La hegemonía del Barça, el fútbol romántico

La hegemonía del Barcelona en España se prolonga un año más y parece que le reinado azulgrana aún tiene para rato. La apuesta por la sección femenina, la filosofía, el ADN y el contar con un bloque joven que lleva años jugando juntas les convierte en un equipo llamado a marcar una época en España y en Europa. Y, otro año más, termina el curso con tres títulos y la sensación de que no tiene rival en España y muy poquitos le pueden igualar en el planeta...

Su novena Copa de la Reina tiene aires de reivindicación tras perder la final de la Champions. Se levantaron en tiempo récord del mazazo del Olympique de Lyon para mantener esa hegemonía nacional. En España esta temporada las de Giráldez han ganado todos los títulos en juego: Primera Iberdrola, Supercopa y Copa de la Reina sin dar síntomas de que nadie pudiera acercarse a su nivel. Es más, no ha ganado todos sus partidos en las competiciones nacionales y sólo ha consumado dos derrotas ante dos de los más grandes de Europa: Wolfsburgo y Olympique de Lyon. Sin Champions, pero su gran temporada no la debe empañar un partido, cierto que el más importante, pero un partido. Ambición, mucho trabajo y hambre de ganar títulos, ingredientes para soñar la próxima temporada con la campaña perfecta. Ese es el reto que les queda para el próximo curso. Porque díficil es llegar, pero más mantenerse. Y en Can Barça lo saben.

Sin grandes nombres, con más carencias y muchísimo trabajo, hay que alabar Sporting Huelva. El máximo exponente de ese fútbol romántico, el de un club que ha trabajado por y para el fútbol femenino desed hace dos décadas y que sigue en la élite del fútbol español a pesar de todo. Sin el paraguas de un club matriz masculino, todo se hace más cuesta arriba. Pero en Huelva hay una familia, una estructura que lleva años amando y levantando el fútbol femenino. Y, un año más, ha vuelto a sorprender. El próximo curso serán 17 temporadas seguidas en Primera, su segunda final de la Copa de la Reina, la de 2015 se fue para casa, esta la compitió ante el todopoderoso Barcelona sin arrugarse en ningún momento. A estos clubes, los humildes, en los que la ilusión gana a todos, hay que darles las gracias por seguir luchando entre gigantes. Por hacer soñar a los pequeños. Por demostrar que la felicidad no siempre reside en ganar, sino en el camino. Siempre con el fútbol romántico...

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