Pello Bilbao y la generación perdida
Pello Bilbao logró este miércoles una victoria de mérito. Por el escenario: la prestigiosa Vuelta al País Vasco. Y, sobre todo, por el rival a quien batió en el esprint de Amurrio: el vigente campeón del mundo, Julian Alaphilippe. El loable triunfo, sin embargo, supone tan sólo el primero del año del ciclismo español en una carrera del UCI WorldTour. Hay otras seis victorias en el calendario 2022, pero han sido en competiciones de categoría inferior. Además, tres de ellas las ha protagonizado el de siempre: Alejandro Valverde, que el 25 de abril cumplirá 42 primaveras. El dato reconfirma la travesía por el desierto por la que surca el pelotón nacional desde hace tiempo, a la espera de la eclosión de esa nueva hornada que lideran Carlos Rodríguez y Juan Ayuso… O del golpe en la mesa definitivo de Enric Mas.
Hay una generación que merece una mención especial, que ha salvado el honor en este periodo de sequía, a la estela de la edad de oro que encabezaron Alberto Contador, Purito Rodríguez y el propio Valverde. Me refiero a los nacidos en 1989 y en 1990. Uno de ellos es nuestro héroe de hoy, Pello Bilbao, que luce en su palmarés dos etapas en el Giro de Italia, donde ha acabado quinto y sexto, y un noveno puesto final en el Tour de Francia. En ese mismo tramo se mueven Mikel Landa, el líder generacional, Ion Izagirre, Omar Fraile, Jesús Herrada… Entre todos suman siete victorias en el Giro, tres en la Vuelta y dos en el Tour, además de un podio, el de Landa en el Giro 2015, y otros nueve top-ten en las tres grandes, entre otros resultados notables. Sus éxitos no han calado en el gran público, porque llegaron a la sombra de una época gloriosa que enlazó campeonísimos sin paréntesis desde los años 80. No han igualado a sus antecesores, ni lo van a hacer, pero hay que dar valor a su persistencia y a sus destellos puntuales… como ese zarpazo de Bilbao al maillot arcoíris.