El no pasillo del Atleti le puede mandar a la Europa League

En la vida no hay atajos para disimular tus carencias, tus prejuicios y tus complejos. Que el Atleti lleva muchas décadas viviendo a la sombra de lo que haga su vecino de la capital es una bendita realidad (para los madridistas) y cruda (para ellos), sobre todo por su empeño en situar su nivel de felicidad a la misma altura a la que empiezan las desdichas de los que lucen la camiseta blanca. Como eso suele ocurrir pocas veces (la temporada pasada fue así), resulta que los atléticos aprovechan cualquier ocasión para dejar claro aquello de “al enemigo ni agua”. Que se nieguen a hacernos pasillo en el derbi de este domingo no nos quita ni un minuto de nuestros placenteros sueños (estamos todavía disfrutando de la fiesta de la Liga 35 y tenemos el corazón acelerado imaginando una remontada ante el City de Guardiola este miércoles), pero denota que una gran institución como es el Atleti no puede poner en jaque su prestigio por una reacción que hará felices a sus hinchas más radicales (hay rojiblancos moderados que no están de acuerdo) y dejará en el camino una imagen poco acorde con un club que lleva años creciendo mucho en lo social y económico de la mano de Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo. Seguro que la decisión no ha sido de ellos. Esto es cosa del Cholo y del núcleo duro del vestuario.

El Cholo está encantado de tener esta cortina de humo y de que hasta el derbi solo se hable del pasillo y no de los 20 puntos que les sacamos a pesar de tener a su disposición la mejor plantilla de la historia del Atleti. Estos fuegos artificiales vienen muy bien para cambiar la conversación y no entrar en el solomillo del asunto. La estrategia puede ser efectiva para los habituales inquilinos del Wanda, cansados de hablar de los vikingos con un desprecio que va unido a la rivalidad histórica entre ambos clubes. Lo malo es que han logrado que al Madrid le toquen el orgullo. El pasillo se hubiese identificado como un gesto civilizado dentro de los valores que deben liderar el deporte de elite, cuna de ejemplaridad para los más jóvenes. Ancelotti, Benzema y Modric representan la cara buena de ese campeón de Liga que no tiene cuentas pendientes con el Atleti desde hace mucho tiempo. Ni ellos ni nadie del Madrid había abierto la boca con este asunto, carne de redes sociales y muy alejado del factor institucional hasta que en la noche del lunes el club rojiblanco filtró la negativa al pasillo sin tener valor a publicarlo de forma oficial. Eso es cobardía moral.

Por eso lo del no pasillo es una decisión errónea y absurda. Ahora el Madrid saltará al derbi con el ardor del que todavía se juega algo. Para el Madrid ganar el domingo supondrá una respuesta de jerarquía que valorará mucho esa afición que el fin de semana pasado abarrotó Cibeles. Los puntos es lo de menos, es el orgullo de demostrar a tus derrotados vecinos que un feo de este calibre tiene un peaje y un precio que puede ser muy elevado. Entre perder con indiferencia (con el pasillo no lo hubiese descartado) y ganar como respuesta al desplante pueden irse por la gatera muchos millones que se escapen de la cuenta de las oficinas del Metropolitano. El Atleti puede pasar del no pasillo a recibir un baño sonado como respuesta. No olviden que el Atleti no tiene segura la plaza de Champions (si el sábado el Betis derrota al Barça la tropa del Cholo arrancará el derbi el domingo con los mismos puntos que los verdiblancos) y que la en la última jornada hay un Madrid-Betis en el Bernabéu. Y en la Europa League se pasa mucho frío, que se lo cuenten sus aliados deportivos del Barça. No tengo nada más que añadir, señoría.

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