que estaban deseando escuchar eso de su boca. Hazard quiere volver a ser el del Chelsea y destruir esa imagen borrosa que le ha mantenido en el vagón de la sospecha.

Ancelotti, tan buen psicólogo como técnico, sabe que el chaval se merece otra oportunidad. Y se la va a dar. La prueba es que va a ponerle hasta de delantero centro. En una temporada con Mundial y con los 35 años a la vuelta de la esquina, Benzema necesitará más descansos. Borja Mayoral será su primera alternativa, pero Hazard también formará a veces tridente con Rodrygo y Vinicius. El talento no se lesiona, sólo hiberna cuando el futbolista se mete en un bucle hasta bloquearse. Eden ya ha pasado por ese trance, pero al final del túnel ve la luz y por eso ha decidido dar un indisimulado paso adelante. Este chico nos va a dar muchas portadas este año...