Enseña José Antonio Sánchez Araujo, Maestro de Maestros para periodistas sevillanos y mundiales, que no hay que meterse nunca con el delantero centro. Porque el delantero acaba marcando goles y dejándote a los pies de los caballos. Todavía se mofan en las redes de cierto aficionado del Sevilla que no nombraré porque aprecio, y porque de verdad pienso que no merece la tempestad mediática que le ha caído por discutir en televisión la capacidad anotadora del Panda Borja Iglesias. Lo hizo sin faltar al respeto, pero justo antes de que el gallego comenzara a marcar y marcar goles. Entre ellos el que metió al Betis en la final y el que sirvió para que, a la postre en la tanda, el equipo verdiblanco levantara en La Cartuja su tercera Copa del Rey.

No sólo entre el beticismo, también en el propio sevillismo llevan semanas mofándose de un ariete que el año pasado metió 24 goles. Tras romperse muscularmente y marcharse luego a la Copa África, En-Nesyri parecía esta campaña peleado con el balón, los controles, los regates, los remates y sobre todo las redes rivales. Pero había avisado contra el Mallorca, cuando Reina le negó el gol de la victoria con un paradón. Tras cabecear al larguero, en el Wanda sí salvó al final un empate de oro. Porque, ¿cuántos goles lleva En-Nesyri? Con el Sevilla, dos (le marcó al Cádiz) en los últimos seis meses. Pero valen más de 50 millones de euros.